Las construcciones prefabricadas, un fenómeno al alza

Construcción prefabricada. / Algeco
Construcción prefabricada. / Algeco

Las viviendas prefabricadas ofrecen a los consumidores muchas ventajas: precios más económicos, menor tiempo de elaboración, inmuebles personalizados y alto nivel de eficiencia energética y sostenibilidad.

Las construcciones prefabricadas, un fenómeno al alza

En los últimos años está creciendo mucho el mercado de las casas prefabricadas. El sector inmobiliario vuelve a convertirse en uno de los grandes motores de la economía española, ya que el alza de los precios del alquiler invita a muchas familias a adquirir viviendas en propiedad.

En cualquier caso, la cantidad de obra nueva que se construye en España no es tan alta como en la época previa a la crisis. Esto, en parte está alimentando el mercado de las casas prefabricadas.

Las viviendas prefabricadas ofrecen a los consumidores muchas ventajas: precios más económicos, menor tiempo de elaboración, inmuebles personalizados y alto nivel de eficiencia energética y sostenibilidad. En el aspecto negativo también hay que apuntar algunas desventajas, pero hoy no hablamos de casas prefabricadas, sino de casetas de obra del mismo estilo.

Las ventajas de las casetas prefabricadas

Las casetas de obra se utilizan como lugar de oficina o de trabajo físico en obras de construcción o infraestructuras. En ocasiones, para realizar estas tareas cotidianas no siempre es necesario construir una casa habitable, sino que basta con una de estas casetas prefabricadas con las que ahorrar tiempo y dinero.

Algeco ofrece a los clientes casetas personalizadas, muy cómodas, respetuosas con el medio ambiente y con el mayor grado de eficiencia posible. Desde su web los interesados pueden solicitar información y presupuesto detallando únicamente la superficie de la caseta.

Entre los aspectos más destacados de estas casetas prefabricadas es que su tiempo de obra e instalación es bastante reducido, porque llegan ya al lugar donde van a ir colocadas parcialmente montadas desde fábrica. Esta reducción en el tiempo de montaje reduce el impacto ambiental de las construcciones, la demanda de recursos naturales y personales y permite ganar tiempo en tareas más productivas.

Una segunda ventaja relacionada con el aspecto de la sostenibilidad es que el grado de personalización que permiten hace posible controlar desde el inicio y hasta la construcción el consumo de energía que demandan. En la primera fase, la de diseño, se trabaja para que el consumo de recursos sea el mínimo posible. Esto abarata el precio final y consigue que la construcción sea más rápida.

En tiempos como los actuales, donde la sostenibilidad juega un papel tan relevante y es tan importante, valorar el aspecto ecológico de estas construcciones es fundamental.

Relacionado con el punto anterior aparece también esta tercera ventaja, la del respeto por el entorno. Las casetas prefabricadas son instalaciones modulares, de modo que con ellas se hace un uso más racional del espacio.

La personalización de las casetas juega aquí un papel crucial, si se determina de antemano el tamaño de la instalación, el espacio disponible se utiliza de manera más eficiente. Si con el paso del tiempo se necesitan más módulos, no hay ningún problema, pues se pueden añadir más casetas vigilando esa idea de racionalidad en el espacio. Una de las claves es no genera impacto paisajístico.

Reutilizar y reciclar, las dos últimas R

En ecología existe un principio básico que es la llamada ley de las 3R. Las tres R son las de reducir, reutilizar y reciclar. Se pueden añadir algunas más como reflexionar, que haría mención si es necesario consumir determinados productos o materiales.

Con estas casetas prefabricadas estamos comprobando que la primera de las tres R está muy presente. Todos los proyectos están diseñados para reducir en la medida de lo posible el consumo de recursos en el proceso de construcción y utilización del espacio.

Las dos siguientes R, las de reutilizar y reciclar, son las siguientes que entran en juego. Cuando las casetas están construidas a partir de materiales de buena calidad que las hagan resistentes y duraderas, se puede reutilizar y reciclar, transportándolas a otro lugar y destinándolas al mismo uso o un uso diferente.

Con un buen tratamiento de estas casetas, las instalaciones pueden durar muchos años, pero para ello hay que hacer un uso adecuado de las mismas. Una vez dejen de ser instalaciones válidas y seguras, los materiales a partir de las que están elaboradas se pueden reciclar y utilizar como materia prima, es decir, darles una segunda vida para así fabricar otros materiales y que entren en el ciclo de la economía circular.

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