María Fidalgo: "Este libro encantará a los decepcionados con la pintura actual llena de tanta pamplina"

María Fidalgo Casares posando con el libro Bocetos de la Historia, de Augusto Ferrer-Dalmau, con el que ha colaborado en la edición. / Cedida
María Fidalgo Casares posando con el libro Bocetos de la Historia, de Augusto Ferrer-Dalmau, con quien ha colaborado en la edición. / Cedida
Con Bocetos para la Historia, estamos ante una narración de capítulos sumamente representativos de la Historia de España. Texto, bocetos y cuadros se entremezclan en un exclusivo ejemplar del que es muy difícil separarse o dejar en el olvido.
María Fidalgo: "Este libro encantará a los decepcionados con la pintura actual llena de tanta pamplina"

Conocer la Historia a través del arte, esa es la propuesta que cada vez gana más adeptos gracias, en gran parte, a la maravillosa obra de Augusto Ferrer-Dalmau, de quien se ha hablado en numerosas ocasiones en MUNDIARIO.

Con Bocetos para la Historia, estamos ante una narración de capítulos sumamente representativos de la Historia de España. Por un lado, con la maestría artística del conocido como El Pintor de Batallas (Augusto Ferrer-Dalmau) y por otro lado con el profundo conocimiento sobre la Historia de la académica María Fidalgo Casares, exitosa colaboradora de MUNDIARIO y con quien tengo el gusto de hablar sobre su colaboración en este libro que abarca desde los orígenes del medievo en España hasta el ejército de hoy en día, pasando por la España de los Austrias, los tercios españoles, la España de los Borbones, el descubrimiento de América, la Guerra de la Independencia, las guerras carlistas, la Guerra de Marruecos y la División Azul.

Texto, bocetos y cuadros se entremezclan en un exclusivo ejemplar del que es muy difícil separarse o dejar en el olvido.

— ¿Cuándo conociste la obra de Ferrer-Dalmau?

— Tengo la suerte de haberle conocido casi desde sus comienzos en la pintura histórico militar. Él tenía ya un nombre como paisajista entre los pintores catalanes y era francamente bueno en el género, cosa que muchos no saben, pero aunque conocía su obra y manteníamos contacto, comencé a escribir sobre su trabajo mucho más tarde, cuando ya había hecho Rocroi, que fue lo que le catapultó. Por cierto, MUNDIARIO es el primer medio que publica análisis artísticos de su obra.

— En Bocetos para la Historia no solo se nos muestra una parte del trabajo del artista, como son esos bocetos con los que Ferrer-Dalmau planifica la puesta en escena final de sus grandes obras, sino que también supone un repaso a algunos de los aspectos más importante de la historia de España. Y es ahí donde está tu aportación a este libro. ¿Qué ha supuesto para ti participar en este libro que aúna arte e historia?

— Sería díficil definirlo. Al principio fue todo un reto. Una historia de España en tan pocas páginas, que fuera completa, amena y sobre todo dirigida a un público con formación histórica... la verdad, me imponía. Pero después, quedé muy satisfecha del resultado y me hizo una ilusión tremenda que esas imágenes fueran engarzadas con mi texto, al que intenté insuflar parte de los valores de su pintura. Que en menos de ocho meses vaya hacia la cuarta edición, no deja de enorgullecerme. También me siento reconocida por el hecho de que una editorial como Espasa Planeta confíe en mí teniendo un plantel de "primeras espadas" en sus filas. Y he de decir que fue Augusto Ferrer- Dalmau el que quiso que yo fuera la autora  de Bocetos para la Historia. Ahora estamos en otro proyecto bibliográfico: Imperio, centrado en sus obras sobre el Imperio Español y si no hubiera estado a la altura esperada, esta gran editorial no hubiera vuelto a contar conmigo.

— Hay libros de Historia mucho menos atractivos que este.

— Para mí casi todos (ríe)  porque la potencia de las imágenes de Ferrer-Dalmau es magnética y eso pueden atestiguarlo sus seguidores. Engancha desde el momento que ves un sólo lienzo.

— Para realizar sus obras, el pintor consulta antes a un grupo de historiadores, entre los que te encuentras. Por tanto, el trabajo de un pintor realista también pasa por una exhaustiva documentación previa. ¿Cuál es tu labor entre ellos?

— Bueno, en este caso, aunque soy historiadora, yo no le asesoro en este campo porque él pinta historia militar y necesita de unos conocimientos muy concretos, de los que tengo nociones pero sobre los que yo no soy especialista (armamento, uniformidad, monturas...). Ten en cuenta que en la actualidad cada cuadro que pinta queda ya como representación del episodio. Las armas, botonaduras, hasta una alforja, tienen que ser las que eran en ese momento y no otras.  Aunque él tiene mucha idea del tema e invierte mucho tiempo documentándose, suele contar con los mejores en cada apartado y  época. Luis Sorando, en la Guerra de la Independencia o David Nievas en la época imperial, entre otros.

Mis cometidos están vinculados al análisis artístico y a la comunicación, y mi formación histórica (María Fidalgo es miembro de la Academia de Historia de Andalucía) ha pesado en ello. Escribo no sólo sobre su pintura, desde el punto de vista artístico, sino también sobre los actos que protagoniza y comisario sus exposiciones. Me encanta hacer las dos cosas. Lo primero, porque soy una fan total de su pintura, y lo segundo porque creo que estoy asistiendo, como testigo de excepción, a algo único en la historia del arte: que un pintor despierte ese interés médiatico y que sus obras se conviertan en iconografías desde el momento que se crean. El poder vivir eso en primera fila para mí no tiene precio. Y poder comunicarlo es un regalo. 

— El detalle del artista a la hora de representar a los hombres que protagonizaron las diferentes acciones bélicas que ha vivido España desde el Medievo hasta la época actual es primordial, no solo para fascinarnos con sus pinturas sino para aprender sobre nuestra propia historia. Sus lienzos son un documento histórico, por lo que ¿es, o debería ser, la obra de Ferrer-Dalmau algo de obligado estudio en las escuelas? 

— No sé si como estudio obligado pero desde luego sus imágenes ya se están utilizando  continuamente en las clases  y es un material muy valioso. Lo que sí tenían ya que empezar es a incluir su nombre como autor junto a las obras. Pienso que  como creador y como artista debería presionar para que fuera así, pero es enormemente generoso y suele decir que en cuanto pinta una obra deja de ser de él para formar parte de la historia de todos.

— La visión de España de Ferrer-Dalmau es profundamente optimista, hasta el punto de que la califica como “una nación puntera en el mundo” y así queda recogido en Bocetos para la Historia. Tú, que conoces al artista, ¿cómo le describirías?

— Un hombre comprometido con España, orgulloso de su historia y de los hombres que la hicieron posible, así es Ferrer-Dalmau, aparte de una magnífica persona.    

— ¿Este libro está dirigido a un público concreto o cualquiera puede realmente disfrutar de él? O dicho de otro modo ¿a qué clase de lector recomendarías este libro?

— Es un libro precioso, muy bien editado, muy económico, poco más de 20 euros, increíble, y con un público muy amplio. Encantará a los amantes de la Historia, pero también a los que les  atraiga el ejército, el mundo de los caballos, y a esa gran masa de decepcionados por la pintura actual llena de tanta pamplina. Verán a un clásico que consigue aunar épica y romanticismo con un talento desbordante y con un empaque comparable a los grandes maestros de la pintura española de todos los tiempos. @opinionadas

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