Una muy peligrosa patada al ascenso

Lucas Pérez vuelve a casa. / rcdeportivo.es
Lucas Pérez. / rcdeportivo.es
Por galones, y por otras razones, le corresponde a Lucas Pérez enarbolar la bandera y asumir la capitanía y el generalato de un club que precisa ascender, sí o sí.
Una muy peligrosa patada al ascenso

He querido que transcurriesen unos días para alejarme de la valoración en caliente de la patada que Ekaitz Jiménez le propinó a Alberto Quiles y de las consecuencias negativas que puede acarrear al Deportivo de La Coruña. Casi una semana después, y cuando aún se desconoce la fecha de su recuperación, ya saltan a la luz algunas consecuencias de una peligrosa jugada que causó, y causará, daños irreparables al Deportivo, porque podemos asegurar, que, la patada de El Arcángel, producirá altos costes inmediatos, mediatos y un tercero pendiente aún de la “factura definitiva”.

A la hora de valorar el verdadero daño causado por la jugada, opino que lo trascendente no es que el árbitro cometiese el error mayúsculo de no mostrarle la tarjeta roja a Ekaitz, aunque si sea importante, porque entiendo que eso no es, lo más preocupante para los deportivistas.

La verdadera trascendencia de la jugada la sufriremos con los efectos mediatos y finales, porque resulta evidente que el equipo padece Quilesdependencia, que ahora la sufrirá de forma especial al no poder contar con él para los partidos que restan de la liga regular.

Pero nadie se atreve a confirmar una fecha de su regreso. Los más optimistas lo ven de vuelta para el posible play off, pero alguno, que presume de tener información privilegiada, duda entre que no disputará las últimas jornadas de liga y dar por finalizada la temporada para Quiles. Roguemos porque solo sea un colchón anunciado para seguridad periodística.

Digamos que, en el menos malo de los casos, el Depor sólo no podría contar con su auténtico hombre gol y uno de los jugadores más rentables de la plantilla, para esas jornadas tras las que se conocerán los puestos de la clasificación final.

Serán esos 12 puntos que faltan por disputar, los que pueden, a pesar de lo de Córdoba y de los triunfos de todos nuestros rivales, auparnos al ascenso directo… pero, si no se pudiese alcanzar el título, se debe pensar también en las ventajas que el play off ofrece, porque no es lo mismo ser segundo que tercero… ni tercero que cuarto.

La hora de Lucas

Ha sonado la hora de los capitanes justo antes que la bolita caprichosa se detenga en el número agraciado de esa ruleta que es el play off de ascenso. Alex, que sería mi primera opción, se ha visto eliminado de los terrenos de juego. Mackay, desde la portería, no parece el lugar ideal para ejercer ese liderazgo. Por galones, y por otras razones, le corresponde a Lucas Pérez enarbolar la bandera y asumir la capitanía y el generalato de un club que precisa ascender, sí o sí, y que hoy es superado por Alcorcón, Racing y Castilla.

Si. En nombre de la plantilla es Lucas el llamado a liderar este momento tan especial del Depor, porque viene ocasionado –además de por el error arbitral de no expulsar a Jiménez– por un lamentable partido en El Arcángel, que nos dejó otra penosa imagen fuera de casa, que no se puede silenciar ni ocultar, pero que debemos reservar para otro momento.

Una panorámica parcial del estadio Abanca Riazor. / Mundiario
Una panorámica parcial del estadio Abanca Riazor. / Mundiario

El cartel de “no hay entradas”

Creo que nada se consigue hoy con una dura reprimenda por el juego desplegado en Córdoba, ni tampoco ensañándose con el arbitraje. Una vez más queda demostrado que nuestra afición es sabia y nos da otra soberana lección al poner el cartel de “no hay entradas” en Riazor, porque sabe que, si derrotamos al Alcorcón, puede ser “nuestra jornada”. Hoy puede ser un gran día y un precioso homenaje póstumo a Arsenio, al que recordaré en los próximos días.

Será, sin duda, el último tren para el ascenso directo, si viene acompañada de resultados favorables de los rivales que juegan contra equipos fuertes en estos momentos como Unionistas en Salamanca o Ceuta, con una segunda vuelta para enmarcar.

Curémonos, unos a otros, las heridas de esa brutal patada que sufrieron las ilusiones de los deportivistas e ilusionémonos conque alguno aprenda del libro de cabecera de primero de modestos, El Catón del Fútbol. En su prólogo se comenta lo que representó para el Barç la lesión de Maradona en La Catedral, ejemplo de lo que supone en el fútbol –no en la empresa– la baja prolongada de un empleado de alto nivel.

En nuestro caso, la baja de Quiles, cualificado empleado, pone en serio riesgo el único objetivo de la entidad, y esa no es la ley que rige la empresa, es la ley que rige el fútbol.

El fútbol es diferente. Que nadie lo dude. No es una empresa más. En el fútbol una simple patada puede cambiarlo todo. Una, nerviosa, del querido Djukic privó al Deportivo de la Liga. Que ahora una patada muy peligrosa de Ekaitz Jiménez, no nos cueste el ascenso. @mundiario

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