El Gobierno de Trump declara a Cuba como país “patrocinador del terrorismo”

el-secretario-estado-mike-pompeo-una-conferencia-prensa
El secretario de Estado saliente de Estados Unidos, Mike Pompeo, durante una rueda de prensa en el Departamento de Estado en Washington DC. / Diario Las Américas
A sólo 9 días de dejar el poder, el presidente saliente de EE UU gasta sus últimos cartuchos para dejar un legado muy claro: los regímenes comunistas y las dictaduras que quedan en el mundo deben ser eliminadas.
El Gobierno de Trump declara a Cuba como país “patrocinador del terrorismo”

La lucha global contra el comunismo no cesa. Antes de dejar el mando la primera potencia mundial, el fenómeno global símbolo del nacionalismo y del proteccionismo, Donald Trump, sigue sorprendiendo a Estados Unidos y al mundo. A solo 9 días de abandonar la Casa Blanca, el presidente saliente gasta sus últimos cartuchos diplomáticos, políticos, geopolíticos y financieros para dejar un legado muy claro: los regímenes comunistas y las dictaduras que quedan en el mundo deben ser eliminadas.

Basado en esta premisa, Estados Unidos ha declarado y designado a Cuba como un “Estado patrocinador del terrorismo”, según ha anunciado este lunes el Departamento de Estado en un comunicado. 


Quizás también te interese:

La vuelta a la democracia en Venezuela, un país empobrecido, parece ir para largo

Esto implica que ahora Cuba forma parte de la lista negra de Washington con la que podrían ser aplicadas más y nuevas sanciones económicas contra el Gobierno comunista de la isla caribeña, de tal forma que la dictadura de Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel, el presidente cubano, pierda oxígeno financiero con el bloqueo de cualquier vía de entrada de dólares al país, lo que a largo plazo tendría efectos colaterales muy perjudiciales sobre la población civil. En los cuatro años del Gobierno de Donald Trump, las sanciones no lograron deponer a la dictadura cubana, que ya lleva más de 50 años enclaustrada en el poder a través de una dinastía comunista similar a las de China y Corea del Norte.

Según el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, esta decisión se debe a que “La Habana proporciona reiteradamente apoyo a actos de terrorismo internacional al garantizar puerto seguro a los terroristas”.

Es decir, desde el punto de vista de Washington, Cuba tiene una política sistemática de Estado mediante la cual provee refugio y asilo político a personas ligadas con redes de terrorismo internacional o a políticos dictatoriales y autoritarios implicados en estructuras de represión, tortura o violación de derechos humanos en otros países comunistas. 

Para justificar esa medida, la Administración saliente de Donald Trump pudo haberse basado, por ejemplo, en el sistema de inteligencia que Cuba le suministra al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela para mantener el control de los militares leales a la dictadura chavista en la Fuerza Armada, a través del llamado G2 cubano, similar a la Contrainteligencia Militar venezolana.

“Con esta acción, haremos una vez más responsable al Gobierno de Cuba y enviaremos un claro mensaje: el régimen de Castro debe acabar con su apoyo al terrorismo internacional y la subversión de la justicia estadounidense”, añade el secretario de Estado saliente, Mike Pompeo.

Por lo tanto, en los 9 días que le quedan a Donald Trump al frente de la mayor potencia mundial, su aparato de gobierno hará todo lo posible para dejarle el campo minado a su sucesor, Joe Biden, con el objetivo de hacer muy difícil el restablecimiento de un acercamiento diplomático de Washington con La Habana, pues las sanciones de EE UU a Cuba bajo el mando del republicano en estos cuatro años dejan prácticamente ahogado en términos económicos y militares al régimen de la isla. 

“La decisión llevará a la imposición de sanciones a las personas y a los países que realicen ciertas actividades de comercio con Cuba”, dice el comunicado.

Estados Unidos se encargará, muy probablemente, de crear en estos últimos días de la Administración Trump un entramado geopolítico y financiero que bloquee el acceso de cientos de proveedores aduaneros, comerciales y portuarios a eventuales negocios con el Gobierno cubano, a través de las presiones del Departamento del Tesoro.

Entre otra serie de justificaciones históricas de esta medida, Pompeo la atribuye a la “infiltración del aparato de inteligencia y seguridad de Cuba en las fuerzas militares y de seguridad de Venezuela”, “ayudando a Nicolás Maduro a mantener el dominio sobre su pueblo mientras permite operar a organizaciones terroristas”. También alude el comunicado al hecho de que Cuba ha proporcionado refugio a un estadounidense condenado por matar a un policía de Nueva Jersey en 1973.

El deshielo en las relaciones entre EE UU y Cuba logrado por el expresidente Barack Obama ha quedado completamente disuelto con la política de máxima fuerza de Donald Trump, quien no ha tenido clemencia con un régimen al que acusa de oprimir a su pueblo y de ser el responsable de la pobreza y de la crisis económica de los ciudadanos cubanos.

Ahora, Cuba está en la lista negra de EE UU junto a países con dictaduras consolidadas y muy peligrosas como Irán, Corea del Norte y Siria.

El ocaso del Gobierno del presidente más polémico de la historia estadounidense tiene lugar con medidas de choque que buscan aislar aun más a los regímenes que causaron los focos de pobreza, crisis y desgaste humano más grandes del mundo: Venezuela, Irán, Cuba, Corea del Norte, Siria y Sudán. @mundiario 

Comentarios