La Oposición lleva la iniciativa en política fiscal

María Jesús Montero, ministra de Hacienda. / RR SS
María Jesús Montero, ministra de Hacienda. / RR SS

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, está llevando a cabo una política de oposición basada en propuestas de Gobierno más que en críticas generales, desmarcándose de los esquemas habituales.

La Oposición lleva la iniciativa en política fiscal

Las propuestas que el líder de la Oposición le hace al Gobierno suelen ser despreciadas en los primeros momentos. Es casi automática la respuesta de todos los ministros con argumentos iguales, e incluso palabras muy semejantes, como si estuvieran utilizando un esquema prefabricado específicamente para cada iniciativa de Feijóo. Es un poco llamativa esta unanimidad en las respuestas.

Sorprende mucho que unos señores, o señoras, ministros salgan en tromba a los medios de comunicación con argumentos contra las propuestas de la Oposición elaborados y preparados desde alguna oficina de comunicación, como si ellos y ellas no tuvieran capacidad suficiente para ensamblar sus propios razonamientos.

Pero más llamativo es que, pasado el tiempo, el propio Ejecutivo va asumiendo aquellas propuestas que tanto despreció e incluso denostó. Más curioso es que otras comunidades autónomas gobernadas por el PSOE acaban aplicándolas, como la rebaja o supresión del impuesto de patrimonio, o sus tramos de IRPF.

En algunos casos, el Gobierno llegó a decir que tales iniciativas iban en contra de los intereses de España y de sus ciudadanos. En la mayor parte de las ocasiones utilizan el viejo tópico de que el PP quiere favorecer a los ricos y perjudicar a los pobres. Insisten, una y otra vez, en que los pudientes deben pagar más que los pobres, algo que es tan de Perogrullo que da casi vergüenza ajena oírlo.

Es cierto que a los trabajadores por cuenta ajena y a los autónomos el Estado les exprime todo lo que puede. Sin contemplaciones, además. Pero me parece sorprendente que la apabullante maquinaria de Hacienda no haya sido capaz, hasta ahora por lo menos, de hacer que los ricos paguen más impuestos que los pobres para garantizar los servicios básicos de los más débiles económicamente. Si la Agencia Tributaria no es capaz de que paguen más, no tendría justificación su existencia. Y si ya pagan más, el Gobierno está dejando en muy mal lugar a los responsables del Fisco español.

Curiosamente, más tarde, el Ejecutivo es capaz de decretar otras medidas fiscales que favorecen más a los ricos que a los pobres, como las bajadas indiscriminadas del IVA o las ayudas para el combustible, sin tener en cuenta que las rentas más altas bien pueden pagar el precio real de lo que cuesta llenar sus depósitos.

En todo caso, la dinámica, hasta ahora, sigue siendo muy parecida: se ponen en funcionamiento medidas que había propuesto el PP después de haber negado su eficacia y asegurar que iban a ser contraproducentes. Lo cual pude hacer pensar a cualquiera que la iniciativa la está llevando el líder de la Oposición con bastante eficacia. @mundiario

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