La transformación del sector financiero: el FinTech devuelve el protagonismo al consumidor

Edificios de oficinas financieras. / pexels.com
Edificios de oficinas financieras. / pexels.com

El sector bancario ha vivido una serie de cambios que podrían ser considerados como una revolución, más aún, en un sector en el que el inmovilismo era la tónica dominante hasta hace apenas unos años.

La transformación del sector financiero: el FinTech devuelve el protagonismo al consumidor

La crisis financiera puso de manifiesto que el problema de principal-agente entre los ejecutivos de las grandes firmas bancarias y los intereses de accionistas y consumidores era una realidad.

La transformación del sector financiero y la aparición del llamado FinTech han devuelto, al fin, el protagonismo al consumidor.

Redefiniendo el papel de los consumidores en el sistema financiero

El sector bancario ha vivido una serie de cambios que podrían ser considerados como una revolución, más aún, en un sector en el que el inmovilismo era la tónica dominante hasta hace apenas unos años.

La crisis financiera destapó que algo fallaba en el marco del sistema bancario tradicional, comenzando de este modo el relevo generacional con el FinTech.

Una sucesión de acontecimientos deterioraron la imagen de las entidades bancarias convencionales, justo en el mismo período en que el FinTech iniciaba su meteórico ascenso.

Por otro lado, los clientes, veían como la oferta de productos financieros era bastante limitada, en algunos casos reduciéndose a la disyuntiva  “o lo tomas o lo dejas”, por lo que no dudaron a la hora de sumarse a la revolución del FinTech que ubicaba al consumidor como centro de toda la industria, dando lugar a una especie de “clientecentrismo”.

La generación “millenial” junto a los factores mencionados anteriormente han sido los detonantes. A diferencia de sus padres y abuelos, los miembros de esta generación no son fieles a una misma entidad bancaria, dejan de lado la idea del “banco de toda la vida” y optan por cambiar a aquél o aquellos que mejores condiciones les ofrecen y que en mayor medida se adapta con sus filosofías de vida.

Al margen de los tipos de interés que la entidad financiera le pueda ofrecer o no en un determinado producto financiero, el “millenial” se plantea otro tipo de cuestiones, se interesa por el medioambiente y la responsabilidad social corporativa de la empresa.

La mayoría son nativos digitales por lo que quieren realizar sus gestiones desde su smartphone sin necesidad de perder tiempo en una sucursal bancaria. Desde solicitar dinero online en páginas web como la de MoneyMan a gestionar sus ahorros o realizar sus compras, todo ello, desde sus dispositivos móviles.

Esa serie de necesidades no cubiertas han propiciado la aparición de cientos de empresas del sector FinTech con el propósito de que haya prácticamente una compañía para cada nicho de mercado, de modo que en el sector del FinTech, se está produciendo paralelamente una revolución dentro del mundo del marketing, puesto que ahora “son las necesidades del cliente las que crean nuevas empresas y no las empresas las que crean nuevas necesidades al cliente”.

 

Las empresas FinTech se caracterizan por ofrecer algo nunca visto hasta ahora. Representan la fusión perfecta de los términos finanzas y tecnología
Un banco puede sacar al mercado una app y seguirá siendo un banco tradicional, el FinTech es mucho más.
Nuevos productos de ahorro, inversión, préstamos e intermediación financiera emergen en un mercado en el que hemos pasado del protagonismo de unos pocos gigantes al de muchos pequeños. Es decir, en términos económicos, de un mercado con pocos oferentes y muchos demandantes (que se parecía bastante a un oligopolio) a otro con muchos oferentes y demandantes (que se asemeja bastante a la competencia perfecta).
Cuánto más nos acercamos a la competencia perfecta (en la inmensa mayoría de mercados), más cerca estaremos de la eficiencia económica de ese mercado, acercándonos al punto de equilibrio entre oferta y demanda.
El FinTech es una realidad que ha llegado para quedarse.

 

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