La covid-19 y el aumento en el consumo de los medicamentos

Continuando con los últimos artículos dedicados a la salud mental, publicados en MUNDIARIO, voy a seguir exponiendo la forma en que nos ha afectado la pandemia; para ello, voy a partir de la consideración del incremento en las ventas del grupo de los psicofármacos, que superó en 4 veces las ventas de los medicamentos en general —entre estas drogas sobresalen el clonazepam y el alprazolam—.

Sin lugar a dudas, este aumento en el consumo de los psicofármacos es producto de una pandemia que nos ha sacado del eje y nos ha generado una gran incertidumbre que se ha visto reflejada en el consumo de los mencionados, como una posible solución a los problemas de estrés y al manejo del insomnio.

Esta vez, voy a plasmar los efectos que pueden traer aparejado el uso constante o el consumo excesivo del clonazepam —tiene propiedades ansiolíticas, anticonvulsivantes, miorrelajantes, sedantes, hipnóticas y estabilizadoras del estado de ánimo—, una benzodiacepina que puede causar efectos secundarios leves y graves.

— Dentro de los efectos leves se destacan: somnolencia, vértigo, pérdida del equilibrio, vaivenes emocionales, falta de coordinación, problemas de memoria, dolor muscular o articular, problemas de visión, disminución del deseo o capacidad sexual, entre otros.

— Dentro de los efectos graves puedo mencionar: erupción cutánea y urticaria, inflamación o irritación de los ojos, labios, lengua o garganta, problemas respiratorios, ronquera y dificultades en la deglución.

Medicamentos. / Pexels

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A la vez, debemos considerar que en el uso del alprazolam se sugiere no superar las 12 semanas, y siempre bajo el control de un especialista (médico psiquiatra). En caso de producirse una sobredosis puede provocar somnolencia, confusión, debilidad y dolor muscular, pérdida del equilibrio o la coordinación, incluso el desmayo —el abuso puede causar adicción, sobredosis y la muerte—. Dentro de los efectos secundarios más comunes puedo mencionar somnolencia, dolor de cabeza, estreñimiento o diarrea, entre otros. También, pueden aparecer alteración de la coordinación, aumento o disminución del apetito, fatiga, deterioro de la memoria, ansiedad y aumento del ritmo cardíaco, insomnio, aturdimiento, dificultad en la atención, náuseas, vómitos o diarrea.

Para finalizar, es importante recordar, que los medicamentos son una gran herramienta creada por el hombre para mejorar su calidad de vida, aunque deben usarse de acuerdo a las necesidades reales en salud y en dosis ajustables a cada individuo —su mal uso puede llegar a matar—. @mundiario