​La nueva grafología. La firma y el alma

Grafología. Isaac Chou en Unsplash
Grafología. / Isaac Chou en Unsplash

La capacidad de determinar rasgos de personalidad a través de la “letra” es muy golosa, en parte porque en su día no se determinaron relaciones neurobiológicas que asociasen la escritura con el psique. 

​La nueva grafología. La firma y el alma

El ser humano dispone de múltiples formas de expresión. Como bien sabe, podemos comunicarnos a través del habla, de la escritura, del arte, de los gestos, etc… pero no todos sabemos interpretar correctamente lo que el emisor desea transmitir.

De hecho, según estudios realizados por el Nobel en medicina 2000, Eric Kandel, se concluye que la percepción a través de los 5 sentidos es dependiente de los sistemas neuromoduladores que cada individuo. Dichos sistemas se encuentran asociados a cada uno de los sentidos y en consecuencia poseen trayectos codificadores y decodificadores tanto ascendentes como descendentes.
Debe saber que dichos trayectos, en todas las personas, se comportan de forma muy similar a nivel cuantitativo y de manera muy diferente a nivel cualitativo.
Por lo tanto, la percepción y su entendimiento son procesos absolutamente personalizados e intransferibles.

Existe la idea de que entre lo que se emite y lo que se entiende, se pierde el 75% de la información. Me refiero a etapas en las que se encuentran fases como “lo oigo”, “lo escucho”, “lo entiendo”, “lo asimilo”, etc…

En definitiva, cada sentido aporta su “trocito”, pero la combinación de la información capturada por todos y cada uno de los sentidos es lo que genera nuestros sentimientos.

Por ello, la IA y la biotecnología algorítmica han puesto el foco en todo tipo de expresiones humanas para conocer con mayor o menor precisión cómo es una persona. Ya le adelanto que la tasa de éxito es muy variable en relación con la técnica desarrollada, llegando a alcanzar desde una confiabilidad elevada hasta el más estrepitoso fracaso.

“Si la base es la que es, la tecnología solo es un adorno”

No es posible obviar las bases moleculares del comportamiento y pretender saber cómo es una persona. Por ello, la IA y los modelos matemáticos fallan clamorosamente cuando no se comportan como obedientes complementos. Si hablamos de técnicas que ni siquiera contemplan el uso de algoritmos biotech, ya entramos en el resbaladizo territorio de la pseudociencia.

En la actualidad hay técnicas que intentan descifrar la personalidad de un individuo a través de su gesticulación facial o incluso del modo de hablar. De hecho, estas aproximaciones no son nuevas. Ya a principios del siglo XX, el psiquiatra Ernst Kretschmer relacionó las características morfológicas con las propiedades psicológicas, aportando variables que más adelante se denominaron Somatipos. Básicamente se trataba de una relación entre nuestras características físicas y mentales.

Con el paso de los años hemos podido comprobar que la confiabilidad de esta técnica no supera el 60% (dato muy alejado de la significancia científica) y que con la utilización de tecnologías actuales, el resultado es exactamente el mismo. “Si la base es la que es, la tecnología solo es un adorno”.

Otra técnica que se desarrolló con fuerza, también  a principios del siglo XX, y que llamó poderosamente la atención es la Grafología.

La capacidad de determinar rasgos de personalidad a través de la “letra” es muy golosa, en parte porque en su día no se determinaron relaciones neurobiológicas que asociasen la escritura con el psique. De hecho, con el tiempo, se han ido distanciando tanto que la consideración de la grafología como “proceso adivinatorio” pseudocientífico ya se encuentra plenamente instaurado en nuestra sociedad.

Debe saber que no existe una disciplina ni un único contenido docente al respecto. Quizás por ello, una gran diversidad de entidades privadas ha desarrollado métodos muy parecidos que, paradójicamente, siguen complaciendo la curiosidad de amplios sectores de nuestra sociedad.

La nueva grafología

Al igual que existen aplicaciones informáticas que a través de diversas mediciones del tempo, timbre, tono y volumen de la voz, descifran posibles desórdenes del comportamiento, la actualización de la grafología viene de la mano de la relación entre este modelo de expresión (escritura) y el modelo sináptico de cada individuo. En realidad se trata de la unión de “lo que percibo” y “lo que es”.

Debe saber que cuando una persona escribe una frase, espera que ésta sea leída. En este caso, la actividad cognitiva está muy presente en el emisor, activando procesos neuromoduladores que reducen o eliminan la improvisación y el reflejo. Digamos que todos corregimos nuestra caligrafía para intentar ser entendidos. En cambio, la firma es una expresión que no pretende ser leída. Quizás, la excepción esté en los médicos que hacen recetas manuscritas…

El resultado de las investigaciones que han permitido revitalizar la lectura grafológica se llama “Signandsoul®”. Se trata de un método híbrido que correlaciona figuras, trazos, signos y señales que únicamente a través de una sofisticada secuenciación de datos proyecta la caracterización comportamental de una persona.

En cierta manera, esta metodología “lee” al igual que se hace la “lectura” de una placa Petri. Mide espacios ocupados, curvaturas, tenacidad, ángulos, etc… para luego combinar las variables y así determinar parámetros hasta ahora no medidos y por lo tanto desconocidos.

Le anticipo que no presta atención a las vocales ni a las consonantes, ni a las mayúsculas o a las minúsculas… sino a la geometría utilizada y plasmada en la firma.

Como sospecha, “leer” una firma de una persona famosa o conocida no requiere de mucha ciencia. Tenga la firma que tenga esa celebridad, todos tenemos una opinión sobre ella.

Lo realmente complejo es detectar cuestiones ocultas o solapadas. Elementos que condicionan lo que damos por sabido y la serie de parámetros que dan origen a su conducta. Para esto, la interpretación realizada en una revista o en un programa de la “prensa rosa” se muestra tan insuficiente como obvia.

Así, con esta nueva tecnología, se abren caminos inexplorados sobre las características comportamentales de personas desconocidas, conocidas, e incluso de aquellas que ya no están entre nosotros. También ofrece pistas sobre sintomatologías asociadas a desórdenes en el comportamiento y a estados intermedios o avanzados de patologías neurodegenerativas… pero sobre todo, nos ayuda a conocernos y a conocer a los demás.

De momento, Signandsoul® ha supuesto la revitalización de la grafología como método de análisis de la expresión… lo cual no es poco. @mundiario

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