Vídeo sobre la resistencia de una mujer contra el reclutamiento de Kiev

En Velikaya Znamenka, un pequeño pueblo a 270km de Kiev, un oficial ucraniano se presenta para sumar conscriptos a la guerra contra el Donbass. Pero una mujer habla por todos.

El 22 de febrero se cumplirá un año del derrocamiento de Víktor Yanukóvich de la presidencia de Ucrania. La desestabilización se produjo por su negativa a incorporar al país a la Unión Europea, con el comienzo de manifestaciones que a la velocidad de la luz se tornaron violentas, y terminaron con la masacre de la Plaza Maidán, que dejó al menos 26 muertos, víctimas del fuego indiscriminado de francotiradores. Semanas más tarde se supo que se trató de un atentado de falsa bandera, perpetrado por miembros de la ultraderecha neonazi ucraniana, según consta en una conversación filtrada entre la Alta Comisionado de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, y el canciller de Estonia, Urmas Paet, refiriéndose a los francotiradores como agentes contratados de la oposición.

El oriente del país no aceptó la autoridad de la junta de Kiev. En esa región, el depuesto Yanukóvich había sido electo, en 2010, con el 95% de los votos. La respuesta de Kiev fue una guerra punitiva contra la población civil, que se cobró más de 5.500 víctimas, pero que fuentes de la inteligencia alemana estiman diez veces superior.

El vídeo de este artículo, tomado en Velikaya Znamenka y doblado en exclusiva para MUNDIARIO, fue registrado en un pequeño pueblo a unos 270 km de Kiev, cuando un oficial del ejército ucraniano se presenta para llevar adelante una leva militar y enviar a los hombres del poblado a combatir contra las fuerzas autonomistas de Donestk y Lugansk. En un momento una mujer toma el micrófono y expresa el auténtico sentimiento de la población civil, contra la guerra fratricida que la junta de Kiev desarrolla en nombre de los intereses de la Unión Europea, y el afán de Estados Unidos por llevar los límites de la OTAN a las puertas mismas de Rusia. Lo que la mujer hace es un acto ilegal, según el régimen de Poroshenko. No es arrestada por el simple hecho de que todo el pueblo presente no lo hubiese permitido.

Por un hecho similar, el periodista Ruslan Kotsaba fue denunciado por “traición” y “espionaje” porque el 17 de enero pasado subió un vídeo a YouTube en el que dice preferir “estar entre tres y cinco años en prisión a ir al Este a matar a mis hermanos ucranianos”, y convoca a detener la locura de la guerra. La pena que enfrenta es de 23 años. La mujer de Velikaya Znamenka no insulta. Simplemente argumenta las razones, ante el atónito oficial ucraniano, por la locura de una guerra criminal y espuria.

l reclutamiento para las fuerzas ucranianas refleja el consenso que tiene Kiev para esta guerra. En las fronteras occidentales, los hospedajes están repletos y Poroshenko evalúa imponer restricciones de viajes a los hombres entre los 25 y 60 años. También podrían comenzar a reclutar mujeres a partir de los 20 años. De los convocados a las armas, apenas el 6% se presentó voluntariamente y crecen los enfrentamientos entre pobladores enfurecidos y los oficiales que buscan a los conscriptos por la fuerza.

El argumento de la invasión rusa fue desmentido por la propia OSCE, pese a los pasaportes que Poroshenko presentó en la Conferencia de Seguridad de Munich. Además, el sentido común también contradice a Kiev: no sólo miles de rusoparlantes del Donbass buscaron refugio en Rusia, también regiones del occidente de Ucrania como Ternopyl escaparon de la guerra hacia ese destino. Si Rusia fuese la agresora, ¿cómo es posible que los agredidos busquen refugio allí?