"Por primera vez en muchos años, el nacionalismo y el populismo vuelven a estar de moda"

Carlos López Balnco, Patrono de la Fundación Euroamérica
Carlos López Balnco, patrono de la Fundación Euroamérica.
Entrevista a Carlos López Blanco, patrono de la Fundación Euroamérica, publicada en ABC.
"Por primera vez en muchos años, el nacionalismo y el populismo vuelven a estar de moda"

Para Carlos López Blanco, profesor en Esade y presidente de la Fundación ESYS (Empresa, Seguridad y Sociedad), esta pandemia marcará un antes y un después en la digitalización de la economía, que ha permitido que se sostengan las estructuras económicas durante los días del confinamiento. Este exabogado del Estado, consejero de Telefónica Argentina y experto en regulación y economía digital con más de 30 años de experiencia advierte de que «podemos asistir en el futuro a una crisis política de la globalización, es decir, a un entorno de economía digitalizada y globalizada pero sin los mecanismos institucionales o políticos de la globalización». En cualquier caso, López no duda en que esta pandemia «marca un antes y un después en el proceso de digitalización». Este y otros temas jalonan la entrevista con ABC

– Ya antes de la actual pandemia, con la crisis del 2008 se empezó a cuestionar a la globalización, con la Codiv-19 la falta de coordinación entre los países, quizá a causa de la mala gestión de la emergencia sanitaria, ¿se están acentuando las tendencias nacionalistas?

– Sin duda, esta pandemia se produce en un momento en que la globalización estaba siendo cuestionada no solo por los movimientos anti globalización mas o menos clásicos sino por parte del establishment, colonizado por ideologías o tendencias populistas y/o nacionalistas, como en EE UU, Brasil o Hungría y por partidos anti globalización de toda 1/5 tendencia a derecha e izquierda que han ido aumentando su influencia en los últimos años. Por primera vez en muchos años, probablemente desde los años 30, el nacionalismo y el populismo vuelven a estar de moda en algunos sectores de la población. Esta crisis también ha puesto en evidencia alguno de los efectos de la globalización en las cadenas de suministro y los problemas prácticos que puede ocasionar en materia de insumos básicos en el sistema sanitario y ello sin duda alentara estas tendencias populistas y la promoverá la inoculación de un nuevo virus, el virus de la desglobalizacion. Probablemente veremos en los próximos meses el reforzamiento de estas tendencias y voces que atribuyen la crisis a los efectos de la globalización. Ya lo vimos en la crisis de 2008 y esta crisis es una de las razones por las que hoy la globalización esta mas cuestionada que cuando empezó el siglo XXI. Sin embargo, es necesario entender que la globalización ni es un proceso reciente (empieza en los años 50 del siglo pasado) ni tiene fácil camino de retorno.  La creciente digitalización de la economía, que va a acelerarse en los próximos años, también como consecuencia de la pandemia y lo que hemos aprendido en ella, es un camino sin vuelta atrás y solo puede existir en una economía globalizada. No hay digitalización en entornos locales o regionales o con barreras (China aparte, pero eso es otra discusión). Sin embargo, a lo que si podemos asistir en el futuro es a una crisis política de la globalización, es decir a un entorno de economía digitalizada y globalizada pero sin los mecanismos institucionales o políticos de la globalización y eso si seria un problema serio.

– La experiencia digital y su oportuna afirmación, un mundo conectado y por lo tanto global, ¿no ha sido el salvavidas para que las que las economías no cayeran aún mas de lo que seguramente caerán?

– No cabe duda, para mi hay una pregunta crucial: ¿alguien se imagina lo que hubiera sido esta crisis en un mundo sin teletrabajo, sin tele educación o sin plataformas digitales de comercio y ocio? Las consecuencias, no solo económicas, hubieras sido mucho peores de los que vamos a ver en los próximos meses:la digitalización ha permitido mantenerse en pie y funcionando a buena parte de la estructura económica y ha permitido igualmente garantizar de una manera efectiva el suministro de los hogares durante el confinamiento.En un mundo analógico hubiéramos visto colas dramáticas en los supermercados y cerradas muchas de las empresas que van a sobrevivir y volver a la normalidad en los próximos meses. Pocas dudas había antes de que la digitalización era necesaria pero ahora creo que existe la opinión general y poco discutida de que es indispensable y que este proceso de digitalización hay que acelerarlo.No es ajeno a este sentimiento el hecho de que hayamos asistido en estos meses de confinamiento a un inimaginable experimento social que en pocas fechas ha supuesto que simultáneamente se encontraran teletrabajando cientos de millones de personas en el mundo, en un proceso que de otra manera hubiera llevado muchos años alcanzar. Creo que esta pandemia marca un antes y un después en el proceso de digitalización de la economía y la sociedad. 

– ¿Cómo se puede compatibilizar la importancia de ampliar el tamaño económico y político de los estados, por ejemplo, en Europa con la tendencia de cada uno de pensar en sus problemas internos?

– Esta es una de las grandes encrucijadas a las que nos enfrentamos: en el mundo globalizado, con o sin gobernanza global, la integración regional es un requisito de supervivencia, pero es condición necesaria pero no suficiente: además, la integración regional exige que las regiones sean capaces de tomar decisiones y actuar como exigen los ritmos del siglo XXI.  La dificultad reside en que en el siglo XXI el tamaño no basta, debe ir acompañado de una unidad de actuación creciente. Esto lo aprendimos en Europa en la crisis de 2008 en que la entrada de Europa se produjo en mejores condiciones económicas que la de EE UU pero sin embargo Europa prolongó su sufrimiento de manera proporcional a su incapacidad de tomar decisiones con la rapidez y adecuación necesarias. Hoy Europa, ya rezagada en el proceso de competir en la revolución digital, necesita actuar rápido y de manera cohesionada o correrá el riesgo de perder el tren del siglo XXI.

