Destino, cordura, hilvanados y costuras

Soraya Rodrigues de Aragão./ en Mundiario
Soraya Rodrigues de Aragão./ en Mundiario
Con cada acción o inacción, se dibuja el hilo del destino.
Destino, cordura, hilvanados y costuras

Mientras lo viejo se agudiza en mí, las tejedoras se embriagan con el vino de las ilusiones en los espejos narcisistas de sus propios reflejos, en los deseos atemperados en el orden del caos.

Y ahora soy la artesana sobreviviente de mi destino, como un telar con sus espacios lacónicos, llenos de una ambigüedad voluntaria, exenta de la soledad del mundo, mientras yo, vulnerable hiladora de mis propias manos, en un estoicismo casi resistente, transmutando la realidad abstracta luz y sombra del yo para la fabricación de una vida hecha a través de la lucidez, una especie de nuevo nacimiento, una nueva gestación de mí, paciente corte, hasta que un punto de luz se manifiesta a través de una hendidura, donde el fugaz resplandor refleja el manifiesto de lo que hay que remodelar.

Costuras, hilvanes de mí mismo, nuevas manufacturas, donde el yo ahora se hace presente por manos artesanas, en mi propio hacer, manifestando el hilvanado del destino que no había reservas.

Me enredo en la vida, una costura por aquí, una reparación por allá, no son más que hilvanar en mi propio telar. Manos giratorias que elaboran, que tejen, dan nuevo sentido. Y frente a la vida por mí recreada, me alientan mis propios desventuras, tantas veces exiguas, en el renacer de mí mismo.

Y hasta que una de las moiras rompe el hilo de la vida, voy caminando en la ambigüedad de los senderos llenos y angostos, revisitando mis sótanos en una nostalgia repulsiva, del sabor amargo que no quise beber, de otra parte me siento la luz brilla, la brisa acaricia en mi ser, el dulce mecer del mar, como una vez quise, en mis sueños de infancia, en un renacer, un día florecer en un resurgir de mi ser. @mundiario

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