El centro político en España, una historia de fracasos

Leopoldo O'Donnell, líder de Unión Liberal.
Leopoldo O'Donnell, líder de Unión Liberal.

Si repasamos brevemente la historia contemporánea española, comprobaremos que las formaciones que han perseguido conquistar exclusivamente esta franja, han desaparecido rápidamente fruto especialmente de la indeterminación programática.

El centro político en España, una historia de fracasos

Al margen de la aventura política iniciada hace unas décadas por UCD y CDS, los casos más evidentes, estarían representados por el Partido Reformista de Melquíades Álvarez, durante el primer tercio del siglo XX, y sobre todo, por la Unión Liberal de Leopoldo O´Donnell a mediados del XIX. Por la trascendencia que atesoró este último partido, quisiera realizar un pequeño bosquejo de su trayectoria.

El que fuese distinguido como Duque de Tetuán, buscó como la formación naranja, una “tercera vía” frente al descrédito acumulado tanto de moderados como de liberales. Para ello, diseño un nuevo grupo parlamentario basado en un ecléctico ideario, sintetizando ideas conservadoras y progresistas. En su proyecto político, integró elementos del llamado moderantismo “puritano” como Río Rosas o Alonso Martínez y del progresismo “templado” como Prim o Modesto Lafuente. Gobernando con la Constitución de 1845, O´Donnell dispuso tras las elecciones de 1858, de una holgada mayoría parlamentaria que lograría conservar hasta 1863. 

Este período constituyó la fase de mayor distensión, tolerancia y estabilidad de toda la era isabelina, impulsándose desde el Gobierno una serie de notables iniciativas. Por ejemplo, la Unión Liberal intensificó la política desamortizadora, liberalizó el mercado de la propiedad y el sector minero, promovió el fomento de obras públicas, desarrolló la marina y extendió el servicio de correos y telégrafos. En definitiva, un reformismo muy decidido que hoy en día reclama Albert Rivera.

No obstante, fue la proyección exterior de la Unión Liberal materializada en una serie de populares intervenciones militares, el campo donde alcanzó este partido mayor reconocimiento. Hablamos principalmente de la participación española en la Guerra de Marruecos, la anexión de Santo Domingo, las expediciones a México y Conchinchina, y la Guerra del Pacífico. Se buscaba con estas acciones además del consiguiente prestigio internacional, nacionalizar y cohesionar a la Nación española. Fue un lustro de notable entusiasmo patriótico. Sólo equiparable a lo experimentado en España en el verano de 1885, durante el conflicto con Alemania por la soberanía de las Islas Carolinas, y en la fatídica contienda hispano-estadounidense de 1898.

Finalmente, y volviendo a la cuestión de fondo, la Unión Liberal acabó hundiéndose estrepitosamente tras un lustro de gobierno. Mismo espacio de tiempo y semejantes motivos que determinaron la caída del partido de Adolfo Suárez. ¿Ocurrirá lo mismo con Ciudadanos sin haber siquiera alcanzado el gobierno? En cualquier caso, recomiendo una cita de Solón para este tipo de formaciones políticas que pretenden aglutinar diferentes y heterogéneos pensamientos: “en asuntos importantes es difícil agradar a todos”.

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