EE UU no es toda América, China lo sabe y va tras Centroamérica

Xi Jinping, presidente de China. / RR SS.
Xi Jinping, presidente de China. / RR SS.

En plena guerra comercial con Washington, Pekín afianza relaciones con República Dominicana, Costa Rica, El Salvador y Panamá. Por ahora, otros países centroamericanos como Nicaragua, Belice, Guatemala y Honduras siguen manteniendo firmes lazo con Taiwán, un territorio que China ha estado disputando por años y el cual considera como propio.

EE UU no es toda América, China lo sabe y va tras Centroamérica

La promesa del presidente Xi Jinping es más real que nunca. Hablamos de esta última que hizo durante la última gran reunión del Partido Comunista de China donde prometió que su nación sería mucho más abierta en cuanto a relaciones internacionales, trazando más caminos y lazos diplomáticos para obtener los mejores beneficios para las partes. Este discurso no fue un mensaje de paz y unión, fue una provocación contra el EE UU cada vez más solitario de Donald Trump. Ahora, en plena guerra comercial con Washington, Pekín extiende sus lazos con naciones que pueden pasar desapercibidas, pero que tienen un gran valor a distintos niveles, hablamos de República Dominicana, Costa Rica, El Salvador y Panamá, todos países centroamericanos. China aprovecha la mala gestión diplomática impartida por Taiwán, para convertirse en el nuevo socio asiático de estos países que anteriormente habían mantenido relaciones estables con Taipéi, pero que finalmente no les dio la relevancia internacional que esperaban.

Aunque con poca relevancia internacional, estos países cuentan con un alto valor geopolítico donde China prevé impulsar contactos oficiales, proyectos culturales, negocios e intercambios académicos para lograr su mayor objetivo: consolidar la presencia china en América, algo que seguramente no le gusta a Washington.

Los países centroamericanos ahora forman parte del grupo aliado con China en el el Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Estos lazos venían consolidándose desde hace varios años con tres de los países, mientras que Costa Rica estuvo resistiéndose hasta este mes, cuando decidió “relanzar” los nuevos lazos que prevén tener con Pekín y que dotan al gigante asiático de una gran presencia en la región. Estos acercamientos también le permitirá a Pekín estar mucho más cerca del Canal de Panamá y ser las plataformas para los empresarios chinos que buscan entrar en el marcado estadounidense cada vez más bloqueado por la Administración de Trump.

Por ahora, otros países centroamericanos como Nicaragua, Belice, Guatemala y Honduras siguen manteniendo firmes lazo con Taiwán, un territorio que China ha estado disputando por años y el cual considera como propio. Estos últimos años han sido especialmente polémicos en torno a la política Una Sola China de los comunistas, puesto que Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, no da paso a la posibilidad de que el territorio pase a formar parte de la ya gigantesca China.

El pasado septiembre, Washington llamó a consulta a sus embajadores de Santo Domingo, Panamá y San Salvador, ya inquietos por el avance de los chinos y pérdida de apoyo a Taipéi. “Notamos una tendencia perturbadora que indica que, a menudo, muchas de estas transacciones carecen de transparencia y no responden a los intereses de largo plazo de esos países (…) Donde se identifique corrupción u otros hechos delictivos, EE UU considerará cancelar las visas de las personas involucradas y de sus familiares”, dice un comunicado de EE UU luego de la consulta realizada a sus embajadores.

El pasado jueves fue el vicepresidente Mike Pence quien dejó ver sus preocupaciones. “Les digo a cada uno de los países representados aquí, en nombre de mi gobierno, en un momento en que ustedes construyen asociaciones comerciales con otras naciones como China, les pedimos que se concentren y les pedimos transparencia y que piensen en sus, y en nuestros, intereses a largo plazo”, dijo ante los presidentes de Honduras, Guatemala y El Salvador durante una reunión en Washington.

Como ya sabemos, la relación entre EE UU y China es complicada. Ambos mantienen relaciones económicas, y a diferencia de otros países a los que ha vetado, Pekín ha dejado pasar que Washington mantenga una relación amistosa con Taiwán. El resto de los países no se mueven por un factor clave: el dinero. Con la Ruta de la Seda de China en camino, el gobierno comunista es consciente de en dónde se encuentran los aliados que necesita para buscar afianzar su proyecto, además de reforzar su imagen multilateral frente al unilateralismo impulsado por Trump. @mundiario

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