El Banco Pastor se tambalea

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El Banco Pastor se tambalea
En A Coruña suele decirse que en el Banco Pastor no pasará nada mientras viva 'doña Carmela'. Doña Carmela es, obviamente, la Condesa de Fenosa, a quien en el banco se cuidan muy mucho de que siempre se escriba su nombre completo: Carmela Arias y Díaz de Rábago. ¿Qué quieren decir con eso? Pués lo mismo que en muchas empresas familiares, cada vez que los hedederos no están a la altura de los fundadores; que hay riesgo de venta.

Es posible que Pedro Barrié de la Maza se aprovechase de su condición de franquista adicto a la Dictadura de Franco para engordar sus negocios, pero no lo es menos que fue un gran empresario. Puso en pie Fenosa, levantó el Banco Pastor, dio alas a Astano, creó miles y miles de puestos de trabajo y fue un gallego que se hizo respetar en España durante todo el año y no -como otros- sólo cuando el dictador veraneaba en A Coruña.

La muerte de Barrié dio paso a su viuda, cuyo principal empeño fue dar continuidad a la gran obra de su marido, hasta que llegó un día en que no pudo más y cedió el puesto de mando a sus sobrinos, Vicente y José María Arias, como si el Pastor fuese una monarquía hereditaria. Seguramente, en algún momento pensó en repescar a su sobrino político Victoriano -Victoriano Reinoso, claro- pero, por alguna razón no confesada, dejó que siguiera en la entonces filial Fenosa, donde llegó a la cima, tras desplegar una brillantez a la que sólo una muerte prematura y secreta pudo poner fin.

Los hermanos, entonces hermanísimos, empezaron a gobernar, primero bajo la atenta mirada de 'doña Carmela' y después un poco más por su cuenta, hasta que su tía se percató de que así no iban a ninguna parte y dejó que José María, el pequeño, apartase a su hermano mayor, a quien por encima le cargaron el sambenito de una mala gestión en ciertas empresas del grupo, como si algún resfriado que él pudo propiciar fuese el desencadenante del cáncer que ya estaba dentro.

La verdad es que unos y otros ensayaron mil fórmulas. Primero con Guillermo de la Dehesa, un dandy de la economía a quien tampoco le dejaron trabajar en libertad y explotar todas sus cualidades para las relaciones económicas y políticas -por algo lo tiene Botín a su lado-, y tiempo después con Fulgencio García Cuéllar, un duro de la banca que, supuestamente, tenía asignado el papel de limpiar el banco para que después pudiese gestionarlo José María sin mancharse las manos y con comodidad.

Demasiados experimentos, demasiada gaseosa. Los resultados ahí están, y son cada vez peores, con los títulos del banco de 'doña Carmela' prácticamente por los suelos y todos los analistas cantando verdades como puños que sólo la cúpula del Pastor no quiere ver.

A los trabajadores, inquietos ante las informaciones descriptivas de la situación financiera que difunde, día tras día, Xornal.com, alguna lumbrera del banco les dijo en las últimas horas que este periódico no es serio, sino perverso. Esa misma lumbrera no pudo desmentir una sola información de Xornal.com ni les dijo, en cambio, a los trabajadores cómo acometen ciertas políticas de comunicación -¿se dice ahora así?-, ni cuántos millones de euros les cuestan. ¿Hablamos de Ibersuizas? Quizá algún día se lo digamos nosotros, pero ahora no toca. Lo que toca ahora es aclarar qué pasa en el Banco Pastor en vísperas de su junta anual y, si es posible, remediar que no pase nada perjudicial para Galicia.

Las autoridades gallegas seguramente están ocupadas con otros asuntos muy importantes, claro, y no les queda tiempo para enterarse de qué sucede en el sector financiero. Tampoco pasa nada. Y menos si 'don Amancio' sigue ahí mirando por el rabillo del ojo, mientras la caritativa familia Del Pino continúa ofreciendo su ayuda y su apoyo a José María. Realmente, conmueve tanta generosidad.

>> José Luis Gómez, editor de Xornal.com, es comentarista de Telecinco, Veo, Radio Galega y TVG y columnista de OTR y El País.