La noticia del Congreso sevillano está fuera: Vox es ya socio inevitable del PP

Alberto Núñez Feijóo, en su despedida del PPdeG. / Mundiario
Alberto Núñez Feijóo. / Mundiario.

El cónclave tiene como único objetivo cerrar la etapa de Pablo Casado y unir las filas con una apelación a las esencias del partido, con los líderes autonómicos al frente.

La noticia del Congreso sevillano está fuera: Vox es ya socio inevitable del PP

El congreso que el Partido Popular comienza en Sevilla para elegir a un nuevo equipo directivo del que sólo se conoce el nombre de su Presidente que también lo es de la Comunidad Autónoma de Galicia, que estará acompañado por la portavoz parlamentaria Cuca Gamarra como segunda al mando, es el episodio final de un proceso que comenzó hace justamente un año en Murcia, cuando Ciudadanos traicionó a su socio de gobierno, popular, para presentar una moción de censura con el PSOE.

Aquella operación, fracasada, llevaría a una profunda remodelación del Gobierno estatal, con el cese de algunos de los Ministros de mayor peso político, entre ellos la Vicepresidenta Carmen Calvo, el titular de Fomento, José Luis Ábalos y  cinco más. Los motivos de cada cese fueron diferentes pero en el caso de Ábalos tiempo después se filtró a la prensa un posible pequeño escándalo privado para evitar especulaciones sobre otros asuntos de mayor contenido. Las consecuencias políticas fueron muy notables pues la operación murciana, urdida en los despachos y no como fruto de una crisis de dicho gobierno autonómico precipitó el hundimiento de Ciudadanos. La Presidenta madrileña, Díaz Ayuso, secundada por Pablo Casado, supo leer el momento convocando elecciones anticipadas que además de proyectarla en el escenario español le otorgaron un enorme respaldo a costa de Ciudadanos pero también frenando a Vox. Al tiempo, Pablo Iglesias abandonaba la política institucional y su partido entraba en una crisis de la que aún no se ha recuperado.

Si en aquel momento Casado y los dirigentes populares hubiesen tenido altura de miras, habrían consolidado una alternativa de Gobierno real. Lejos de ello, Casado y su equipo se sintieron amenazados por Ayuso y comenzaron una guerra interna que se saldó, como es normal, con la derrota del más débil. Los líderes territoriales que no supieron o no quisieron impedir tal despropósito al final decidieron destituirlo en un golpe de mano palaciego. Por el camino la tendencia favorable despertada por los comicios madrileños se diluyó mientras el electorado de la derecha se orientaba hacia Vox con mayor intensidad.

Núñez Feijóo, segunda oportunidad

Núñez Feijóo se encuentra ahora con una segunda oportunidad para encabezar la alternativa de Gobierno. En la primera ocasión no fue capaz de liderar una alternativa y prefirió apartarse. El tortuoso proceso descrito le brinda la oportunidad de ser aclamado sin rivales. Al tiempo, la fortuna le otorga por primera vez en mucho tiempo la posibilidad de gobernar, si bien las elecciones las ganaría el PSOE. Pero en cualquier caso tendría a Vox casi igualado. Véase la encuesta publicada por El Confidencial. La derecha moderada ha desperdiciado un año entero para encontrarse atada a Vox que, lejos de ser coyuntural como quieren hacer ver en Castilla-León, se ha vuelto socio estructural en cualquier alternativa de Gobierno.

El resto de lo que ocurra en Sevilla es secundario. Será elegido un nuevo equipo, se podrá especular con el significado de los diferentes nombres pero el mensaje principal del Congreso ya está definido. El PP y Vox serán socios de gobierno la próxima semana en Valladolid, el año próximo en Ayuntamientos y Comunidades de toda España y cuando toque en La Moncloa. Un hecho que levantará críticas fuera de nuestras fronteras pero que, de los Pirineos para abajo, parece ya inevitable.

No seremos catastrofistas. Vox ya ha modulado sus formas y discursos, relegando a los dirigentes más montaraces en beneficio de perfiles más aceptables. Los Consejeros del Gobierno castellano-leonés son profesionales acreditados, por ejemplo. El problema estará en las políticas que deseen aplicar y en la capacidad del PP para modularlas o limarlas evitando conflictos sociales.

La evidencia de la inevitable coalición de la derecha será utilizada como argumento electoral por la izquierda como es natural. Para Sánchez el problema es que su socio de Gobierno se está hundiendo electoralmente y el liderazgo etéreo de Yolanda Díaz y su inefable “proceso de escucha” no despega porque no hay base alguna sólida. En realidad a quien escucha es a Pedro Sánchez que al final le sugerirá cuál es su mejor destino futuro. En el resto del espectro no hay cambios apreciables. Si las condiciones no cambian, la economía será el árbitro de las elecciones. Con la inflación descontrolada y los precios desbocados, el malestar de los ciudadanos ya se escucha en la calle. Si no se revierte la situación habrá cambio. @mundiario

Comentarios