¿Qué es democracia?

capitolio 4
Una democracia "cornuda".

¿Qué es democracia?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila “azulada” o “rojiza? / ¿Qué es democracia? ¿Y tú me lo preguntas? / Democracia... eres tú. Y yo, y él, y nosotros, y vosotros y ellos...

Perdone usted, señor Bécquer, si tomo prestada esa lírica respuesta a su particular “chica de ayer” de ojos azules, que ha permanecido en vigor durante un siglo y medio. Disculpe si la tuneo, si la transformo en una prosaica pero, tras sucesivas caricaturas de intentos de tomas de La Bastilla: la del Parlament Catalá, el asedio al Congreso, el asalto al Capitolio y cosas así, imprescindible reflexión para una especie, la humana, claro, que en vez de practicar el criterio propio, el sosegado idealismo, el fair play en las intermitentes derrotas y victorias, ha decido constituirse en mansos rebaños dirigidos por astutos perros pastores o voraces manadas sometidas a sus respectivos macho o hembras alfa.

Da la sensación de que el personal cree que ser demócrata es vivir en un territorio, en una nación, en un país en el que se ha instaurado o restaurado la democracia. Pero, la democracia, “El peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás”, como la definió Churchill, je, en aquel tiempo de “momentos oscuros” en los que la humanidad no vislumbraba la luz con la que podrían iluminar la historia las Ángelas Merkel, la democracia, digo, no puede sobrevivir en el tiempo y en el espacio sin demócratas. Sin que todos y cada uno de nosotros, de vosotros, de ellos, seamos, sean conscientes de que, el criterio propio, la independencia mental, la capacidad de reconocer que, en los clásicos, un Barça-Madrid, un centroizquierda-centroderecha, un Elefantes-Burros, esos que llamamos “los nuestros” pueden estar en peor momento de juego que esos que llamamos nuestros “eternos rivales”, es la piedra filosofal de la convivencia en los albores de tan avanzado, en ocasiones tortuoso, pero sugestivo siglo XXI de las luces. A aquella mezcla de eternos rivales en el Mundial de Sudáfrica 2010 me remito, mientras aún resuenan en los cuatro puntos cardinales de España, ¿recuerdas?, los ecos a coro del “yo soy español, español, español...”

Las “tomas de las Bastillas” fueron trascendentales para alcanzar la tierra prometida de la democracia. Pero, hombre, la democracia es, o debería ser, vamos, la vacuna que permite a la humanidad ser inmune al virus de la insurrección, el fanatismo y la barbarie. @mundiario

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