La concienciación social de la gravedad de la corrupción, clave para la regeneración política

La tarea de regeneración de la política española es titánica, pero la ciudadanía espera que no se reduzca a la tarea absurda de Sísifo, como ha sido comprobado en otras ocasiones.
La concienciación social de la gravedad de la corrupción, clave para la regeneración política

Aveugle, [EXPLORED]

Las prácticas corruptas no benefician a medio plazo a nadie Joaquin Villaverde via Compfight

La dimensión y naturaleza de la corrupción política en España no puede concebirse en toda su complejidad aún porque los actores, los observadores y los analistas de la misma están inmersos en el fenómeno, careciendo de la suficiente perspectiva para tratarlo objetivamente y elaborar un relato coherente donde los quiénes, cuándo, cuánto, dónde, por qué y para qué puedan ser descritos con la minuciosidad de un entomólogo e investigados con la visión de un patólogo.

Actualmente, la sociedad está inmersa en el ambiente creado por los primeros efectos de la gran mancha, es decir, en el escándalo público, porque aún no se han sustanciado, debido al largo, lento, prolijo y complejo proceso de la justicia, las responsabilidades y cuantías de la cleptomanía de algunos, de la burla a la Hacienda Pública de otros y de la instrumentalización de la actividad política y las instituciones en beneficio propio por aquellos que deberían protegerlas. La concienciación y la organización, no sólo la indignación social, es una tarea urgente y necesaria, pero la sociedad española no cuenta al margen de los partidos con una cultura y estructura asociativa lo suficientemente sólida para establecer una barrera, un cortafuegos, que aísle socialmente esta patología en la democracia y obligue a la esfera política a emprender proyectos parlamentarios que cristalicen en leyes necesarias y eficaces para proteger a las instituciones y a los propios partidos de esta peligrosa deriva.

Las prácticas corruptas no benefician a medio plazo a nadie y en la economía hace un daño real que podrá llegarse a cuantificar el día que sea pública con certeza documental y probatoria la verdad. Los flujos de dinero al margen de la legalidad encarecen la actividad económica porque suponen desembolsos extras por parte de los agentes económicos como las empresas y crean un clima de desconfianza sobre la seguridad de las inversiones, al tiempo que incrementan el costo financiero de la deuda. No resulta por tanto un factor indiferente a la economía de un país y, aún menos, a un país en crisis.

Por otra parte, se da la sensación por parte de las élites políticas de España que tocan a rebato cuando el escándalo es un hecho, pero, mientras tanto no es así, no promueven un control efectivo de las estructuras de poder y las finanzas de sus partidos. Es obvio, que la opacidad y la falta de democracia interna, unidas al nulo control externo de los partidos políticos, favorece el orden de cosas que los medios exponen a diario para indignación de los ciudadanos. Parece inaplazable necesidad que se hable menos de pactos y más de desarrollar leyes que obliguen a la democracia interna y a la transparencia, al tiempo que se establecen mecanismos de riguroso control. La corrupción no va a desaparecer por ello porque forma parte de la condición y el comportamiento humanos, pero se podrá evitar que encanalle la política, asfixie a las instituciones y corrompa la democracia.

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