¿Admite la sociedad actual la presunción de inocencia?

Harvey Weinstein. / FB @weinsteinharvey
Harvey Weinstein. / FB @weinsteinharvey

Casos tan recientes como el del productor Harvey Weinstein parecen demostrar que la sociedad juzga y sentencia antes que la Justicia.

¿Admite la sociedad actual la presunción de inocencia?

Harvey Weinstein es, o era, un afamado productor de cine estadounidense. Ganó varios premios a lo largo de su dilatada carrera, incluido el Óscar a la mejor película en 1999. Como dato curioso, en la ceremonia de entrega de los premios, entre 1993 y 2016 ha sido nombrado o elogiado 34 veces. Las mismas que Dios. Era uno de los reyes de Hollywood. Pero todo eso cambió en octubre de 2017. Decenas de mujeres lo denunciaron por acoso y violación, lo que provocó que fuera expulsado de su propia compañía y de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Fueron tantas las acusaciones que se popularizó el movimiento #MeToo en las redes sociales. En mayo de 2018 fue detenido, acusado de violación y puesto en libertad bajo fianza. La caída de un gigante.

Hace pocas fechas, hemos conocido que en el inminente juicio, que se celebrará en junio, su abogado defensor será Ronald Sullivan, decano de una residencia de pregrado de Harvard. Desde que se conoció la noticia, la presión estudiantil ha sido muy intensa. Aseguran que el ambiente era insostenible. Se produjeron pintadas, sentadas, multitud de enfrentamientos... hasta que finalmente, Rakesh Khurana, decano del Harvard College decidiera enviar un correo electrónico al señor Sullivan indicándole que cesan sus servicios. Es decir, estaba despedido. Lo que subyace es que nadie de Harvard debe defender a un monstruo como Weinstein.

No seré yo quien defienda al señor Weinstein. Y mucho menos voy a justificar delitos tan despreciables. Si es culpable que caiga sobre él todo el peso de la ley. Pero no olvide que cualquier persona puede ser un violador salvaje y, por horribles que sean sus delitos, tiene derecho a un juicio justo y a ser defendido lo mejor posible. ¿O solo pueden optar a un buen abogado quienes nosotros consideremos dignos de tal privilegio? Recuerden que ha habido denuncias de abusos sexuales, también en Hollywood, demostrándose al final que eran inocentes. Que le pregunten a Morgan Freeman. Lo que llama la atención es la necedad de la sociedad actual. En una sociedad repleta de paparruchas —fake news las llaman los posmodernos trasnochados— nos consideramos capacitados para juzgar por las informaciones de la prensa. No esperamos la sentencia del juez. Cualquiera está juzgado y sentenciado por la masa. Quizá lo más grave es el poder que tiene la opinión pública y el sometimiento de la universidad. Lugar donde debería imperar la sabiduría y el sentido común. Pero ya saben, quien paga, manda. Rezaré para no tener nunca que ser objeto de esta opinión pública.


Piensen.

Sean buenos.

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