Querido Next Generation, por reyes quiero unos prismáticos

Ursula von der Leyen. / RR SS
Ursula von der Leyen. / RR SS
La Covid sin quererlo nos ha puesto ante una gran oportunidad: poder tomar las riendas de un cambio de modelo productivo basado en la innovación y el conocimiento. Tenemos la obligación de tomar decisiones de país, pensando en el largo plazo y miras altas.
Querido Next Generation, por reyes quiero unos prismáticos

Llevo semanas pensando en hacer un artículo en relación a los fondos europeos para la recuperación de la actividad de la era post-Covid. He de ser sincero y he de decir que tenía dudas sobre el enfoque ya que, por un lado se está hablando mucho de este tema aunque hay muchas incertidumbres y por otro lado parece un tema simple. Para el enfoque en detalle creo que hay demasiadas incertidumbres y cuestiones técnicas que se han de analizar un poco más adelante, por lo que me decanto por el enfoque simple, que no simplista, o eso espero.

Parece que es unánime el sentimiento de alivio cuando hemos visto que la Unión Europea iba a actuar como tal y allá por el verano dijo que iba a haber un plan de ayudas económicas para salir de la situación que se ha generado por la pandemia de la Covid. La verdad es que este alivio intentaba contestar una pregunta y generar una esperanza. Por un lado la pregunta era, ¿porque no lo hemos hecho antes con crisis anteriores?, porque en un tiempo no tan lejano la crisis económica se llevó muchas cosas por delante en los países del sur de Europa, cosas que nunca volverán, pero claro, éramos PIGS. Como agua pasada no mueve molino, vamos a enfocar la esperanza.

Next Generation EU 

Es posible que la única cosa buena que nos vaya a dejar la Covid pueda ser la esperanza de que la Unión Europea vaya a actuar de manera conjunta y coordinada para acometer un problema que afecta a toda la unión. Vamos a hablar de las proporciones de esta esperanza. El programa Next Generation EU contará con un fondo que para España supondrá 200 mil millones de euros en 7 años, lo cual supone un 3% anual del PIB español (más o menos lo que supone el sector primario). Una cosa importante que hemos de pensar es que este fondo es dinero público, es decir, nadie nos lo da. Este dinero lo pagaremos tarde o temprano de una forma u otra los países miembros y, por tanto, los contribuyentes. Esto es importante para que pongamos el mayor interés para que estos fondos se otorguen, ejecuten, fiscalicen en condiciones de igualdad, trasparencia y proporcionalidad, además de que maximicen su utilización conforme al objeto para los que se destinan. Esto quiere decir que si tenemos en la cabeza que este dinero es de todos y lo deberemos afrontar entre todos, debemos ser muy exigentes con su utilización. Este punto es importantísimo y es uno de los problemas que se achacaban al Plan E o al rescate al sector bancario, que la factura de “salvar” a unos pocos recayó en todos los contribuyentes. Por tanto, ya que es seguro que lo pagaremos entre todos, debemos velar por su correcta y justa aplicación.

Entrando a desgranar los fondos por su vehículo de aplicación, hay que decir que la mitad será a fondo perdido y la otra mitad en forma de subvenciones. Además, atendiendo al gestor de destino, la mitad serán gestionados por las CC. AA. y los ayuntamientos y la otra mitad por el Estado. Estas distribuciones aún están pendientes de fijar, pero es lo que está planteado hasta el momento. También es necesario no olvidar que no son los únicos fondos a gestionar, sino que estos fondos son nuevos, y que además hay que gestionar los fondos FEDER recuperados (no consumidos) del periodo 14-20, los nuevos fondos Feder 21-27, el FSE, etc. Esto es muy relevante porque no podemos vestir a un santo para desvestir otro, sino que necesitamos todo y necesitamos hacerlo bien. El máximo exponente de esta gestión será la puesta en marcha de los 27 mil millones destinados al año 2021 y que ya están incorporados en los Presupuestos Generales del Estado.

