Isla Darwin es un destino privilegiado para bucear en todas las épocas del año

Darwin Arch. / Reinhard Arndt
Darwin Arch. / Reinhard Arndt

Una atracción de esta pequeña isla es la impresionante formación rocosa a modo de arco de piedra, el hogar de muchas aves endémicas como una especie de charrán sombrío (Sterna fuscata).

Isla Darwin es un destino privilegiado para bucear en todas las épocas del año

Una atracción de esta pequeña isla es la impresionante formación rocosa a modo de arco de piedra, el hogar de muchas aves endémicas como una especie de charrán sombrío (Sterna fuscata).

 

En 1831 Charles Darwin embarcó como naturalista en el HMS Beagle, a las órdenes del capitán Robert FitzRoy, para un viaje de observación de 5 años por Sudamérica. El 17 de setiembre de 1835 desembarcó en el archipiélago de Galápagos donde apenas estuvo 30 días, pero tan corta estancia envenenó al científico con la idea de la transmutación de las especies y el cambio evolutivo, que explicó detalladamente en 1859 con la universal obra El Origen de las Especies.

Isla Darwin, rebautizada así en honor al famoso naturalista inglés, en la más remota y septentrional de las Galápagos, en el océano Pacífico a unos 1.000 kilómetros de la costa de Ecuador, con una superficie de 2,3 kilómetros cuadrados. Darwin es la punta de un enorme volcán ahora extinto. Está habitada sólo por aves marinas y rara vez es visitada por los turistas, aunque es muy conocida entre los buceadores por su variada y abundante fauna marina.

No es raro ver por allí grandes bancos de tiburones martillo y son habituales focas peleteras, fragatas, iguanas marinas, gaviotas de cola bifurcada, lobos marinos, ballenas, tortugas marinas, delfines, leones marinos, piqueros de patas rojas, además de otras especies de escualos, densos bancos de peces, rayas, y una gran variedad de peces tropicales.

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