François Fillon será imputado el 15 de marzo pero se niega a renunciar

Francois Fillon, político francés. / Facebook.
Francois Fillon, político francés. / Facebook.

El candidato a la presidencia por Los Republicanos falta a su palabra e insiste en que el único juicio que está dispuesto a aceptar es el de las urnas.

François Fillon será imputado el 15 de marzo pero se niega a renunciar

Hace unos meses, François Fillon prometió que renunciaría a su candidatura a la presidencia de Francia si al final era imputado por el escándalo de los contratos y sueldos de su esposa mientras era parlamentario. Para entonces, las posibilidades reales de ser imputado eran muy bajas por los plazos que debía cumplir el proceso antes de ello considerando que las elecciones se celebrarían en esta misma primavera. No obstante, los eventos cambiaron y las autoridades están listas para imputarlo en una declaración que se celebrará el 15 de marzo. El escenario ya no es motivante y Fillon ha optado por retractarse y asegurar que seguirá en competencia pues el único juicio que escuchará será "el de las runas". Esa reticencia le ha costado el apoyo de la Unión de Demócratas e Independientes (UDI), un partido centrista que le había escoltado hasta ahora en su campaña.

Junto a la UDI, el exministro de Agricultura, Bruno Le Maire ha decidido abadonar el campamento de Fillon, en el que ocupaba el cargo de titular de Asuntos Internacionales de la campaña. "Creo en el respeto de la palabra dada, es indispensable para la credibilidad de la política", explica el exfuncionario de 47 años en un comunicado. La UDI ha optado por abandonar al conservador y debatirá en los próximos días a quién dar su apoyo, aunque según algunos medios locales, la opción más fuerte para ello sería Emmanuel Macron.


"Solo el sufragio universal, y no un procedimiento lanzado ad hoc en mi contra, puede decidir quién es el presidente de la República", explicó Fillon tras haber cancelado una presentación en el Salón de Agricultura, una de las arterias más importantes para la clase política de Francia. De acuerdo al aspirante al Elíseo, su caso es una violación al Estado de Derecho pues considera que no ha sido tratado "como un justiciable más", y que en todo su proceso han existido irregularidades graves. Fillon ha tachado este acoso en su contra como "un asesinato político", lo cual hizo enfadar al mismo François Hollande, presidente del país.

Su justificación para tamaña acusación es la rapidez de la instrucción, su imputación tan repentina e inmediata y la fecha para su cita, justo dos días antes de que venza el lapso para presentar los avales de su candidatura al Elíseo. "Solo el pueblo puede decidir", dijo Fillon.

"No me retiraré. Iré hasta el final. Seré candidato a la presidencia de la República", pronunció. "Francia es más grande que mis errores", agregó quien hasta hace unas pocas semanas era el favorito indiscutido para ganar los comicios.

Desde que aflorara el escándalo, los franceses han perseguido a Fillon a prácticamente todos sus actos de campaña. El que llevaría a cabo en el Salón de Agricultura no iba a ser la excepción pues dentro del sector de los agricultores figuran muchos de los más fervientes seguidores del ultraderechista Frente Nacional, que encabeza los sondeos. Marine Le Pen, jefa y aspirante por el partido xenófobo, estuvo en el mismo salón el martes y fue recibida con ovaciones y vítores. Hoy, Fillon llegó en medio de protestas y abucheos.

Y a todo esto, el partido republicano no tiene alternativa. Y tampoco la busca. Según comentan medios locales, Fillon tendría en la bolsa el apoyo de varios nombres fuertes de la agrupación, como Alain Juppé y Nicolas Sarkozy, sus grandes rivales en las elecciones primarias.

Fillon y su esposa, Penelope Clarke, presentaron junto con sus abogados un documento en que explicaban que la investigación en su contra es ilegal, ya que se salta el principio de la separación de poderes. Esta defensa, emitida hace dos semanas, explica que el Legislativo es el único órgano que puede exigir cuentas sobre el dinero que reciben sus miebros y cómo éstos lo administran.

El candidato conservador tiene escaño de diputado, y como tal, es la Asamblea Nacional la que debe decidir si le despoja de su aforamiento. Como sea, ni los plazos de los organismos de justicia ni los del Legislativo darían tiempo a que el proceso avanzara antes del 23 de abril, día de la primera vuelta de las elecciones, ni del 7 de mayo, fecha en que se celebraría una hipotética segunda.

Según argumentaron los abogados, la Fiscalía judicializó el caso. Tres magistrados instruyen una causa contra Fillon y su cónyuge, así como los dos hijos del diputado, quienes también disfrutaron de puestos en el Parlamento como asistentes de su padre.

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