Laureano Oubiña se reinventa pero la historia no lo absolverá

El libro de Oubiña. / RR SS
El libro de Oubiña. / RR SS

Cumplida su última condena por blanqueo de capitales, desde el 2 de setiembre es un hombre totalmente libre. Está empeñado en enterrar su pasado e iniciar una "nueva vida". El subtítulo de su libro "Toda la verdad" es una inequívoca declaración de intenciones: "Ahora es mi turno".

Laureano Oubiña se reinventa pero la historia no lo absolverá

Capítulo cerrado. Laureano Oubiña Piñeiro ha saldado todas sus deudas con la Justicia. Cumplida su última condena por blanqueo de capitales, desde el 2 de setiembre es un hombre totalmente libre. Está empeñado en enterrar su pasado e iniciar una "nueva vida". El subtítulo de su libro "Toda la verdad" es una inequívoca declaración de intenciones: "ahora es mi turno". El exnarcotraficante arousano está empeñado en contar su versión -la que faltaba, eso dice él- de una historia de la que hasta ahora solamente se conocía el relato ofrecido por los periodistas, a partir de los informes policiales, los sumarios judiciales y los testimonios de los arrepentidos o de las víctimas y de quienes las apoyaron.

Dice Oubiña que, a la vista del éxito de su ópera prima, está preparando una nueva entrega. En ella piensa seguir aportando el punto de vista de los verdaderos protagonistas de lo que pasó en Galicia, y fundamentalmente en las Rías Baixas, a partir del momento en que  "os do fume" se pasaron a la "fariña" . Con pelos y señales, convencido, como dice estar, de que nadie podrá pillarle en un renuncio, porque puede probar la veracidad de todos y cada uno de los episodios que refiere, muchos de los cuales, entran en abierta contradicción con lo que hasta ahora se había contado y se asumía como verdad oficial.

A sus 72 años, Oubiña no tiene nada que perder, porque ya lo ha perdido todo: tres décadas de su vida consumidas entre barrotes y, en el plano material, el valioso patrimonio que había acumulado desde los prósperos tiempos del contrabando, incluido el emblemático Pazo Baión. Por el contrario, tiene mucho que ganar. Y no sólo por los ingresos que le aporten sus libros, o los derechos que pueda obtener si acaban convertidos en películas o series, o lo que le paguen por aparecer en determinados programas de televisión, de esos que no tienen remilgos, ni reparos éticos, a la hora de obtener audiencias millonarias. Hay otras "ganancias" que le importan más.

Lo suyo no es una repentina vocación literaria, y en el fondo no parece atraerle la condición de editor, más allá de que le convenga controlar de principio a fin el proceso de publicación de sus controvertidas memorias. Lo que mueve a Oubiña es el deseo (o tal vez la necesidad vital) de reescribir su biografía, suavizando su perfil de narcotraficante, que es como le siguen percibiendo amplios sectores sociales y no sólo las familias de los cientos de jóvenes gallegos a los que la adicción a las drogas les costó la vida, o los varios millones de españoles que vieron y siguen viendo "Fariña". También le motiva, y mucho, ajustar cuentas con policías, fiscales y jueces. Y hasta con los políticos. Algunos lectores críticos de su libro, aún reconociendo lo valioso de ciertas revelaciones, advierten a Oubiña de que, por más que se empeñe, nunca podrá blanquear una trayectoria personal tan negra como la suya. Aunque sus obras acaben siendo bestsellers, él no será recordado como una buena persona. Ni como víctima de nada ni de nadie. Ya cumplió con la Justicia, pero la historia no lo absolverá. @mundiario

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