¿Qué esperaban encontrar en Ceuta las personas lanzadas a la aventura?

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Subsaharianos detenidos en Ceuta. / RR SS.

El Faro de Ceuta asegura los niños marroquíes fueron engatusados con falsedades y llegaron pensando que venían de excursión.

¿Qué esperaban encontrar en Ceuta las personas lanzadas a la aventura?

Según revela hoy el Faro de Ceuta, las clases en Castillejos están vacías. Solo asisten las niñas. Los varones fueron engatusados con falsedades que les llevaron a salir a la carrera hacia Ceuta, dejando atrás a sus familias, que en muchos de los casos no sabían que sus pequeños habían huido. Ahora los reclaman, piden ayuda para que sus hijos regresen. Lo hacen remitiendo de forma masiva fotografías de estos niños a los que perdieron la pista en los días de salidas masivas auspiciadas por el vecino país. Se están poniendo en contacto con amistades en Ceuta o familiares para que los busquen en la nave del Tarajal, en donde permanecen unos 700 niños. Anoche, no obstante, se procedió al traslado en autobuses militares de 250 de estos menores al centro de Piniers, que será gestionado por Samu, según el citado relato.

Dice el periódico ceutí que hubo menores que pensaban que venían de excursión. A otros les dijeron que podrían ver un partido de fútbol en el que jugaría Cristiano Ronaldo. Otros consideraban esto un juego. “La Condesa está vacía”, cuenta una vecina de Castillejos. Ella tiene consigo a sus hijas menores de edad, no ocurre lo mismo con sus vecinas, cuyos hijos, algunos muy pequeños, huyeron a Ceuta. “Muchos vieron que iba gente corriendo, dijeron que habían abierto la frontera, que era como una fiesta, y se marcharon. El colegio ahora está vacío, sin niños, y los padres llorando”, añade. Uno de esos niños es Omar, otro Nwafal, de 13 y 17 años, cuyos padres se pusieron en contacto con este periódico para solicitar que aparecieran y que volvieran a casa. Como ellos muchos más. Hasta niños de unos 5 años que partieron solos, en lo que se tomaba como un juego, sin serlo.

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El presidente Sánchez a su llegada a Ceuta. / RR SS.

Conmovidos por las duras imágenes que hemos visto, conmovidos por el drama humano de los episodios de Ceuta, uno se pregunta: ¿Qué esperaban encontrar en esta ciudad miles de personas lanzadas a una incierta y peligrosa aventura por el propio Gobierno de su país que los ha empleado como carne de cañón, conscientemente, de que el resultado que era de prever? Y dentro de ese conjunto hay, sin embargo, que distinguir a las familias con hijos menores, incluso bebés que lo han apostado todo por llegar a territorio español, de los numerosos subsaharianos que quisieron aprovechar la ocasión con el mismo fin, de esa masa de jóvenes aventureros que se han lanzado al mar o traspasado la verja y que, por ellos mismos, una vez topados con los resguardos españoles han vuelto a su país, no sin intentar una y otra vez, a veces con éxito, repetir la experiencia. ¿Y los niños? También aquí hay de todo: compañeros de sus familias, chavales que se escaparon de casa sin conocimiento de sus padres y otros que realmente son menores no acompañados que han intentado buscarse la vida.

¿Qué esperaban encontrar en Ceuta?

Y unos y otros, ¿qué esperaban encontrar en Ceuta? ¿Acogimiento, comida, trabajo, un trampolín para viajar a la península o quizá llegar a Francia, meta de muchos marroquíes que tienen familia en aquel país, que por cierto los devuelve de modo sistemático a España, aplicando sin miramientos el principio de “la última frontera”? De momento, a las situaciones semejantes ya conocidas, otro millar de menores se suma a los 10.000, de ellos en gran parte magrebíes, que España acoge.

Las causas que provocaron este éxodo persisten. Siguen donde estaban y nadie puede dudar de que esto ha sido dos cosas: una advertencia de Marruecos de que puede lanzar a sus ciudadanos a la desesperada contra España, un ensayo general de que es bien fácil y posible repetirlo con éxito. La prueba está en que la pasada noche se intentó de nuevo traspasar las fronteras en Ceuta y Melilla, salvo que esta vez el resguardo del lado marroquí impidió el acceso. Las grandilocuentes declaraciones no sirven de nada, pese a que, desde el Gobierno, desde el presidente a la ministra de Defensa se han lanzado, con el mismo argumento, salvo la ministra de Exteriores que, en este asunto, como en el de Gibraltar sigue en Babia.

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 Un soldado con un niño. / RR SS.

Las manifestaciones de solidaridad de los dirigentes europeos están muy bien, pero la envergadura del problema exige algo más: ante todo, una política común ante Marruecos y una cooperación efectiva para asumir una cuota en el acogimiento de familias y menores que, por ahora, quedan al resguardo de lo que sea capaz de hacer España. Pero hay algo más, con el apoyo norteamericano y francés, Marruecos está crecido, sobre todo en el asunto del Sahara y al tiempo que gasta millones de dólares en armarse o en las extravagancias del sátrapa que lo gobierna, se permite amenazar a España con mandarnos nuevas oleadas de sus nacionales si nuestro Gobierno no se aviene y rectifica su política con respecto al dirigente de Sahara que atiende nuestro sistema sanitario “por humanidad”.

España pudo ahorrarse el problema

Diplomáticos españoles han señalado que España pudo ahorrarse este problema, por ejemplo, pidiendo ayuda un país amigo como Portugal para que acogiera al presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Gali. Y señalan que, en ocasiones, España ha ayudado al país vecino cuando se tercia, desde cuando enviamos nuestros aviones a luchar contra los incendios forestales, o cuando sus poblaciones fronterizas, como ocurrió hace años en Valença do Minho (que por cierto se llenó de banderas españolas) tuvo que acogerse a la colaboración de nuestro sistema sanitario en Tui, ante los recortes de su propio servicio territorial de asistencia sanitaria. Fue sólo una idea.

Pero el problema de fondo sigue ahí con dos aspectos: el humanitario, el político, a lo que habría que unir la peligrosa deriva de que la extrema derecha, como ya hemos visto, lo aproveche para sus fines y cree un clima entre sus seguidores de desaforada reacción ya expresada. Los titubeos y errores del Gobierno (a quien el CNI advirtió de modo indudable lo que se cocía del otro lado de la frontera) y el uso del conflicto por la oposición no ayudan precisamente a colocarnos en la perspectiva que el caso requiere.

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Imagen de la desesperación en Ceuta. / RR SS.

Y por cierto, hay que tomar nota de dos hechos que no pueden pasar desapercibidos: los servicios de emergencias de la Ciudad Autónoma de Ceuta atendieron 200 llamadas y acudieron a 50 incidencias durante la madrugada del miércoles por intentos de robo y allanamiento de moradas, peleas y lanzamientos de piedras, en distintas barriadas, mientras cientos de personas vagaban por sus calles o pedían comida en los supermercados. Y el propio “Faro de Ceuta! Informaba de que se estaban produciendo incidentes en Castillejos –al otro lado de la frontera con Ceuta-, después de que cientos de marroquíes la emprendieran a pedradas contra sus fuerzas de seguridad y además de quemar neumáticos creando columnas de fuego, que desde este miércoles han empezado a contener los intentos de entrada en su ciudad, por sentirse engañados. @mundiario

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