Las próximas elecciones y la aceleración del Brexit dificultan la adopción de decisiones en la UE
La llegada de Trump, la turbulencia turca y sus traducciones en el asunto de los refugiados, la cruenta volatilidad siria, el inminente empeoramiento en Oriente Próximo, la exponencial inquina rusa a bálticos y otros territorios de su antiguo imperio y el nuevo papel de China son factores a tener en cuenta.
La aceleración del Brexit a partir de que en marzo Reino Unido oficialice su voluntad de salir de la Unión Europea (UE) y las próximas elecciones en Holanda, Francia y Alemania marcan el futuro de la UE, donde son necesarias grandes decisiones, tanto para resolver problemas de cohesión interna como para dar respuesta a los roles de nuevos protagonistas en el mundo: básicamente, Rusia, China y EE UU, en su caso debido a la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump.
La UE debe completar la unión económica y monetaria, lo cual supone culminar la unión bancaria, construir un Tesoro, diseñar programas de eurobonos, nuevos planes de inversión y un nuevo énfasis político-económico hacia el crecimiento y el empleo. Como propone el diario El País en un editorial, también debe recuperar la agenda social pensando más en los derechos colectivos, jóvenes y parados de larga duración, seguro de desempleo europeo complementario, etcétera. Por último, Europa precisa avanzar en un despliegue común de defensa.
El año se abrirá prácticamente con la llegada del próximo Gobierno extremista de Donald Trump y la creciente deriva amenazante de Vladímir Putin, sin olvidar al añejo autoritarismo de una China que se imagina como la nueva hegemonía. ¿Sobreviviría la UE a un cambio de alianzas que la aprisionen en una pinza EE UU-Rusia? ¿Está condenada, como su primer socio, Alemania, a ejercer de coloso económico y de enano político? ¿Puede digerir el asalto populista que obstaculiza cualquier avance aprovechando el recurso al chantaje del veto en asuntos decisivos? Son algunas de las preguntas que también incluye el mencionado editorial.
La llegada de Trump, la turbulencia turca y sus traducciones en el asunto de los refugiados, la cruenta volatilidad siria, el inminente empeoramiento en Oriente Próximo, la exponencial inquina rusa a bálticos y otros territorios de su antiguo imperio y el nuevo papel de China son factores a tener en cuenta.
