Neymar: el ángel caído
Destacando desde la niñez. Neymar Jr. empezó a destacar en la cantera del Santos cuando tan solo era un niño. El joven jugador brasileño hizo las pruebas con el Real Madrid, pero acabó decantándose por quedarse en su país debido a que el salto era muy grande siendo tan joven. Destacó de manera individual en el Santos brasileño, hecho que hizo que media Europa se fijase en él. El Barça se adelantó a todos y lo trajo para la ciudad condal, para hacer un temible tridente junto a Luis Suárez y Leo Messi. Juntos conquistaron varias ligas españolas y la Champions. Hasta que el astro brasileño decidió querer brillar por sí mismo.
Los petrodólares del Paris Saint-Germain lo convencieron para recalar en la liga francesa. Desde su llegada tan solo varias ligas francesas y un par de copas y supercopas del país galo es lo que luce en las vitrinas del presumible futuro de Brasil, después de los Kaká, Ronaldinho, Ronaldo, Rivaldo y compañía. Con la mencionada selección canarinha tampoco es que tenga en su haber muchos trofeos, una Copa Confederaciones y un oro olímpico es el palmarés del crack de Sao Paulo.
La caída. Quizás no ha tomado las mejores decisiones respecto a lo futbolístico, porque ni la liga francesa es la más competitiva de Europa, ni los petrodólares del PSG han traído lo que todo el mundo quiere en París: La Champions. Respecto a lo económico, Neymar Padre no lo ha podido hacer mejor. Tiene a su hijo como imagen principal de Puma, con contratos de patrocinio con empresas estratégicas de distintos sectores del mercado y con un sueldo millonario, que ha ayudado a la familia da Silva Santos a situarse en el plano económico del deporte mundial.
Desde ese niño pequeño hasta el Neymar de ahora ha pasado mucho tiempo. Tanto como para ver florecer a una estrella y ver que , con el paso del tiempo, ese talento se caía por su propio peso. El que fue llamado sucesor de Leo Messi y Cristiano Ronaldo se ha quedado a medio camino entre serlo y no serlo. Diferencial en el campo y con uno contra uno muy desequilibrante, Neymar Jr. no ha podido sentarse a comer a la mesa de los dos grandes futbolistas del siglo XXI.
¿Un futbolista o una marioneta? Podríamos pensar que muchas de las decisiones que ha tomado Neymar en su vida han estado influenciadas, pensando lo mejor para su hijo, por su padre. Nadie duda de que, a priori, un padre siempre quiere lo mejor para sus hijos. Pero en este caso da la impresión de que se han antepuesto determinadas cosas al futuro meramente futbolístico de su hijo. Quizás nos podamos equivocar a la hora de decir que su padre se ha centrado mucho más en el futuro económico de su hijo, y por tanto de toda su familia, que en el futbolístico, aunque no creo que vayamos muy desencaminados si nos basamos en estadísticas y títulos. Y en otra de las cosas más importantes y que poca gente tiene en cuenta a día de hoy: la memoria.
Con la cantidad de redes sociales que tiene la humanidad al alcance de la mano, cualquier podría hacer un recopilatorio de lo mejor de Neymar. El problema es que muy pocas veces nos va a quedar grabado en la memoria lo que ha ganado el brasileño desde que decidió separar su camino del Barcelona. El tiempo pondrá a cada uno en su lugar, pero ahora mismo a Neymar no se le puede poner en la mesa de Messi y de Cristiano.
Su futuro, aun más negro. Según rumores de mercado, parece que el PSG podría buscarle una salida al astro brasileño este verano. Él tiene claro que quiere cumplir su millonario contrato y que de ninguna manera se marchará de la ciudad parisina, el problema radica en que si su nuevo entrenador, Christophe Galtier, cuenta con él para la próxima temporada.
Su sueldo no sería el único impedimento para darle salida al crack de Sao Paulo. Su comportamiento y su, a priori, mala forma física después de las vacaciones, antojan un culebrón bastante largo este verano. En Europa no está el horno para bollos en lo que se refiere a tirar la casa por la ventana y sabiendo que fuera de Europa nadie paga bien, al PSG y al jugador no les quedará más remedio que entenderse para intentar llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes, o no. Puede que Neymar haya querido irse a París para demostrar que puede brillar lejos del mejor futbolista de la historia. Lo cierto es que ha brillado, pero muy por debajo de lo que el mundo del fútbol esperaba de él. Querido Neymar, nos has decepcionado.
