Las pretensiones de Putin sobre Ucrania recuerdan las de Hitler con los Sudetes

Hitler-Putin
Las cesiones a los dictadores no trajeron la paz
El vergonzoso "Pacto de Munich" desmembró Checoslovaquia, pero no trajo, como dijo Chamberlain "la paz en nuestro tiempo"
Las pretensiones de Putin sobre Ucrania recuerdan las de Hitler con los Sudetes

Desde muchos ángulos que se observe, y pese que es indudable que Occidente teme que una intervención más directa en defensa de Ucrania, podría suponer que se desate la III Guerra Mundial, con el riesgo de que el ex agente del KGB llegara a usar su arsenal nuclear, en un escenario que es mejor no imaginar, también conviene aprender del pasado y ver lo que pasa cuando se cede ante los dictadores. Lo dijo mejor que nadie Churchill, refiriéndose a las cesiones de Chamberlain a Hitler: “Eligió el deshonor para evitar la guerra, y tuvo la guerra y el deshonor”.

El “Pacto de Munich, firmado en esta ciudad el 29 de septiembre de 1938, por Alemania, Italia, Francia y Gran Bretaña supuso la vergonzosa aceptación por parte británica y francesa de las demandas territoriales del dictador alemán Adolf Hitler, consistentes en la cesión de los Sudetes, una región de Checoslovaquia limítrofe con Alemania en la que residía una importante minoría de población alemana, alegando la discriminación que sufría por parte del gobierno checoslovaco.

Algo parecido a lo que ocurre ahora. Antes de iniciar el ataque a Ucrania, Putin reconocía la independencia de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, situadas en el este de Ucrania, asegurando a la vez que esta región del Donbás ha formado parte tradicionalmente de Rusia. "Creo que es necesario tomar una decisión que debería haber sido adoptada hace tiempo", dijo el presidente ruso en una larga intervención en Televisión antes del envío de tropas contra Ucrania, que respondió a que ambas regiones eran parte de su territorio. Este asunto fue la principal de las razones del ataque, aparte de la advertencia de que se consideraba un acto hostil a Rusia que la antigua república de Ucrania se integrada dentro de la OTAN.

En todo caso, son notables las similitudes, puesto que, en ambos casos, los habitantes de los citados territorios pertenecientes, en su caso, a la identidad alemana o rusa, se consideraron objeto de persecuciones, hostilidad y discriminaciones. Pero las cesiones a Hitler no saciaron su apetito de territorios ni respetó lo pactado. En el caso de los Sudetes se consideraba una marca territorial alemana. Se quería evitar la guerra, y tras dos reuniones previas se llegó al pacto que aceptaba el desmenbramiento de Checoslovaquia, que sólo sería, tras la anexión de Austria, el inicio de la expansión de Hitler que llevaría a la II Guerra Mundial.

Aquel pacto, del que se recuerda la famosa foto del premier británico firmado por él mismo, el francés Daladier, y los dictadores Mussolini y Hitler. No trajo la paz, y ni siquiera Checoslovaquia fue invitada a Munich. Pero aquella vergonzosa cesión ante los dictadores no trajo, como diría Chamberlain “la paz en nuestro tiempo”.

Ojalá que no se repitan los mismos errores. ¿Permitirá Occidente que, como ocurrió con los Sudetes, se fracture la unidad del territorio de un pais soberano como Ucrania?

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