¿Es Putin comunista?

Vladimir Putin, presidente de Rusia. / RR SS.
Vladimir Putin, presidente de Rusia. / RR SS.
Muchos, como Monedero, insisten en considerar a Putin solo como un pannacionalista ultrarreligioso, afín al fascismo de las derechas. Que lo es. Pero eso lo trajo también el comunismo, no el PP, ni el tardofranquismo, ni la Transición... 

La respuesta es sí y sé que duele para muchos, como Monedero, que se enzarzan en redes y tutoriales en librar a Marx de herederos como Putin. Me parece de un infantilismo hasta emponzoñado las intenciones de depurar las connotaciones totalitarias del comunismo por parte de adalides de la ultraizquierda. E insisten en considerar a Putin solo como un pannacionalista ultrarreligioso, afín al fascismo de las derechas. Que lo es. Pero eso lo trajo también el comunismo, no el PP, ni el tardofranquismo, ni la Transición. 

Hay tres errores primitivos en ese análisis político que tratan de distanciar a Putin del comunismo. El primero es endemoniado, pues forma parte de una tradición purgativa por parte de la izquierda de depurar la criminalidad de todos los regímenes dictatoriales que inspiró el leninismo. Lo peor de todo es que tengo el convencimiento de que esa interpretación maniquea sigue estando vigente. Y a esta interpretación se une un segundo error, caracterizado por un romanticismo obsoleto y trasnochado que tiende a demonizar a la burguesía.

No considero a Monedero y a su séquito una cohorte de incapaces o iletrados. Pero, a veces, los más ilustrados se resisten a acatar lo que la realidad en sí misma refleja con contundencia y sin capacidad de reacción. Gustavo Bueno y Norbert Elías ya lo dejaban claro en más de una de sus publicaciones: el tercer error surge en separar las bondades de lo que, supuestamente, propone el comunismo como doctrina política de su aplicación en decenas de sociedades, donde solo fue sostenible a través de la violencia y la coacción.

Arendt lo tenía claro y calificó de totalitarismo tanto a la gestión estalinista como al fascismo de Hitler. Vivir en el sueño de que el comunismo no se aplicó realmente o que sufrió la presión insaciable y tripera del capitalismo es no saber qué es el mundo, es desconocer que la supervivencia y el progreso solo ha sido posible desde el enfrentamiento de dos imperios: el judeocristiano y el persa.

¿Qué tiene Putin de comunista?

¿Qué tiene Putin de comunista? Todo. La militarización de la sociedad y de la clase política, el antisemitismo y el convencimiento de la supremacía de los boyardos frente a cualquier otra etnia eslava, la censura mediática, la existencia de una oposición política mínima que vive bajo la amenaza, el carácter dictatorial de un gobierno elegido bajo una visión tramposa, torticera y corrupta de la democracia que termina en el asesinato de políticos y de periodistas, la prisión de Vladímir, herencia de los gulags, también es comunismo, como lo es el adoctrinamiento en las escuelas, la oligarquía institucional y la mediatización del uso de redes e Internet.

Si al capitalismo le atribuimos, con razón, la especulación de los productos y su valor según intereses crematísticos y políticos, el racismo como forma de colonización, la violencia imperialista así como su carácter expansivo, o la expoliación de los recursos, ¿qué me impide no atribuir a Putin valores del totalitarismo estalinista que el marxismo inspiró?

Sin embargo, se sigue purgando al comunismo, como si sus bonanzas fuesen una asignatura pendiente de la Historia, no solo como sistema, sino como destino, como si Putin no tuviese nada que ver con la herencia del pragmatismo estalinista que tuvo claro que la oligarquía y la violencia son la única forma de consolidar el ideario marxista. De materializarlo.

Nada puede convencer a aquellos que consideran el Holodomor ucraniano como un error de gestión económica por parte de Stalin y no un genocidio, inspirado por un racismo ancestral que trajo consigo el comunismo, como trajo consigo, décadas después, a Putin, un oficial de la Marina soviética, que disparaba a aquellos que se atrevían a saltar el Muro. Con el adjetivo “soviético”, queda todo dicho. Amén. @mundiario 

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