Convento e iglesia de San Antonio de Herbón en Padrón

1375300733_191115_1375301305_noticia_normal_opt
Convento de San Antonio. / J. R. Baliñas

El convento de franciscanos estableció misiones en el siglo XVIII en México. A su vuelta, algún franciscano trajo la simiente de los famosos pimientos de Herbón.

Convento e iglesia de San Antonio de Herbón en Padrón

El convento de San Antonio de Herbón en Padrón fue fundado en 1396, bajo bula del Papa Bonifacio IX, por los franciscanos fray Gonzalo Mariño y fray Pedro Nemancos. Fray Pedro era letrado y fray Gonzalo un noble gallego que participó al lado del rey Juan I de Castilla en la batalla de Aljubarrota (conocida como Batalha en Portugal) y heredero de una de las casas de Altami­ra. Gonzalo Mariño era pariente del conde Lope Sancho de Moscoso. Fray Gonzalo renunció a su fortuna al entrar en el convento de San Lorenzo de Trasouto en Santiago, murió en Viana en 1408. El convento, primero bajo la advocación de San Francisco y después de San Antonio, se constru­yó en terreno cedidos por la Colegiata de Iria Flavia.

En 1440 ingresa en el convento el trovador padronés Juan Rodríguez de la Cámara a su regreso de Jerusalem, busca la paz en su retiro. Trae de Tierra Santa planta una palmera y dona tierras al convento. En 1509 el convento recibe donación de tierras de Francisco Bermúdez de Castro, antepasado de los condes de Ximonde y de los Castro de Arretén (Padrón). En 1701 se crea en el convento el Colegio de Misio­neros, escuela para 35 niños franciscanos, muchos de los cuales predicaron y establecieron misiones en América como la de Querétaro en Mexico. A su vuelta, algún franciscano trajo la simiente de los famosos pimientos de Herbón. El convento sufre pérdidas en las inundaciones, “Cheas” por desborde de los ríos Sar y Ulla en los años 1653, 1748, 1778 y 1780. En 1809 fue saqueado por las tropas napoleónicas y  en los años 1814 y 1823 fue prisión para los liberales de A Coruña.

En 1835 durante la desamortización, el convento pasa al municipio de Padrón, en 1865 es donado a la diócesis compostela­na. El cardenal Miguel García Cuesta (1851-1871) establece en Herbón el Seminario Menor, en 1884 es cedido al Colegio de Misioneros de Santiago y en 1890, el cardenal José Martín de Herrera (1889-1922) lo devuelve definitivamente a los francis­ca­nos.

El edificio conventual es grande, un pórtico formado por dos cuerpos de este a oeste, son cortados por otros dos cuerpos de norte a sur de 70 metros, en el medio un claustro del siglo XVI con el "Cruceiro do Claustro", buen sitio de paseo. El convento es lugar apropiado para el recogimiento y el estudio en sus acorchadas salas y buena biblioteca.

En la huerta, cuyo muro linda con la orilla derecha del Ulla, hay gran variedad de plantas y frutales, en 1953 un tempo­ral derribó la palmera de Tierra Santa regalo de Juan Rodríguez. La actual que vemos fue plantada en 1900. Vemos laureles, naranjos, limoneros y en el bosque norte de vegetación variada, grandes árboles como pinos de América, cipreses, robles y sequoias.

La iglesia, muy sencilla, fue construida en 1708, fachada de pared lisa, portada cuadrada rodeada de dos ventanas y una grande en el centro, encima una cruz. A la derecha destaca la única torre campanario de estilo barroco siglo XVIII.

Interior muy luminoso. La bóveda arranca de una gran corni­sa, de dos naves y nueve altares dorados, con varias imágenes del escultor Ferreiro: San Francisco, San Antonio y un cuadro pintado en Mexico de Ntra. Sra. de Guadalupe. Órgano y coro compuesto por 41 sitiales.

Las fiestas

En la carballeira sobre el convento se celebran varias romerías. La principal es el 13 de Junio día de "San Antoniño". Un santo "milagreiro", los fieles le piden cosas, las solteras piden un novio, una boda, los mayores encontrar algo desaparecido o curar algún mal. Veamos lo que escribió Rosalía de Castro.

Rosalía escribía también con alegría y picardía, como la adaptación de la copla popular a San Antonio:

San Antonio bendito,
dádeme un home,
anque me mate,
anque me esfole.

Meu Santo San Antonio,
daime un homiño,
anque o tamaño teña
dun gran de millo.
Daimo, meu santo,
anque os pes teña coxos,
mancos os brazos.

Unha muller sin home...
¡santo bendito!,
é corpiño sin alma,
festa sin trigo,
pau viradoiro
que onda queira que vaia
troncho que troncho.

Mais, en tendo un homiño,
¡Virxe do Carme!,
non hai mundo que chegue
para un folgarse.
Que, zambo ou trenco,
sempre é bo ter un home
para un remedio.

Eu sei dun que cobisa
causa miralo,
lanzaliño de corpo,
roxo e encarnado.
Carniñas de manteiga,
e palabras tan doces
cal mentireiras.

Por el peno de día,
de noite peno,
pensando nos seus ollos
color de ceo;
mais el, xa doito,
de amoriños entende,
de casar pouco.

Facé, meu San Antonio,
que onda min veña
para casar conmigo,
nena solteira
que levo en dote
unha culler de ferro,
catro de boxe,

un irmanciño novo
que xa ten dentes,
unha vaquiña vella
que non dá leite...
¡Ai, meu santiño!:
facé que tal suceda
cal volo pido.

 San antonio bendito,
dádeme un home,
anque me mate,
anque me esfole,
que, zambo ou trenco,
sempre é bo ter un home
para un remedio.

Por la mañana hay misa en el convento en acción de gracias por las ayudas recibi­das, después sale la procesión con la imagen del santo de los milagros, entre la alegría de las campanas y el estruendo de las bombas. La comida es en la carballeira, las pulperías y el churrasco,  las empanadas adornan los manteles, el vino de la tierra fresco, las gaitas, la muiñeira... y antiguamente, el animado regreso andan­do.

Otra romería es el 11 de Julio, fiesta de San Benito funda­dor de la regla monástica "Ora et labora", fiesta alrededor de todos los monasterios. En Galicia hay una cantiga popu­lar en honor de San Benitiño:

San Benitiño do ollo redondo

hei ir alá miña nai si non morro,

hei de levar una bota de viño,

e una bola de pan para o camino.

Comentarios