Quisiera saber si es de justicia obligar a una mujer a tener un hijo con malformaciones

El ministro Alberto Ruiz-Gallardón.
El ministro español de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.
El aborto tiene que ser un derecho basado en la decisión individual dentro de los criterios ya establecidos y conseguidos por la lucha de miles de personas que así lo entendieron.
Quisiera saber si es de justicia obligar a una mujer a tener un hijo con malformaciones

Defíname, señor Gallardón, qué es para usted la justicia. No… déjelo, no me interesa en absoluto su discurso, no creo que entienda el término, ser ministro no le capacita para conocer su sentido, le queda demasiado grande el término, lo demuestra cada día.

Quisiera saber si es de justicia que una mujer se vea obligada a tener un hijo con malformaciones, un hijo de quien se olvidará usted seguramente el primero, en el momento en que esa madre se vea sin medios, sin la ayuda necesaria para poder atender como necesita a ese niño, para poder mitigar su sufrimiento los años que pueda sobrevivir con vida, y sí lo hace, la garantía de que será cuidado si ella ya no está.

Quisiera saber si para usted es de justicia que alguien deba sentirse perdida, abandonada, juzgada, acusada y sentenciada por decidir no llevar a cabo un embarazo de estas características.

Yo creo que no es de justicia el que usted imponga como hombre intransigente lo que a su criterio es correcto, y piense siquiera que puede ser capaz de entender lo que puede sentir una madre cuando decide tomar esa decisión. Algo que lo convierte en un autócrata, un déspota absolutista que disfraza su tiranía sobre los más indefensos con versos mal paridos sobre la defensa de la vida a ultranza.

Presupongo la inocencia de quien no toma el aborto como método anticonceptivo, presupongo hoy que nadie está en contra de la vida, del nacimiento, de ese derecho que parte de la concepción, pero es este término el que está completamente condicionado, y apoyándonos sobre él, debemos de entender y analizar que ocurre durante ese proceso, y que circunstancias obligan a que una mujer decida en sus plenas facultades interrumpirlo, todas aquellas circunstancias que deben ser tomadas con el respeto y el apoyo que exige cualquier mujer que pueda verse en esa situación.

Piénselo señor ministro… piénselo, piense en cubrir primero todas aquellas necesidad de la vida ya establecida, la de todas esas personas, de todos esos niños que limitados y sin recursos sufren cada día su idea de la vida, no la propia, ni la de sus familias, sino la que ronda por su hueca e incompetente cabeza, ayúdelos, protéjalos y sea lo suficientemente humano para creer realmente en ese discurso en pro de la vida que se pierde justo en el instante en el que aparece la primera necesidad no cubierta, y empezamos todos a recoger tapones de plástico.

El aborto tiene que ser un derecho basado en la decisión individual dentro de los criterios ya establecidos y conseguidos por la lucha de miles de personas que así lo entendieron, y entienden, los auténticos protagonistas, un derecho dentro del criterio de calidad de vida, de condición de futuro y responsabilidad, algo respetado por todos y no tan valorado por otros… los bocazas, esos que casi siempre representan una idea masculina basada en el mal entendimiento de una religión, cuyo guión no entienden siquiera los que se hacen llamar obispos.

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