La indefinición ideológica de los partidos deja al elector pocas opciones

Congreso de los Diputados.
Congreso de los Diputados.

Hubo un tiempo donde los partidos políticos eran marxistas, maoistas, troskistas, socialdemócratas, liberales o demócrata cristianos, y todo el mundo sabía lo que defendía cada uno sin leerse el programa.

La indefinición ideológica de los partidos deja al elector pocas opciones

Los lideres de aquellos vetustos partidos eran elegidos para defender una ideología existente y no para inventarla en congresos y asambleas de resusultado imprevisto. Ahora casi todos se definen de centro, de izquierda, o nacionalistas, provocando que acabemos votando por sentimiento y fundamentalmente en contra de algo o alguien.

Han finalizado las Asambleas de tres partidos de nacionales y cuesta bastante saber qué nos ofrece cada uno. Oficiosamente, y digo oficiosamente porque poquísima gente se leerá el ideario de los partidos, el PP afirma ser de centro derecha, de donde dicen fue siempre aunque una mayoria de españoles, incluso del PP, siempre lo habían colocado en la derecha, espacio sociológico que dificilmente puede haber desaparecido.

Ciudadanos dice ser el centro, y se define como centro derecha en lo económico y centro izquierda en lo social, es decir que el dinero se gana de una forma, la liberal, y se reparte de otra, la progresista. Quizás sea la ideología más desconocida por el electorado porque los liberales fueron transcendentes, y lo siguen siendo en otros países, pero los españoles ya estamos más por revanchas y resentimientos, además de que todos los demás partidos logran confundir al votante haciendo que identifiquen a C's con el nefasto ultraliberalismo que fracasó en Chile y otros países donde se experimentó. 

Por último tuvo lugar al Asamblea Ciudadana de Podemos, donde la identificación ideológica es prácticamente imposible. Su líder ha manifestado en varias ocasiones ser comunista, que sí sabemos lo que es, y se coaligó con Izquierda Unida cuyo liderazgo lo obstenta el Partido Comunista de España. La gran virtud de este grupo político es que ha sabido imponer el liderazgo de Pablo Iglesias a otras formaciones llamadas Confluencias, de las más diversas ideologías y con las que solo coinciden en querer alcanzar el poder para hacer los cambios con los que sueña cada uno, los catalanes de Ada Colau con su republica catalana, las Mareas en controlar el nacionalismo gallego allí donde el Bloque fracasó, y Compromís, el nacionalismo valenciano que no lograba desplazar al PP, y que gracias a Podemos lo ha logrado. Dicen los expertos que todos estos grupos, entre los que también figuran Equo y otras pequeñas formaciones, están unidos por el populismo y aglutinados en el deseo de derribar a la derecha, al PP que ellos desde luego no sitúan en el centro.

Todo español cuyo anhelo sea una España unida dentro de un proyecto europeo en un mercado de libre comercio no tiene otra elección que votar al PP o a C's.

Los españoles ya no estamos mucho para que las decisiones sean complicadas, vivimos un mundo donde los conocimientos se basan cada vez más en una búsqueda en google y un corta y pega si hay que demostrarle a alguien nuestra sabiduría. Desde ese punto de vista, todo español cuyo anhelo sea una España unida dentro de un proyecto europeo en un mercado de libre comercio, no tiene otra elección que votar al PP o a C's. No hace mucho este sentimiento cabía dentro del PSOE pero las veleidades con los nacionalistas y secesionistas en un intento de alcanzar el poder con su apoyo, pese al giro que impuso la Gestora recientemente formada tras el derribo de Pedro Sanchez, y que forzó el giro del PSC a la moderación, han provocado que esta opción quede relegada hasta que un nuevo líder (o quizás el mismo) aclare cual es el camino que quieren transitar. Los que desean la estabilidad citada han actuado hasta ahora de forma pragmática, es decir, valoran más a Albert Rivera, les resulta más creíble, más capaz, pero depositan su voto al PP aún estando en muchos casos en contra de Rajoy, conscientes de que con el actual sistema electoral su opción será ganadora votando ese partido, lo que se ha venido a denominar voto útil.

Llegamos así al punto crítico, el cambio de la ley electoral, algo que todos dicen desear menos el PP que se ve favorecido por ella, y los nacionalistas por el mismo motivo. Un caso especial es el de Podemos donde en un sistema más proporcional podría salir beneficiado pero sus confluencias nacionalistas podrían dejar de necesitarlo salvo que cambiase la circunscripción electoral. Si buscásemos la justicia y la representación social, la ley electoral debería ser cambiada, algo complicado por lo que hemos visto, pero imprescindible. No puede ser que alguien imponga su voluntad partidista a una mayoría de votantes como sucede, por ejemplo, en Cataluña. Mientras el PP seguirá dominando las cámaras, Podemos sumando descontentos, el PSOE resistiendo el sorpaso aun con menos votos, y Ciudadanos sin recibir el voto útil, el que modera si gobierna.

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