Los guatemaltecos vuelven a demandar la dimisión de un presidente
Guatemala lleva varios días inmersa en una pequeña crisis política en la que se exige que el presidente Jimmy Morales abandone el poder.
El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, anunció el pasado domingo 27 de agosto que expulsaría a Iván Velásquez, el comisionado contra la impunidad que ha apuntado la Organización de Naciones Unidas en ese país.
La orden del presidente está dentro de sus prerrogativas constitucionales, pero un juez rápidamente detuvo la decisión. Velásquez es el jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad, o CICIG. Esta es una comisión de expertos legales que aconseja a los funcionarios sobre el problema del narcotráfico, las pandillas, y los cuerpos ilegales que operan dentro de la estructura estatal de Guatemala.
El anuncio se produjo apenas dos días después de que Velásquez solicitara que el presidente Morales fuera despojado de su inmunidad para ser investigado por financiamiento ilícito. Dicho delito se habría producido durante la campaña, cuando el presidente fungía como secretario general de su partido, el Frente de Convergencia Nacional, o FCN Nación.
A pesar de los esfuerzos de Morales, el Tribunal Constitucional del país bloqueó la decisión de expulsar al comisionado Velásquez con tres votos a favor y dos en contra. Numerosas manifestaciones surgieron a través de Guatemala en respuesta a la decisión, especialmente en la capital. La mayoría de ellas apoyaba la estadía de Velásquez en el país, y exigía la renuncia de Morales.
Varios funcionarios de la administración han presentado su renuncia, entre ellos la viceministra de Relaciones Exteriores Ana María Diéguez y la ministra de Salud Lucrecia Hernández Mack, el comisionado de Desarrollo Humano Enrique Godoy, además de muchos miembros de la Competitividad Local y Infraestructura Crítica, y de la Junta Directiva del Instituto Municipal de Desarrollo.
Guatemala entra así en un nuevo y complejo proceso de inestabilidad política como el que ya viviera en épocas recientes, cuando el presidente Otto Pérez Molina abandono el cargo por delitos de corrupción.
