El Ficcionario cuenta cómo el amo de Hegel se agarró a un esclavo hirviendo

El Ficcionario de esta semana viaja hasta la antigua Persia, recorre angostos senderos del Himalaya y termina su periplo en la región polaca de Silesia. En cada uno de estos lugares esparce simientes e ideas y recoge, para su información, distintas formas de dominación y esclavitud.

shablazo. 1. Golpe furioso dado con el sable por el soberano de la antigua Persia. 2. Acto de sacar dinero el Sha a sus súbditos, mediante petición hábil e insistente y sin intención de devolverlo. 3. Circunstancia de cobrarle dinero a alguien meramente por hablar.

shembrar. Esparcir simientes femeninas en la tierra. Análogamente, puede decirse también del espermatozoide que aporta el cromosoma X y fecunda al óvulo.

sherpentear. En las montañas más altas del mundo, andar o moverse como los sherpas. Algo prácticamente imposible, dada su peculiar fisiología. Los sherpas, esos infatigables porteadores que cargan con los bultos más pesados de los montañistas que aspiran a conquistar las cimas del Himalaya, pueden realizar semejantes esfuerzos en altura debido a que, por una mutación genética ventajosa, utilizan el oxígeno de una manera más eficiente. Muestras bioquímicas de su musculatura, comparadas con la del resto de los mortales, pusieron de relieve que su metabolismo prefiere quemar glucosa en vez de grasa (un combustible que requiere más oxígeno), con lo que su cuerpo puede obtener más calorías por unidad de oxígeno respirado, lo que finalmente se traduce en la producción de un 30% más de energía.

sherrería. Taller mecánico para serrar hierro, a fin de que luego sea trabajado artesanalmente.

shervir. Valer para cocer las cosas. Es lo que les sucede a determinados recipientes de acero inoxidable, cristal o barro. Luego ya, dependiendo del tipo de cocción que prefiramos, se elegirá uno u otro material.

shierba. Esclava de la marihuana. La adicción a la marihuana genera un síndrome de abstinencia leve, caracterizado por irritabilidad, dificultades para dormir, intranquilidad, falta de apetito y molestias físicas variables durante las dos primeras semanas después de haber dejado de consumir.

shirviente. Criado cuyos ánimos están muy caldeados. Quizá porque su amo, siguiendo la idea de Hegel, no le ha permitido consumar su deseo (desear el deseo del otro), y en su victorioso afán de dominación lo ha anulado como sujeto y puesto a su merced. A partir de ahí, el esclavo habrá de comenzar a trabajar la materia para satisfacer al amo, quien obtenido el dominio del otro, cual animal, ya sólo desea cosas. Y así, en una superación dialéctica de la anterior situación, surge un nuevo sujeto histórico, el proletariado, enfrentado a la burguesía y teorizado por Marx. La parábola del amo y el esclavo, que Hegel desliza en las páginas más estimulantes de la Fenomenología del espíritu (1807), muestra que desde el comienzo de los tiempos siempre ha habido dominadores y dominados, siendo esta confrontación dialéctica la que caracteriza el devenir de la historia. El "síndrome del esclavo satisfecho", utilizado para describir la situación de aquellos que viven atados por sus propias cadenas mentales sin echar de menos la falta de libertad, vino después. Y no sabemos si será un obstáculo en el avance camino del espíritu hacia lo absoluto o la Autoconciencia.

shombría. Dícese de la hombría acostumbrada a manejarse en la sombra, porque al sol se derrite.

shombrío. Que no saca sus hombros al sol, prefiriendo llevarlos tapados.

shortear. 1. (angl.). Rifar unos pantalones cortos. 2. Evitar con habilidad tener que ir a trabajar al huerto, si es que trabajar en el huerto no es del agrado o no proporciona unos ingresos mínimos para sobrevivir. A pesar de que siempre ha habido quienes lo han adoptado como forma de vida vocacional, trabajar en el campo generalmente se ha visto como la única alternativa posible para quienes no encontraban otro empleo mejor en la industria o los servicios. Como si cultivar las plantas no requiriese capacitación y estuviese al alcance de cualquiera.

showvenir. (angl.). Espectáculo que está por llegar.

sienbra. Acción por la que, con el fin de que arraiguen en el cerebro, se esparcen determinadas ideas en las inmediaciones de las zonas laterales de la frente. Aunque, estando la sien tan cerca de las orejas, no negaremos las veces que se cumple aquello de "¡Por un oído le entra y por otro le sale!".

sienpreviva. Sien que nunca muere, aunque se la dispare. No obstante, la evidencia constatada pone de manifiesto que el 95% de las personas que reciben un disparo en la cabeza muere inmediatamente a causa de la herida. La clave para tener alguna mínima posibilidad de supervivencia, señalan los expertos, radica en que la bala atraviese el cerebro de lado y no por el medio. Uno de los pocos casos afortunados fue el de la congresista estadounidense Gabrielle Giffords, que en 2011 recibió un tiro en la cabeza en Tucson (Arizona), en un atentado en el que murieron 6 personas y del que, tras permanecer durante varios días en estado crítico, pudo recuperarse. 

siherpes. Serpientes afectadas por el virus del herpes, que se manifiesta mediante llagas o ampollas muy molestas que producen sensación de escozor o quemazón alrededor de la zona afectada.

sijno. Indicio, síntoma o señal de algo entre los sijs. Como cualquier buen creyente, los sijs también permanecen atentos a cualquier señal que anuncie la presencia o llegada de Dios.

silexiano. Dícese del sílex de la región polaca de Silesia.

silófono. Silo para almacenar voces a granel y poder luego usarlas, como algarabía de fondo, cuando el silencio resulte insoportable o peligrosamente revelador. @mundiario