Reflexiones desde Galicia para que la izquierda encuentre de nuevo el Norte

Manifestación de indignados.
¿La democracia española necesita reinventarse?

El autor del artículo se pregunta si es necesario que la democracia española se 'reivente' y se cuestiona a quién favorecen las reinvenciones, si a la izquierda o a la derecha.

Reflexiones desde Galicia para que la izquierda encuentre de nuevo el Norte

Estamos asistiendo perplejos, por lo menos algunos de nosotros, al debate en la izquierda española, tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales, con continuos reproches y acusaciones que lo único que están consiguiendo es que la derecha y sus gobiernos 'se vayan de rositas'. Y eso pese a haber realizado los mayores recortes del Estado de Bienestar y de las libertades públicas desde laTransición.

Asistimos a la proliferación de movilizaciones, asociaciones, plataformas y partidos que, partiendo desde las mismas posturas ideológicas, han dividido a una población que dio muestras en varias ocasiones de una gran madurez política.

Cuando, durante el gobierno de Aznar, se consiguió movilizar a millones de personas contra la guerra de Iraq, contra la actuación del gobierno en el desastre del Prestige, en las movilizaciones de los estudiantes de Bachillerato y Universidad y, por último, contra la gestión de los atentados de Atocha, los políticos de izquierdas se empezaron a poner medallas y tratar de capitalizar esas movilizaciones en su rédito electoral. Lo que trajo consigo esta radicalización de la calle fue un vuelco electoral… Y a Zapatero (el que dijo que no nos fallaría).

Tengo que decir que, en mi ingenuidad, le creí y me dije: 'Este tío parece menos político que los demás y, al fin, el PSOE vuelve a posicionarse a la izquierda'. Además, la retirada de las tropas de Iraq parecía confirmarlo; pero fue otro espejismo. A partir de aquí, las medidas económicas fueron de corte neoliberal (alternando con medidas sociales de tipo 'progresista') y, poco a poco, la calle fue de nuevo radicalizándose.

Surgió entonces un hecho sin precedentes. De forma espontánea, la gente fue juntándose en la Puerta de Sol de Madrid (y posteriormente en toda España) en lo que se denominó el 15M. Todo el mundo lo recibió como una nueva forma de intervenir en política, una nueva forma de organización de la 'ciudadanía', allí todo el mundo podía participar, era todo muy horizontal, no había lideres (eso nos quisieron hacer ver). Los medios de comunicación se volcaron con ellos y lo recibieron como la 'revolución' de la ciudadanía; la información era constante, tanto por parte de los medios oficiales, como de las redes sociales. Se hicieron documentos, libros, documentales sobre lo que ocurría cada día en Madrid ¿Pero qué ocurría? NADA.

Se acabo el 15M, surgió el 22N, el 27O, 'Rodea el congreso'… ¿Y qué pasó en este país? Pues que ganó por mayoría aplastante el PP. La izquierda se empezó a hacer preguntas y, ante el supuesto éxito de esas concentraciones, decidió que había que estructurar las alternativas de otra forma, más horizontal, que no valían las formas tradicionales de organizar la izquierda y a eso que se empezó a llamar la 'ciudadanía' (aún no tengo muy claro qué es). Ya no se habló más de capitalismo, socialismo, clase obrera, militancia, lucha de clases (bueno, esto llevaba varios años sin hacerse), y ya no digamos de comunismo, dictadura del proletariado (eso lo defenestró el eurocomunismo). A partir de esos movimientos aparece 'la gran esperanza roja' (bueno, en mi opinión no pasa de rosa): PODEMOS y Pablo Iglesias. A partir de aquí, los coloquios en TV y en los periódicos se centran en los círculos, la casta, la horizontalidad y, como si de un virus se tratara, todos los partidos se contagian y entonces hay una carrera a ver quien parece más transparente, abierto y democrático. En la izquierda española todos quieren refundar la democracia.

Aparecen infinidad de encuestas electorales porque, en realidad, todo se trata de eso, lo que se busca es el poder político. Y para ello se utiliza de forma generalizada un marketing, con mejor o peor fortuna. En las encuestas todos ganan. El PP porque realmente es el más votado; el PSOE porque, pese a hacerse en el final de la época Rubalcaba, no tiene una debacle muy grande; IU porque sí; UPyD le echa la culpa a las televisiones; los nacionalistas salen bien parados; y Podemos tiene un crecimiento espectacular que llega al ¡15% del electorado!

Y yo me pregunto: después de los recortes, los casos de corrupción, el desastre de los ministros de Rajoy, las declaraciones de Alonso y Floriano, los contratos en diferido de Cospedal, los casi 6 millones de parados, las leyes del aborto y seguridad ciudadana, de educación, ¿qué?

Entre el PSOE (considerémoslo de izquierdas), IU, Podemos, Equo, Compromis, BNG, Bildu, ERC, etc., no obtienen la mayoría absoluta y, pese a eso, están contentos. En las redes dicen que los españoles somos burros, incultos, analfabetos, etc. No se plantean que a lo mejor ellos están haciendo las cosas mal, que cuando peor lo tenía la derecha política, social y económica se plantean estas alternativas, sectoriales, sin conexión, ni dirección política. No quiero decir con ello que Podemos, PAH, Stop desahucios, etc., sean creaciones de la derecha para acabar con un incipiente movimiento obrero, no, son movimientos bien intencionados de gente con distintos objetivos pero que, como el Pisuerga pasaba por allí…, la derecha los utiliza dándole mucho bombo y poniendo a su disposición los medios de comunicación que, con anterioridad, había concentrado en 'manos amigas'. ¿Os imagináis a Luis XVI dándole cancha a Robespierre, o a los zares dejando a Lenin y los bolcheviques libres? Cuando el capitalismo cede parte de su aparato de propaganda es por algo que le beneficia.

Todo esto se produce cuando el sector con más conciencia de clase y más organizado inicia unas movilizaciones en Asturias, los mineros, con todo el significado que eso tiene en el estado. Pero había muchas más huelgas a lo largo de España y el temor, bien fundado, de la derecha es que todos ellos se unieran en una gran huelga política que propiciara un cambio en las estructuras de la sociedad. Había que pararlo como fuera, no podíaa ser con más represión, entonces utilizaron a los 'tontos útiles' (como en su momento al PCE, al PSOE y a los partidos democráticos que firmaron la Transición).

Cuál es la alternativa y cómo debe organizarse la clase trabajadora da para más artículos.

Comentarios