571.395 no es un número: Tras esta cifra se esconden los enfermos de España

La salud es un bien y un derecho.
La salud es un bien y un derecho que debe permanecer público y al alcance de toda la población.

Detrás de esta cifra se esconden los enfermos de este país. Pacientes que han de esperar más de seis meses a que les toque el turno para ser operados por la sanidad pública.

571.395 no es un número: Tras esta cifra se esconden los enfermos de España

571.395 no es un número, es un drama personal. Detrás de esta cifra se esconden los enfermos de este país. Pacientes que han de esperar más de seis meses a que les toque el turno (o, mejor dicho, el gordo) para ser operados por nuestra Sanidad Pública. Una lista interminable de caderas rotas, corazones enfermos y ojos nublados por cataratas. 571.395 no es un número, es la prueba indeleble de que este gobierno, el cual ha de velar por un estado de bienestar, languidece sin remedio. Es el testimonio tangible del fracaso y la ineficacia del poder político. 571.395 no es un número, es una cirujía digestiva en un niño, una incisión en el cerebro de un ama de casa, una intervención en la próstata de un hombre de mediana edad. 571.395 no es un número, es una ausencia. Operaciones que no se realizan a su tiempo por culpa de los recortes presupuestarios, de la pérdida de personal sanitario y de la reducción de atención médica a la que todos deberíamos acceder por ley.

571.395 no es número, es el símbolo de la vergüenza. Es el bochorno de estar desamparados por un estado de derecho que no es tal. Es el descaro de unos pocos que esquilman lo que tantos aportan para, en caso necesario, enfermar con dignidad. 571.395 no es un número, es mucho más que eso. Es una broma pesada, una indecencia, una humillación. Una cifra que refleja la indolencia, la insensibilidad, la tibieza con la que se trata a los ciudadanos y ciudadanas de una nación democrática. 571.395 no es un número, es el resultado de una gestión política tullida, fracasada, abortada. Es la decepción, el fiasco, el desengaño ante aquellos que tienen la obligación de velar por nuestra tranquilidad. 571.395 no es un número, es la alarmante señal de un pueblo que convalece ante la impasibilidad de una administración de cartón piedra. 571.395 no es un número porque en él, lamentablemente, cabemos todos.

 

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