¿Qué se sabe sobre la catastrófica explosión que tiene al Líbano sumido en el caos?

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Un ciudadano libanés ensangrentado y caminando desorientado tras la explosión en el Puerto de Beirut este martes / RR SS.
Hasta ahora se cuentan más de 3.000 heridos y cerca de 80 muertos. La posible causa de la explosión levanta sospechas sobre si realmente fue un accidente o se trató de una acción premeditada.
¿Qué se sabe sobre la catastrófica explosión que tiene al Líbano sumido en el caos?

El desorden, la incertidumbre y la desesperación son las constantes en el sentimiento público nacional de uno de los países que más dañados y sacudidos han sido por la inestabilidad del Medio Oriente, la región más volátil y peligrosa del planeta. En Líbano, la tristeza ha vuelto a embargar el día con la apocalíptica explosión que en el mediodía de este martes, 4 de agosto, conmocionó y, literalmente, movió la ciudad capital del país árabe, Beirut.

Ese fuerte estallido con una rápida onda expansiva de aproximadamente 1 a 2 megatones se produjo, presuntamente, por un descontrol pirotécnico en una fábrica de fuegos artificiales situada en el puerto de Beirut. Sin embargo, surge la duda sobre por qué una planta productora de ese tipo de artefactos explosivos está ubicada en la zona más estratégica de la cual depende la débil economía de esa ciudad y del país.


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Líbano es un país de Oriente Próximo (llamado también ‘mundo árabe’) que limita al sur con Israel y al norte y al este con Siria, y está bañado por el mar Mediterráneo al oeste, por lo que es considerado como la puerta de entrada al Medio Oriente. Esta nación árabe ya sufría desde hace cuatro años una grave crisis económica, marcada en los últimos días por la devaluación de su moneda -la libra libanesa- en un 80% frente al dólar, el acoso del terrorismo interno (por las organizaciones Hezbollah, Hamas y otras facciones radicales islamistas), tensión política-social, y ahora, un colapso sanitario por la pandemia de coronavirus, que suma 5.062 casos confirmados, 1.837 personas recuperadas y 65 muertes por Covid-19 en su territorio.

Al borde del Estado fallido

Es precisamente por esta combinación de factores que la comunidad internacional cree que Líbano está a punto de convertirse en un Estado fallido, que significa ser un país donde el Gobierno ni el Estado mismo pueden garantizar la estabilidad de la población civil debido a un estado de colapso social, público, humanitario y económico de la vida nacional en el marco de una conmoción o pánico generalizado.

El Gobierno de esa nación, encabezado por el primer ministro Hassan Diab, y las autoridades de su capital, Beirut, el epicentro de la explosión, se encuentran en este momento buscando donantes de sangres debido a la enorme cantidad de heridos que dejó el cataclismo.

Hasta ahora, no se descarta la hipótesis de un posible atentado terrorista junto con la de un presunto error humano en la administración de las cargas en el almacén de la fábrica pirotécnica aledaña al puerto de la capital libanesa. El grupo terrorista más peligroso de ese país árabe es Hezbollah.

La explosión fue tan voraz, que hasta el momento ha dejado 3.700 heridos y 73 muertos, según el Ministerio de Salud libanés, pero el organismo advirtió de que esa cifra podría aumentar en las próximas horas, reseñó la corresponsalía de la cadena CNN en Jerusalén, Israel, país vecino del Líbano.

¿Una explosión apocalíptica accidental?

De hecho, la expansión de ese shock surgió con una fuerza desde el núcleo de las bombas en 1 o 2 megatones y se propagó a la velocidad del sonido (1.235,5 kilómetros por hora) en un radio de 10 kilómetros a la redonda de la ciudad de Beirut. Devastó cientos de casas, edificios y en las viviendas más lejanas al perímetro de la explosión, la misma vibración rompió los vidrios de las ventanas.

El estallido se sintió en los países vecinos (Israel y Siria), así como también se escuchó en todo el Líbano, pese a que Beirut está situada en el centro-occidente del país, justo en la costa frente al Mar Mediterráneo. Solo la capital tiene una población de 5 millones de habitantes de los 6 millones que hay en el país.

El presidente libanés Michel Aoun ha declarado el Día de Luto Nacional y ha calificado la situación oficialmente como un estado de catástrofe y emergencia nacional. Este hecho marca un hito histórico en la frágil seguridad de un país azotado por el terrorismo, la crisis económica y la corrupción.

Miles de ciudadanos de Beirut han sido fotografiados por las agencias internacionales de prensa con la cara totalmente quemada y ensangrentada por la ola de escombros que levantó la marejada de tierra causada por la onda de la explosión. 

Posiblemente, la Organización de Naciones Unidas (OMS) envíe ayuda humanitaria al país para ayudarlo a enfrentar el doble colapso sanitario que tiene: por la pandemia de coronavirus y las personas con quemaduras de tercer grado que se trasladan caminando a los hospitales. 

Por su parte, el Gobierno de Alemania, en la vocería de su líder y canciller Angela Merkel, expresó su dolor por la devastación y pérdidas humanas que generó este accidente, así como también ofreció su ayuda logística y financiera para contribuir en la atención a los heridos, los desaparecidos y sus familias. 

¿Qué causó la explosión?

Según le reportaron fuentes gubernamentales a CNN, la explosión pudo haber sido causada por un cargamento de 2.750 toneladas de nitrato de amonio que estaba almacenado en la fábrica del Puerto de Beirut junto con unos misiles. El nitrato de amonio es un compuesto químico altamente explosivo, peligroso y venenoso. Por esa razón, el estallido fue tan descomunal, que generó un sismo de 3,3 grados en la escala de Richter. Literalmente, la explosión movió la tierra del país, lo que propagó la onda expansiva incluso hasta la isla de Chipre, ubicada a 120 kilómetros de Siria, vecino de Líbano. 

No obstante, las dudas se acrecientan al ritmo del número de heridos debido a la sospecha que despierta la presencia de misiles en una fábrica de fuegos artificiales justo al lado del puerto que alimenta y sostiene la economía de la ciudad y de todo el país.

El ambiente sigue siendo tenso y muy peligroso a esta hora, cuando en Líbano son las 2:00 de la madrugada ya del miércoles 5 de agosto. Todavía hay una fuerte densidad de gases tóxicos en el aire, lo que causa ahogamientos y asfixias en la población, obligándoles a utilizar mascarillas o a cubrir sus rostros con lo que tengan a la mano.

La anarquía y la alteración de la vida en esa nación vuelve a poner sobre la mesa el debate en torno al monopolio del tráfico de armas, el terrorismo y la seguridad nacional del Líbano en la región más peligrosa, volátil y bélica del planeta; el Medio Oriente. @mundiario

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