La devoción religiosa "misteriosa" de Victoria Federica: aquí está la prueba

Foto OLGA NUÑEZ HURTADO
Victoria Federica. / Olga Núñez Hurtado

Para el triunfo arrebatador social y estilístico que Victoria Federica logró en Sevilla, podría haberse encomendado a una figura religiosa. MUNDIARIO lo revela en exclusiva y aporta pruebas.

La devoción religiosa "misteriosa" de Victoria Federica: aquí está la prueba

Victoria Federica, un triunfo ayudado por una misteriosa devoción. La Feria de Abril de Sevilla marcará un antes y un después en la imagen de los royals españoles, en concreto la exhibición de Enganches de la Real Maestranza. Victoria Federica, la hija de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar y nieta mayor de los reyes eméritos, ha demostrado estar llamada a convertirse en todo un referente y una gran imagen de la monarquía española.

Su nombre era conocido para el gran público, pero la mayoría desconocía la elegancia que se escondía en esa chica larguirucha y vestida normalmente de forma informal.

En su primer acto institucional en solitario como Madrina de honor de 2019, demostró un saber estar y un empaque regio que le hizo ganarse la admiración y afecto de una ciudad que siempre ha sido muy devota con los reyes.

Victoria no podía – ni quiso– improvisar, era un evento tradicional sevillano con un protocolo definido y una etiqueta muy específica. La mantilla era imprescindible y su look fue estudiado y completamente acertado.

Comenzó con un homenaje a Sevilla y a la plaza en la que haría su debut, eligiendo un vestido color mostaza –o albero que le llaman en Sevilla por ser el color de la tierra de la plaza de toros– en crepe de seda. Se comentó que tal vez no era el tono más indicado para su tez, pero antepuso a estar más favorecida, el homenaje a la ciudad en la que hacía su debut y en la que se casaron sus padres.

El vestido era corto cubriendo la rodilla, ajustado, pero sin esos marcajes tan exagerados que acostumbra a llevar su tia la Reina, de manga larga y con escote V, pero falso, sin exhibir la piel porque en el coche de caballos y los saludos el escote podría jugarle una mala pasada.

Foto: OLGA NUÑEZ HURTADOVictoria Federica. / Olga Núñez Hurtado 

La mantilla la llevaba con naturalidad y elegancia

La mantilla la llevaba con  gran naturalidad y elegancia como la han llevado siempre las grandes señoras de Sevilla, en color beige de encaje de Bruselas, con peineta alta y un recogido natural. No se le veía nada encorsetada, ni mostró artificialidad ni tirantez en el desarrollo del evento.

Los pendientes nada de marcas fashion o similar… optó por unos corales, otro homenaje a Andalucía  y la tradición. El maquillaje muy natural, sin pestañas postizas de vedette, con los labios apenas insinuados. 

Para romper con la uniformidad y seriedad eligió dos piezas estrella: el mantón de Manila y unos espectaculares zapatos goyescos Manolo Blahnik’ de cintas con madroños de colores. Eso sí, mantuvo dos detalles que delataban su edad y su integración " en el mundo real" : el pequeño tatuaje de su muñeca y sus orejas horadadas por tres aros- aunque podría habérselos quitado para la ocasión- 

Pero uno de sus secretos más guardados fue captado por la joven fotógrafa sevillana Olga Núñez Hurtado, gran revelación del mundo fotográfico de la capital  y autora de las fotografias de ese reportaje.

Foto Olga Núñez Hurtado

Móvil en mano. / Olga Núñez Hurtado 

Este secreto hacía relación a una devoción religiosa que podría sentir Victoria por un santo católico, tanto que decoró la carcasa de su móvil  con algo muy atípico para los tiempos que corren : una clásica estampita religiosa con su efigie: la de San Antonio de Padua. En ella, el santo aparecía acompañado del Niño Jesús. Una imagen tradicionalmente católica. Este detalle tal vez la ayudó y le dio tanta seguridad que le hizo "cortar dos orejas, rabo y saliera a hombros estilísticos" triunfando en esta primera comparecencia oficia en la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Ave,  Victoria Federica, el mundo del glamour te saluda. @mundiario.

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