Shinzo Abe: el legado político del ex primer ministro japonés asesinado a tiros

El otrora premier fue caracterizado por su carisma e ideas divisorias, que molestaron a Corea del Norte, Rusia y China en sus más de dos periodos al mando.
El primer ministro japonés que ha estado más tiempo en el poder ha sido asesinado de dos tiros disparados mientras estaba de espaldas. Se trata de un magnicidio consumado, ocurrido en un país que ni siquiera está acostumbrado a la violencia armada. Shinzo Abe ha fallecido en medio de un mitin para apoyar la candidatura de los militantes de su partido conservador, pese a haber abandonado el cargo de premier hace unos años.
Fue considerado como un hombre de mano fuerte, carismático y divisorio a la vez, que logró estrechar aún más las relaciones de Japón con EE UU al tiempo que se enfrentaba a Corea del Norte, China y Rusia, así como molestaba de vez en cuando a Corea del Sur por su postura nacionalista, controvertida para los surcoreanos debido al pasado imperial del país nipón y sus invasiones a la península de Corea.
Abe es el primer ministro que más ha durado al mando del Gobierno japonés en la era de la posguerra, además seguía al frente del Partido Liberal Democrático (PLD), que también ha gobernado buena parte de las décadas de la democracia nipona. El ex primer ministro se apartó de su cargo, en 2020, por cuestiones asociadas a una enfermedad crónica que le obligaron a dimitir en su primer mandato.
Peses a ello nunca abandonó la política, siguió liderando la fracción mayoritaria del PLD, así como seguía teniendo influencia en la política interna del país. Sus dos sucesores, incluyendo al primer ministro actual, Fumio Kishida, fueron sus pupilos. Murió a los 67 años a manos de un tirador en un mitin organizado el día anterior, en plena calle de la ciudad occidental de Nara, en apoyo a un candidato del distrito a las elecciones legislativas de este domingo.
Pero la figura de Abe perdurará en la memoria de la democracia japonesa. Con dos mandatos y medio tras de sí, el ex premier gobernó Japón entre 2007 y 2008 y una segunda y tercera vez desde 2012 y 2020 tras ganar la reelección. Sus periodos estuvieron caracterizados por políticas destinadas a sacar al país nipón de su estancamiento económico, una postura de línea dura en política exterior e interior y por aunar esfuerzos para reducir la influencia china.
Ascenso de Shinzo Abe en Japón
Abe, un político de sangre azul apodado ‘El Príncipe’ es hijo de un ministro de Relaciones Exteriores Shintaro Abe y nieto del también ex primer ministro Nobusuke Kishi. Hizo parte por primera vez del Parlamento en 1993, y desde allí comenzó a escalar posiciones dentro del gabinete del ex premier Junichiro Koizumi cuando fue nombrado secretario en jefe del mismo.
Su acenso alcanzó el techo con su primer mandato en 2006, convirtiéndose en el mandatario más joven a los 52 años, pero una serie de escándalos relacionados a su gestión resultaron, por ejemplo, en la pérdida de los registros de los pensionados, afectando a 50 millones de personas, creando una atmósfera de descontento que al final le obligaron a dimitir, aunque Abe siempre achacó su salida a la enfermedad crónica que sufre desde la adolescencia.
Durante 2011 estuvo encargado de supervisar la recuperación del país, después de que el archipiélago fuera azotado por el terremoto y tsunami que provocaron la muerte de 20.000 personas. El País reseña que, en 2012, “impulsado por la furia popular por la gestión del Gobierno de Naoto Kan, del rival Partido Democrático, en el desastre nuclear de Fukushima en 2011”, Abe regresa al poder con una amplia mayoría en la Dieta (Parlamento nipón), encadenándose hasta 2020.
Ese año dimite alegando que su colitis ulcerosa, que había controlado con tratamiento en 2012, le estaba pasando factura, por lo que abandona el poder. La renuncia provocó un conflicto interno en el PLD, que no quería proclamar a un sucesor. El cargo quedó en manos de Yoshihide Suga, un político veterano que durante mucho tiempo fue miembro de su gabinete, que apenas aguantó un año en el poder por la crisis económica y social labrada por la pandemia por covid-19.
El nacionalismo, parte de su polémica
El ex primer ministro fue muy conocido por su férreo respaldo a los valores japoneses y al derecho a la defensa. Siempre ha perseguido reformar la Constitución pacifista que EE UU redactó para el archipiélago en la era de la posguerra, un vestigio que los conservadores ven con recelo tras el fracaso japonés en la II Guerra Mundial y que establece que Japón no puede movilizar sus tropas fuera del país y evita que su ejército sea reconocido formalmente como tal.
En 2015 fue su mayor acercamiento, cuando abogó el derecho colectivo a la defensa propia, un principio que la BBC explica como la autorización que tiene Japón para el “despliegue de tropas en el exterior para su defensa y la de sus aliados que estuvieran bajo ataque”, que fue refrendado por el Congreso, pese a las reticencias de los grupos de izquierda, la opinión pública y buena parte de la ciudadanía.
Prime Minister Fumio Kishida of Japan on Friday called the fatal shooting of former Prime Minister Shinzo Abe an "act of cowardly barbarism." https://t.co/FEkYw6Xo46 pic.twitter.com/trp0qQMLGY
— The New York Times (@nytimes) July 8, 2022
Abe se enfrentó contra Rusia, siendo un firme oponente en el litigio que ambos países tienen sobre los Territorios del Norte, un conjunto de islas ubicadas al norte de la masiva Hokkaido, que son reclamadas por ambos países. Por su parte, ha tenido importantes choques con China en el pasado, por la postura nipona extremadamente cercana y estrecha con Washington. El propio Abe y el expresidente Donald Trump compartieron hamburguesas y jugaron golf un par de veces
Sus pretensiones nacionalistas le llevaron a mantener la tensión sobre China y a ganarse el descontento continuo de Corea del Sur, especialmente cuando la izquierda llegó al poder en Seúl de la mano del progresista Moon Jae-in en 2017. La situación fue muy particular en 2013, cuando Abe visitó el santuario de Yasukuni en Tokio, un monumento vinculado con las atrocidades del País del Sol Naciente en el siglo XX, símbolo del militarismo japonés y donde se veneran a todos los muertos militares japoneses, incluyendo criminales de guerra de alto nivel. @mundiario