¿Responderá Sánchez al objetivo de Otegui de destruir España para ir a la república vasca?

Después de afirmar que el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado de Pedro Sánchez es el primer paso para alcanzar la “república vasca”, Arnaldo Otegui ha hecho un llamamiento a los vascos para que el próximo 6 de diciembre, “Día de la Constitución” acudan a una gran manifestación en Bilbao contra la misma y en defensa de la ruptura del Estado y la proclamación de la República Vasca.

Con el habitual lenguaje ha insistido en que debe ser abrogado “el régimen del 78” y avanzar en la disolución del Estado que proclama y que no representa al pueblo vasco. En ese sentido, ha emplazado a su consocio Pedro Sánchez y a su Gobierno a que avance en lo que llama “la democratización de España”, la devolución de las libertades a las naciones oprimidas como son Galicia, Euskalerría y Catalunya, y la devolución de los derechos sociales al conjunto. De entrada, convoca a los vascos a ocupar la calle para manifestar su voluntad "pacífica" de independencia.

De todos modos, otorga a Sánchez un plazo, si no avanza en la construcción del “Estado plurinacional” y pese su puntual apoyo a los presupuestos, Bildu trazará sus propios pasos en orden a su objetivo de construir una república soberana independiente de España, proceso que considera imparable e irreductible. Pero eso precisa primero de la destrucción del Estado español, a cuyos presupuestos se presta apoyo en orden a la nueva sintonía de entendimiento con el PSOE.

Al mismo tiempo está en marcha una campaña contra la amnistía de 1977, por entender que fue una forma de dar cobertura “a los crímenes del franquismo”, pese a que, curiosamente, benefició a etarras condenados por delitos de sangre. En ese sentido, el ex magistrado Garzón ha llegado a decir que la amnistía “preconstitucional” no puede alcanzar a las acciones de la “dictadura” y por eso hay determinadas causas que deben ser abiertas, como la que se pretende seguir desde Argentina contra determinados ex ministros del régimen anterior.

Con carácter general, las concesiones a Esquerra Republicana de Cataluña (indulto a los presos del “procés”, reforma del delito de Sedición en el Código Penal, con notable rebaja de las penas, y desaparición del carácter vehicular del castellano en la enseñanza primaria, cosa que ya no se cumple en Cataluña, donde el propio Tribunal Superior de aquella comunidad sentenció contra la Generalitat por no cumplir ni la cuota del 25 por ciento), se unen a las otorgadas al PNV y Bildu. Aparte del significativo acercamiento de presos vascos a aquella comunidad, entre ellos algunos de sus más contumaces asesinos, se ha producido un hecho de enorme trascendencia: Sánchez se pliega ante una de las más coincidentes reivindicaciones del PNV y Bildu, el cierre de los cuarteles y la salida del Ejército ----llamado “ejército de okupación”---del País Vasco, lo que se inicia con el desmantelamiento del cuartel de Loyola de San Sebastián y traslado de la unidad que lo ocupa a no se sabe dónde, pese a que se oponía el Ministerio de Defensa.

Pero en medio de este panorama, lo de Otegui es lo más grave, porque tras prestar su apoyo para que Sánchez pueda seguir en la Moncloa, anuncia y convoca un acto de público rechazo, curiosamente, del marco que le permite manifestarse contra el mismo. O sea, que el mismo elemento que ha pasado a ser una parte esencial del Gobierno del Estado, convoca a los suyos a manifestarse para dinamitar el Estado que van a ayudar a gobernar. Y un país adormecido asiste impasible a todo esto. Un país que parece complacido con su propia destrucción como tal. @mundiario