Democracia, capitalismo, libremercado, voto y libertad económica
Por si mismas estas palabras solas no implican que sean beneficiosas para el orbe. Añadiéndole un calificativo explicarían mejor su significado. Además deben tener unas reglas o leyes que las controlen.
Muchas veces escuchamos en tertulias de radio o televisión a analistas políticos citar términos como democracia, capitalismo, libremercado o voto como si fueses palabras con un fin en si mismo, sin que les pongan ningún adjetivo calificativo.
No es así, aunque se les llene la boca con estas palabras grandilocuentes, democracia, capitalismo o libremercado, por si mismas estas palabras solas no implican que sean beneficiosas para el orbe, deben tener un control, unas reglas o leyes que las califiquen. Veamos:
- Democracia. Gobierno del pueblo, votado por todos. Algunas veces la mayoría se equivoca, vota opciones nada democráticas.
- Capitalismo. Sistema basado en propiedad privada. Por si mismo no dice nada ¿para que serviría si todos pasan hambre? El capitalismo requiere un control para que no se convierta en capitalismo salvaje.
- Libremercado. Opera con la ley de oferta y demanda, pero deben tener unas reglas para que no se produzcan graves perturbaciones como los monopolios.
- Voto. No todo tiene que ser votado, hay cosas que no se pueden votar, las que van en contra de los principios básicos de la humanidad, ejemplo: exterminación de una raza o una especie.
- Libertad económica. El voto en si mismo no da la libertad económica. No existe sin una distribución adecuada de los medios de producción. El capitalismo no garantiza la libertad económica, dado que se fundamenta en la concentración de la propiedad en pocas manos.
Es decir, escuchamos estas palabras aisladas y nos quieren convencer de que todo está bien, que no debemos cambiar nada. Pensemos en los ciudadanos europeos que (por diversos motivos del desarrollo económico significado en la utilización de las nuevas tecnologías, internet o robótica) no puedan continuar en el sistema productivo, en el trabajo.
Europa y en concreto los partidos demócratas o socialdemócratas, no deben abandonar a su suerte a los ciudadanos: debe poner los medios adecuados para continuar el estado del bienestar, aprobando leyes reguladoras que lo hagan posible.
En el futuro el estado del bienestar debe acoger, y mantener en él, a los que por motivos tecnológicos se queden fuera de la producción: estar fuera de la economía productiva no debe ser sinónimo de fuera del estado del bienestar.
Según Marx la producción capitalista origina la desaparición de la propiedad privada, la del trabajo individual, el trabajo es expropiado.
Para que impere la libertad económica el capitalismo debe regularse con leyes y normas para que unos pocos no se aprovechen de todo el sistema económico. Pensamos en las siguientes regulaciones:
- Control y limitación de la economía financiera, que no se adueñe de la economía productiva.
- Control de la concentración de empresas en pocas manos, empresas multinacionales, casi monopolios en muchos sectores, llenas de franquicias que arruinan las empresas de las diversas naciones.
- Control de comercio y pago electrónicos a través de multinacionales extranjeras controladoras en el futuro de los capitales productivos.
Resumiendo:
No nos dejemos engañar cuando nos dicen que vivimos en democracia, en capitalismo, con voto y libertad económica: Todo ello no significa nada, añadiéndole un calificativo explicarían mejor su significado. Además si no existen regulaciones adecuadas tendentes a distribuir la riqueza (la distribución de los medios productivos para que no caigan en pocas manos monopolistas y externas) no se consigue la libertad económica. @mundiario
