Ella sabe que se equivocó, soñó mucho, soñaría de nuevo, elegiría amar...

Helena Cosano junto al mar
Helena Cosano, junto al mar.

Era invierno y la viejecita miraba el mar... Poema en prosa del libro "Almas Brujas", obra de esta autora.

Ella sabe que se equivocó, soñó mucho, soñaría de nuevo, elegiría amar...

LA  VIEJECITA  Y  EL  MAR

Era invierno y la viejecita miraba el mar,

 y el mar iba y venía, como siempre ha ido y venido el mar,

 mirándola a ella y sólo a ella,

 y el tiempo pasaba como siempre ha pasado,

 y la viejecita tenía frío y soñaba como siempre soñó, 

 la vida iba y venía, los sueños pasaban, la viejecita soñaba,

 con ojos soñadores de sueños pasados, que iban, que venían,

 sueños de antes del invierno y del mar, de antes de la vejez,

 de antes de la vida, con ojos de una infancia que ya era vieja,

 con los ojos de la vejez que ya sueña con la eternidad.

Y si todos los mares se helasen, y si todos los sueños volvieran,

 la viejecita tiene un pasado tan largo que los sueños se tendrían que repetir,

 y ella soñaría igual y volvería a vivir igual, sabe que se equivocó y que se equivocaría otra vez, que soñó mucho, que soñaría de nuevo, elegiría amar,

 tenía la misma mirada hace casi cien años y ya entonces soñaba con la eternidad.

Ve niños jugando en la arena; son los hijos que ella hubiera podido tener.

Juegan y gritan sin mirar el mar; tienen ya esa mirada adulta que ella nunca       supo tener.

Juegan sin sentir el mar, sus ojos miran sin soñar, sus manos modelan la arena como más tarde forjarán un mundo a su medida, un pequeño mundo sin sueños ni mar,

juegan y gritan, y sus gritos desgarran el silencio del tiempo;

y pasan.

Esos niños crecieron. La viejecita sigue mirando el mar.

Otros niños juegan en la arena.

Otros niños que también crecerán y trabajarán, elegirán lo que hay que elegir, no soñarán, no se equivocarán, buscarán distracciones y temerán la soledad, contarán el dinero, querrán seguridad y tener niños como ellos en un ciego anhelo de inmortalidad, sin sueños ni mar; vivirán como todos.

Vivirán sin darse cuenta.

Y morirán.

La viejecita sigue mirando el mar.

Sueña con sus recuerdos, los recuerdos la atormentan y los sueños van y vienen como el mar.

Sabe que se equivocó, y que si volviera a vivir tantas veces como cada ola del mar, viviría igual, iría y vendría, como siempre ha hecho el mar, amaría, se equivocaría una y otra vez y volvería a empezar, amaría, caería, se levantaría, se volvería a equivocar, se levantaría otra vez, como suben y bajan las olas, como vuela y se diluye la espuma, como viaja la brisa, como huyen los ríos, como va y viene el mar.

Como pasa el tiempo.

Es invierno. Hace frío cerca del mar.

La viejecita está sola y no tiene donde ir.

Los recuerdos la atormentan, sus sueños flotan en el tiempo helado.

El mar la mira y le sonríe, como sólo a ella sabe sonreír el mar.

Poema en prosa del libro "Almas Brujas".  www.helenacosano.es @HelenaCosano

 

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