El libro de Alfonso García sobre la guerra civil combate en busca de la verdad

Portada de Entre el odio y la venganza, de Alfonso García López. / Mundiario
Portada de Entre el odio y la venganza, de Alfonso García López. / Mundiario

Entre el odio y la venganza es un libro que valorado por el título ya impacta. También una obra subtitulada: El Comité Internacional de la Cruz Roja en la guerra civil española, lo cual la humaniza. Y un libro dedicado a quienes miran al pasado sin ira, sin odio y sin afán de venganza.

El libro de Alfonso García sobre la guerra civil combate en busca de la verdad

Presentar un libro suele ser un motivo de orgullo. Por ello debo empezar por darle las gracias a Alfonso García, autor de Entre el odio y la venganza, que me ha invitado a disfrutar del honor de acompañarle junto a la escritora Lola Roel, en el Sporting Club Casino de A Coruña, con su auditorio lleno de gente. En mi caso, además, es un motivo de satisfacción profesional, porque en MUNDIARIO tenemos el privilegio de contar con Alfonso García como columnista. Se trata de un experimentado notario que –ahora jubilado– se ha reafirmado como lo que también ya era antes de jubilarse: un magnífico escritor y un fino articulista. Y es también un motivo de satisfacción personal porque a Alfonso le tengo mucho aprecio.

Presentamos, pues, Entre el odio y la venganza, una obra que valorada por el título ya impacta. También una obra subtitulada: El Comité Internacional de la Cruz Roja en la guerra civil española, lo cual la humaniza. Y una obra dedicada a quienes miran al pasado sin ira, sin odio y sin afán de venganza, con lo cual está casi todo dicho. La memoria del millón de muertos no merece menos.

Llevado por el tópico iba a decir en la presentación que Alfonso García escribe con la precisión de un cirujano, pero de repente me di cuenta de que resulta más apropiado constatar que lo hace con la precisión de un notario de los de antes... Basta leer el inicio de su obra, una sutil manera de definir qué es España y qué es un español, para darnos cuenta de que estamos ante un narrador que sabe escribir y –a la vez– pensar, reflexionar... Tanto, que a riesgo de contrariarle, lo hace con maneras poco españolas, en la medida que Alfonso no pone la pasión sobre la razón, como dijo Félix Schlayer que hacía un español tipo de la época de la guerra y tal vez también de un tiempo atrás.

Cito a Schlayer –figura muy controvertida– no precisamente por simpatía –durante la guerra era el encargado de negocios de la embajada de Noruega en Madrid pero fue tachado de fascista por sectores republicanos–, sino porque su definición me parece que invita a la reflexión sobre la pasión y la razón.

La Cruz Roja tuvo en España su primera experiencia en un conflicto interno, en un clima de hostilidad e incomprensión bastante generalizado 

Alfonso García se plantea analizar la guerra civil española desde una perspectiva humanitaria, en función del trabajo llevado a cabo por el movimiento internacional de la Cruz Roja. Y de paso analiza la Cruz Roja, que tuvo en España su primera experiencia en un conflicto interno, en un clima de hostilidad e incomprensión bastante generalizado. Su neutralidad fue instrumental pero los contendientes –los dos– sólo querían verla de su parte. El autor sabe de lo que habla porque buceó entre miles de documentos y fotografías de la época. Y de su trabajo extraemos la conclusión de que la ayuda de la Cruz Roja fue muy variada, no sólo material, ya que comprendió: información a las familias, canjes y evacuaciones, visitas a prisiones, mediación en la liberación de presos y condenas a muerte, e incluso la protección bajo su emblema. La otra gran faceta de Cruz Roja fue la diplomacia humanitaria desplegada por los delegados, todos de nacionalidad suiza.

¿Combate Alfonso García en su libro sobre la guerra civil española? Diría que sí: que combate en busca de la verdad, a sabiendas de lo difícil que resulta semejante propósito. No voy a decir si lo consigue plenamente o no –cada lector opinará a su manera– porque no lo sé, ni quiero juzgarle. Pero sí tengo clara una cosa que compartimos: si algo hay que hacer es evitar que la guerra se repita.

José Luis Gómez, Alfonso García y Lola Roel. / Xurxo Lobato

José Luis Gómez, Alfonso García y Lola Roel. / Xurxo Lobato

Hay estudios que cifran en unas 20.000 las publicaciones sobre la guerra civil española

Hay estudios que cifran en unas 20.000 las publicaciones sobre la guerra civil española. Obviamente no las he leído todas –a veces da algo de miedo leer sobre la guerra civil–, pero no creo pecar de frivolidad si digo que la obra de Alfonso García no es una más, sino una obra rigurosa y amena donde se resalta la neutralidad del Comité Internacional de Cruz Roja. Da la impresión de que el autor es generoso con la Cruz Roja. ¿Tal vez neutral ante sus posibles errores…? Se supone que el Comité Internacional de Cruz Roja fue un instrumento de credibilidad ante los contendientes, para poder cumplir su misión humanitaria de forma imparcial y eficaz, pero nada mejor que leer el libro para extraer conclusiones propias. En todo caso, conviene estar atentos a la máxima expresión del clima de peligro, hostilidad e incomprensión en el que los delegados de Cruz Roja llevaron a cabo su misión: nada menos que un atentado contra el delegado del Comité Internacional de Cruz Roja en Madrid.

Realmente, en cada página del libro de Alfonso García está latente ese clima de peligro, hostilidad e incomprensión en el que se movieron los delegados de Cruz Roja y también millones y millones de españoles. En aras de la imparcialidad, el autor procura evitar sus opiniones personales y es pródigo en citas, sobre todo en los temas más polémicos, para ofrecer al lector la posibilidad de obtener sus propias conclusiones. Creo que también en eso ha acertado. Y seguro que cuando lean su libro recordarán o evocarán esta idea.

El libro de Alfonso García permite saber más de los talantes personales de algunos políticos de la época, como Largo Caballero, Azaña, Franco o Carrillo

A riesgo de simplificar pero con la intención de situar a potenciales lectores, podemos tener en cuenta que este libro nos permitirá saber más de los talantes personales de algunos políticos de la época, como Largo Caballero, Azaña, Franco o Carrillo; las posturas de escritores, historiadores y periodistas, así como de medios –básicamente periódicos– de las dos Españas, Francia, Alemania, Reino Unido y los Estados Unidos. También nos permitirá saber más de la masonería, la censura, las campañas de descrédito –a veces tan de moda en nuestros tiempos–, la diplomacia, las emociones, la incomprensión, los asilados –entre ellos, por cierto, el periodista y escritor coruñés Wenceslao Fernández Flórez–, las fichas de desaparecidos y prisioneros, los refugiados –¡ay los refugiados, que ya nos hemos olvidado!–, los rehenes, los canjes de detenidos entre ambos bandos, las ejecuciones, las prisiones y los presos, los desmanes, los rusos, los franceses, los suizos…

La parte del libro de Alfonso García referida al atentado en el aire que terminó con el avión Potez 54 en tierra es todo un guión cinematográfico, protagonizado de algún modo por George Henny, el delegado de la Cruz Roja Internacional en España… No les contaré la película pero sí les sugiero una cosa: léanla. Impresiona.

Vídeo sobre la guerra civil española.

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