Recopilando, el fondo Next Generation EU  para España serán 140 mil millones en 7 años, de los cuales 72 mil millones en los próximos 3 años, correspondiendo 27 mil millones para el año 2021, o para ser más exactos para una parte del año 2021 porque hasta abril no se estima que se aprueben los proyectos que se beneficiarán de este fondo. Por tanto, la gestión va a ser importantísima, tanto hacerla BIEN como hacerla RÁPIDO.

Llegados a este punto, ya tenemos el primer reto, ser rápidos y diligentes con la gestión.  Para la consecución de este objetivo se está hablando de crear una agencia gubernamental nueva que se dedique a esto (ya se ha creado una unidad específica y nombrado a Paloma Baena como directora). No sé si será garantía de éxito, pero al menos es indicativo de la importancia. Ahora entramos en el “¿para hacer que?”.

Tres ejes

Hay tres ejes en los que dice la Comisión Europea y la lógica que debemos invertir (recordemos que es una inversión, no un gasto):

> Tecnológico/Sectorial. Los fondos tienen que estar orientados a la innovación, a las tecnologías digitales y a la economía verde. No son desdeñables los porcentajes que ese están manejando en este ámbito, un 37% de los fondos de NGEN-EU se destinarían a inversión verde y un 33% a transformación digital.

> Proyectos transformadores. Los fondos pretenden que se genere un cambio de modelo que sea sostenible por si mismo y que base su rentabilidad en la economía del conocimiento para que sea realmente transformador de un modelo que parece que se ha quedado tocado de necesidad por la globalización. Este modelo debe ser productivo, sostenible, rentable y también inclusivo desde un punto de vista humano, sin dejar fuera de los beneficios de esta transformación a determinados grupos sociales. Así pues, se busca la cohesión social a través del empleo de calidad.

> Efecto multiplicador. Se busca que la inversión pública genera un efecto tractor y movilizador del capital privado que acompañe esta inversión. Se espera que en todas las capas se generen colaboraciones público-privadas que permitan afrontar estos retos fomentando la colaboración de las distintas administraciones y las empresas, dando un papel de relevancia a las PYMES. Se esperan que los fondos públicos aportados consigan la atracción de 4 veces lo aportado a través de la participación empresarial. Esto no está exento de dificultades ya que en este proceso han de respetarse la trasparencia, la igualdad de oportunidades y la competencia,  pero también el interés empresarial, la propiedad intelectual, la ventaja competitiva, etc. Sin duda, un tema complejo, pero que ya hay fórmulas exitosas en las que apoyarse.

Hay una cosa que engarza estos tres ejes, la innovación. Bajo mi punto de vista, esta es la gran oportunidad de que la innovación se convierta en la palanca larga que necesitaba Arquímedes para mover el mundo.

Hasta aquí parece que el planteamiento de trazo gordo es impecable, pero en la implementación de estas políticas puede estar la verdadera línea entre el triunfo y el fracaso. Soy de los que piensan que la ejecución tiene tanta importancia como la conceptualización de una acción. Ahora mismo hay que prestar especial atención a que la necesidad del momento, la urgencia de la pandemia, las prisas por salir, las presiones, el cortoplacismo, los ciclos electorales, los localismos, los lobbies, los asesores, los miedos, la geoestrategia, el populismo, etc., no nos jueguen una mala pasada de la que nos arrepintamos pensando en que hemos dejado pasar la última oportunidad de cambiar el modelo económico. Hace años hice un MBA del que me quedó grabado a fuego la frase Michael Porter en la que decía que: “La esencia de la estrategia es elegir qué no hacer”. Los primeros movimientos relativos a los proyectos PERTE (Proyectos Estratégicos de Recuperación y Transformación Económica) nos están dejando entrever que todas esas trampas están impidiéndonos la visión a largo plazo. La tiranía de lo urgente.

Me gustaría despedir este artículo con un mensaje positivo, estamos ante un momento importante, una oportunidad de cambiar cosas y tenemos la obligación de hacerlo bien por nosotros y por las generaciones que nos siguen. Pido a los gobernantes de todas las administraciones luces largas, de país, pensando en la gente con la gente. Os pido a los demás que estemos vigilantes, exigiendo que se haga con justicia y trasparencia. Como estamos en época navideña de regalos, pediría unos prismáticos para que los que toman las decisiones lo hagan con altura de miras. @mundiario

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