Neymar Sr. responde de manera heroica a un ataque organizado de la caverna mediática

"Venimos solo a felicitar a Neymar". Tras esa frase que puede ser definida como periodismo puro, cualquier bofetón que se haya podido llevar el que la preguntaba queda justificada no solo por insultar a la inteligencia del padre de Neymar, sino también por usar de manera tan barata la ironía.

Durante la última década, en especial desde la llegada de Florentino Pérez al Real Madrid y su reclutamiento masivo de mercenarios de las ondas, lo que antes se llamaba periodismo deportivo ya no es ni periodismo, ni deportivo, sino un conglomerado de profesionales de la provocación que azuzan convenientemente a su víctima con el único propósito de que salte, para después repetir la escena grabada en bucle mientras juzgan sumariamente el comportamiento del 'agresor' durante los cada vez más amplios espacios televisivos dedicados a lo que ellos llaman 'deporte'. 

Por dinero, en su día reputados profesionales del deporte, como eran Manolo Lama o García Caridad, se han convertido en expertos del montaje, del rencor y de la envidia. Organizan cacerías personalizadas, no dudan en calumniar a diestro y siniestro escondiendo su información nunca contrastada tras fuentes invisibles que posiblemente solo existan en sus cabezas, pero que siembran cizaña entre el populacho y agradan a los compradores de sus palabras, en plural. Al que las compra desde el palco, al que las compra desde los sponsors, y al que las compra desde casa, que acaba enfadándose porque es un pobre imbécil.

Directores de programas que no han dudado en crear una estructura piramidal low-cost acercándose por las facultades de periodismo para recoger a los mejorcitos de cada clase y ponerlos seguidamente a esparcir la basura que ellos mismos recogen y reciclan para convertirla en 'información'. Creadores de una prensa marrón que remite a cavidades intestinales y emanaciones deletéreas, que lejos de intentar crear opinión la impone con el insulto y con información sesgada cuándo no completamente inventada.

Por eso desde aquí, no tengo más que agradecer a Neymar Sr. que le haya soltado una hostia a uno de estos terroristas armados con cámara y micrófono que le acosaban en el cumpleaños de su hijo. Gracias también a Ibrahimovic, a Karembeu, a Cristiano, a Dani Alves y a Piqué, a Mourinho y a Guardiola, por haber golpeado alguna vez las patas que sustentan al banco. Y que nunca se olviden, que el Código Penal funciona muy parecida al reglamento del fútbol: si el mismo tipo le da dos patadas a un rival, se va a la calle y el rival normalmente se levanta; pero si siete jugadores distintos le dan una patada cada uno, siete amarillas, 'sigan sigan', y el rival sale en camilla.

Una cosa es poner la otra mejilla y, otra diferente, es consentir ser culpabilizado de algo cuando se es víctima veces, veces y más veces, sin ser autor de ello. A Jesucristo sólo le crucificaron una vez… @SirDanielC