El ejército de El Salvador lucha con un severo problema de pandillas
Incluso después de expulsar a 615 miembros castrenses vinculados al crimen, El Salvador tiene un problema con estos grupos, y su ejército está sufriendo los peores efectos de ello.
Desde 2010, 615 miembros de las fuerzas armadas del país han sido retirados de sus filas debido a las conexiones con las pandillas, según el secretario de Defensa, David Munguía Payés. En respuesta, dijo que están trabajando en refinar los requisitos para entrar en las fuerzas armadas.
Agregó que los funcionarios también seguirán investigando a los miembros actuales del ejército que pueden tener conexiones con las pandillas. El pasado mes de abril, Óscar Omar Jiménez, un oficial de inteligencia también inscrito como miembro activo de la pandilla MS-13, sirvió en un consejo consultivo con el Secretario de Defensa que estaba dirigido por el Coronel Simón Alberto Molina Mont.
Cuando se descubrieron sus conexiones con la actividad de pandillas, fue removido, aunque para algunos era demasiado tarde. La cantidad de información y estrategias que se pasan de las fuerzas armadas a los grupos criminales de esta manera, es inmensa. La infiltración de pandillas en el ejército también ha planteado un riesgo de seguridad para los miembros de la las familias de los militares.
"Es muy difícil garantizar la vida a los familiares de los soldados", dijo un funcionario. "Todavía tenemos un centro de llamadas en el Estado Mayor para que los soldados puedan llamar cuando ellos o sus familias están en riesgo, y nosotros atendemos en tiempo real. Creo que ha funcionado porque en años anteriores hemos tenido más bajas que las que tenemos ahora".
En 2015, hubo 24 homicidios militares. Durante 2016, hubo 22. Hasta ahora en 2017, hubo seis asesinatos.