– En esta compleja crisis post pandemia ¿qué papel jugará la paz social y como será importante el como se salga de esta grave crisis de la economía?

– Para mi esta es una de las claves de los próximos meses: la crisis económica llevará aparejada una intensa crisis social en la mayoría de los países. De su intensidad y de la rapidez en que se encare la recuperación de un aparato productivo y económico que esta hibernado pero, todavía, no destruido, dependerá que estemos ante una crisis grave (eso no lo podemos evita) o una crisis que genere situaciones de graves consecuencias sociales y políticas a medio y largo plazo. De cómo encaremos la crisis social dependerá la recuperación de la economía a medio y largo plazo y el desgaste de nuestro modelo social y político.

– ¿Cómo lo está haciendo España?

– Creo que ha habido de todo, algunas cosas que se han hecho mejor y otras peor. Sin duda, la tardanza en la reacción y la falta de coordinación han sido aspectos negativos y probablemente nuestro sistema sanitario merecía mejores medios sobre todo al principio e la crisis.  Pero tampoco podemos olvidar que en esta difícil crisis ha habido otros países que han tenido una situación parecida a la nuestra.No se puede olvidar que los países, o mejor, áreas geográficas entro de ellos, que mas han sufrido mas responden a un patrón muy parecido: Londres, Paris, Nueva York o Milán son como Barcelona y Madrid ciudades muy globalizadas que han basado su éxito en la incorporación al mundo global y a su relación intensa con otras ciudades también globales. Eso explica, por ejemplo, la 3/5 especial incidencia en Bélgica de la epidemia, que hubiera sido muy distinta sin Bruselas.  Cuando uno se pregunta por algunas diferencia en los efectos del coronavirus también tiene que tener en cuenta este factor. Esta es una pandemia que más que países ha afectado a áreas alrededor de ciudades globalizadas y esto se produce en todos los países europeos, con independencia de que haya ejemplos de buen manejo social y sanitarios de esta crisis. Cuando se comparan las situaciones en Italia o Francia o Reino Unido o España con Alemania o Portugal son diferencias que no deben obviarse si no se quiere ser injusto en la comparación.

– ¿Cuáles son los sectores más afectados y qué estrategias tendrán que adoptar? 

– Todavía no lo sabemos con precisión, pero ya podemos anticipar que algunos sectores económicos van a sufrir una crisis severa, como el turismo o el transporte aéreo. De otros sectores como el energético o el del automovilismo todavía no sabemos ni la duración ni la extensión, pero de estos dos ya sabemos que sufrirán una crisis intensa y duradera que va a cambiar para siempre estas industrias. Merece la pena descartar una cosa de estos dos sectores.Se ha dicho, y esta crisis es una muestra de ello, que los sectores de la economía mas digitalizados han resistido mejor la crisis y afrontaran mejor la recuperación.Esto es una verdad evidente pero que tiene excepciones y precisamente estos dos sectores, Turismo y Líneas Aéreas, han sido dos áreas de la economía que se han digitalizado antes y con mucha intensidad. Pero esto tiene que recordarnos que no hay empresa, por muy digitalizada que este, que pueda sobrevivir a una caída abrupta de la demanda sostenida en el tiempo.

– ¿Es el momento, como fue en la postguerra mundial con el Plan Marshall, de la solidaridad entre estados o alguno de ellos mejor posicionados, intentará aprovechar su posición parda liderar la economía mundial y la geopolítica?

– No, creo que esta es una imagen muy gráfica y tentadora pero no hay muchos paralelismos, mas allá de la necesidad de inyectar recursos muy copiosos y en poco tiempo en la economía. En la postguerra había una potencia emergente que quería fundamentar su hegemonía política y económica, recuperar rápidamente sus mercados naturales y además garantizar un muro de estabilidad frente a la Unión Soviética. Hoy nos enfrentamos a una crisis realmente global, en que EE UU se esta viendo muy afectada en su capacidad económica y en un momento que había renunciado a ejercer su liderazgo mundial, replegándose en sus propios problemas. Hoy estos recursos no vendrán de una aportación externa y súbita sino que tendrán que resolverse en un entorno de cooperación regional y global. Si cabe preguntarse por el papel de China en los próximos años y si va a aprovechar su posición, relativamente mejor, para ampliar su influencia en determinados áreas del mundo donde ya tienen una fuerte presencia como África o Latinoamérica. Sin duda China intentara convertir su respuesta a la pandemia en propaganda para incrementar su influencia global y aprovechar la paradójica y un tanto obscena ventaja obtenida por haber sido el país origen del coronavirus.

– Después de esta pandemia y hablando de costumbres personales, ¿qué cambiará y si estos serán definitivos o solo temporales? ¿Cuál es su opinión?

– También es pronto para saberlo: hay cosas que ya han cambiado en nuestra percepción de la realidad, como la responsabilidad individual, el contacto físico o los viajes o el ocio pero todavía es muy prematuro sacar conclusiones sobre ello. Si nos fijamos, en otras pandemias anteriores (como la gripe de 1918 que trajo las ventanillas en los bancos y las oficinas de atención al publico) algunas pautas de conducta cambiarán, pero la mayoría volvieron a una normalidad muy parecida a la anterior. Una vez más la duración de esta situación excepcional será clave para saber cuál será la huella que dejará en nuestro mundo 2020, que sin duda pasara a los libros de historia como el año de la pandemia. @mundiario

Comentarios