Trump y su papel en el derrumbe del chavismo en Venezuela

Donald Trump, Presidente de Estados Unidos. / Flickr
Donald Trump, Presidente de Estados Unidos. / RR SS.

Las anteriores Administraciones estadounidenses habían sido críticas con el régimen conformado por Hugo Chávez y heredado a Nicolás Maduro, pero ha sido el republicano quien ha tomado cartas en el asunto, gracias a la influencia de su círculo cercano y varios legisladores anticastristas.

Trump y su papel en el derrumbe del chavismo en Venezuela

La juramentación de Juan Guaidó como presidente encargado no habría durado mucho si en ese momento el presidente de EE UU, Donald Trump, no le hubiese dado su total respaldo. Las anteriores Administraciones de EE UU habían sido bastante críticas con el régimen chavista, pero es el republicano quien ha tomado cartas en el asunto llegando a sancionar a la estatal petrolera venezolana e incluso amenazando –a través de su secretario de Estado- a Maduro con la cárcel de Guantánamo.

La decisión de Trump no ha sido tomada por casualidad, el presidente también escucha a su círculo más cercano. Para llegar a tomar la decisión de derrumbar definitivamente a Nicolás Maduro, el mandatario escuchó lo que tenían que decir el senador Marcos Rubio –conocido crítico del Gobierno de Venezuela- y el congresista Mario Díaz-Balart. Pero también prestó mucha atención a la opinión de su vicepresidente Mike Pence, especialmente empapado en el tema de América Latina.

Tras la juramentación de Guaidó, EE UU le reconoce como presidente encargado de Venezuela y le ofrece todo su apoyo para poder empezar con una etapa de transición. Seguidamente Canadá y el resto de potencias de América se unen a la obra y declaran su respaldo a Guaidó. Salvo México y Uruguay, que deciden mantener un papel neutral, gran parte de los países del continente piden el fin de 20 años de chavismo.

Las medidas anunciadas por Trump contra el régimen de Maduro ya estaban trazadas en una hoja de sanciones desde la era de Obama, pero nunca llegaron a fluctuar. Luego llega Trump, que empieza a rodearse de halcones y personas duras en su círculo cercano. Hablamos de John Bolton como primer consejero de Seguridad Nacional del presidente, y Mike Pompeo, secretario de Estado, ambos con una línea muy dura.

Con un círculo empapado en el tema de América Latina, Trump toma una decisión que no le es difícil y permite que estos mantengan contactos cercanos con la oposición venezolana. Así va tomando forma un plan donde Juan Guaidó, arropado por los líderes de la oposición como María Corina Machado, Julio Borges o Leopoldo López; empieza a reunirse con varias personalidades importantes de la región como Luis Almagro, secretario general de la OEA; o los representantes del Grupo de Lima. Finalmente, está Canadá bajo la tutela del progresista Justin Trudeau, que apoya la defensa de los derechos humanos, algo que ha sido determinante en su decisión de seguir los pasos de EE UU y apoyar el mandato interino de Guaidó.

Tras el paso de varios líderes del socialismo en América Latina, y la posterior caída de casi todos, EE UU está dispuesto a barrer esta influencia de sus países vecinos, empezando por Venezuela. Ya lo dijo Bolton el pasado noviembre al referirse a una nueva “troika de la tiranía” en América Latina. “Esta troika de la tiranía, este triángulo de terror que va de La Habana, a Caracas y Managua, es la causa de un sufrimiento humano inmenso, el motivo de una gran inestabilidad regional y la génesis de una cuna terrible de comunismo”, aseveró. @mundiario 

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