Los grandes líderes de Los Republicanos abandonan a su suerte a Fillon

Nadine Morano y Nicolas Sarkozy, del partido Les Républicans. / Twitter
Nadine Morano y Nicolas Sarkozy, del partido Les Républicans. / Twitter

Liderados por el expresidente Nicolas Sarkozy, los jefes de los conservadores empiezan a bajarse del proyecto de su candidato, quien hasta hace tres meses era el líder de los sondeos.

Los grandes líderes de Los Republicanos abandonan a su suerte a Fillon

François Fillon quiso jugar al héroe el día de ayer al anunciar que no renunciaría a su candidatura a la presidencia pese a que será imputado dentro de 12 días por el escándalo de los contratos y sueldos que dio a su esposa mientras ocupaba un escaño en el parlamento. "El único juicio que aceptaré será el de las urnas", dijo el aspirante por el conservador partido Les Républicans (Los Republicanos), pero eso fue como haberse tirado a sí mismo a la boca del león. Fillon había prometido que, en caso de ser imputado, renunciaría a la carrera por el Elíseo, la cual hasta diciembre del año pasado tenía prácticamente ganada. Ayer faltó a su promesa y las consecuencias no han tardado en llegar.

Hasta el momento cuarenta personas le han abandonado a su suerte, entre miembros de su equipo de campaña y diputados del partido al que representa. La presidencia se le ha escapado como agua entre las manos y las filas de sus soldados se empiezan a dispersar ante la hecatombe. Este jueves, para agregar más drama al tema, la policía ha entrado y registrado el apartamento que posee junto con su esposa Penelope Clarke.

Dentro de los que se han exiliado de su campamento figuran afines a Nicolas Sarkozy y Alain Juppé, dos de los más importantes líderes del partido conservador y a quienes Fillon derrotó en las primarias el año pasado. Sus renuncias llegaron tras el anuncio de la imputación del exprimer ministro.

La noticia de la imputación, que será oficializada en los tribunales el 15 de marzo, llevó a Fillon a realizar un intento desesperado por salvar los pocos apoyos que le quedaban antes de que los medios hicieran público el bombazo. "Te toca decidir a ti en conciencia. Yo seré leal. Si sigues, estaré contigo. Si te vas, lo comprenderé", le habría dicho Sarkozy según algunos medios locales en algo que se entiende como una invitación a dar un paso al costado. Un tanto más directa fue Nadine Moreno, una de las más importantes integrantes de su equipo de campaña. "En tu lugar, yo me iría", le habría dicho.

Unidos a ellos dos, todo su campamento le ha recomendado renunciar para minimizar en lo posible el bochorno, pero Fillon no está dispuesto a oír razones. Lejos de acceder, retó a las autoridades de su país frente a los medios cuando proclamó su grito de guerra: "no me rendiré". Su necedad en remar contracorriente fue suficiente para espantar a los pocos barones que quedaban en su tienda.

Dentro de la misma agrupación se ha organizado una revuelta para exigir su cabeza, la cual es liderada por Bruno Le Maire, otro de los que compitió contra Fillon en las primarias. Le Maire fue el primero en hacer pública su renuncia al equipo del candidato, excusándose en su falta de compromiso a su palabra. "No puede decir a los franceses que se iría en caso de imputación y ahora hacer lo contrario", le acusó por su parte Sébastian Lecornu, diputado de sus filas, al momento de presentar su renuncia.

Y a todo ello, Fillon intenta tapar el Sol con un dedo. "Mis bases siguen ahí", defendió el candidato. Y sí, lo cierto es que esas bases -sus simpatizantes- son lo único que le queda. Su despacho a convocado una protesta dominical en Trocadero para exigir justicia, la cual asegura él mismo no ha existido a lo largo de este proceso. La maniobra más que una estrategia para detener la fuga parece un grito de impotencia ante lo inevitable de su derrota.

El escándalo ha llegado al punto de que Fillon no puede visitar ningún lugar sin ser recibido con protestas en su contra. El rechazo y el acoso general lo han forzado a tener que conformar su campaña con modestos mitines en pequeños sitios de pequeñas ciudades y algunos paseos callejeros. Lo peor de todo para el partido, es que no tienen en el armario nadie que pueda irrumpir y reemplazarlo. Las elecciones se celebrarán en 50 días, por lo que buscar un nuevo candidato pondría a los conservadores en un serio conflicto interno.

A día de hoy, las encuestas son lideradas por Marine Le Pen, del Frente Nacional. Le Pen competiría en la segunda vuelta contra Emmanuel Macron, del partido En Marche!, en donde éste terminaría ganando por 62% contra 38%. Hace un mes, era Fillon y nadie más.

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