Doris Salcedo: VIII Bienal de Estambul

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Doris Salcedo. / Archivo

Esta obra sin título, fue realizada por Doris Salcedo, en 2003 para la VIII Bienal de Estambul, y es una instalación que consta de mil quinientas cincuenta sillas, instaladas en un solar entre dos edificios. 

Doris Salcedo: VIII Bienal de Estambul

Doris Salcedo es una artista colombiana, Bogotá, nacida en 1958, podríamos indicar que esta obra sin título puede tener diversos significados entre otros:

Se ha interpretado como una especie de alegoría o elegía de la guerra, de los desastres de la guerra, y sus consecuencias en ciudades y personas y sociedades. Podría ser una especie de nueva interpretación de Los Desastres de la Guerra de Goya, o del Guernica de Picasso.

Esta autora combina significados estéticos y artísticos con significados sociales y sociopolíticos, combina o crea puentes entre realidades diríamos de la belleza con entidades del concepto de justicia-equidad-solidaridad-fraternidad.

Como toda obra de arte es polisémica, polisemántica, polisígnica, polisimbólica con diversos significados-contenidos. O dicho de otro modo, una acumulación de sillas, formando una especie de escultura-instalación, entre dos edificios en una ciudad, Estambul, puede tener una multitud de contenidos-significados, dependientes, no solo de la percepción del espectador, sino diríamos de la situación social e histórica, de la ciudad o sociedad o tiempo o época dónde se materializa esta obra, o si queda, como parece como hito-reto para la posteridad, aunque sea en imágenes, para la diversidad de interpretaciones posibles de la existencialidad humana, que va pasando y atravesando el recorrer del tiempo y de los conceptos y de las vivencias.

Desde las esculturas prehistóricas más antiguas, Las Venus de 25.000 años a.C., el hombre león de 28.000 años a.C., o las pinturas de Chauvet, de treinta mil años a.C., o pinturas de sesenta mil años, las más antiguas del mundo encontradas en España, hasta esta obra del año 2.003 de Doris Salcedo, podemos indicar que han pasado muchos milenios, muchas generaciones de cromagnones, muchas culturas, muchas sociedades…, pero quizás hay un meollo-núcleo que es el mismo, es decir, es ese intento de captar la realidad, la esencialidad de la realidad humana, ese interior de mismidad, que arrastramos, que conocemos y desconocemos, que velamos y desvelamos y que intentamos revelarlas y desvelarlas. Porque somos eso. Somos como ciegos que en un laberinto luchamos contra el minotauro de dentro y el de fuera, el de nuestros vaivenes pasionales y conceptuales, y los vericuetos de la existencialidad exterior, histórica y natural.

Una obra de arte, entre sus muchos significados, es como cuándo en esa tarde de nubes o nubarrones, como algodón flotando en el espacio, te quedas mirando y de tanto ir mirando y los pequeños cambios que se van produciendo por la temperatura y el viento, vas percibiendo figuras o imaginas, diversidad de formas e imágenes. Esta obra puede tener esa capacidad, de ir viendo a lo largo del tiempo, por diversos interpretadores diversidad de significados. Transformarse en una metáfora-símbolo de la existencialidad humana, del caminar humano, por dentro de si mismo, por fuera de si mismo.

Casi todo el gran arte producido en el mundo por el ser humano, diríamos que roza lo religioso o protoreligioso, al menos lo metafísico, lo antropológico metafísico, es decir, ese intento de buscar lo sagrado de todo ser humano, el misterio y enigma de todo ser humano. O dicho de otra manera, que todo ser humano es algo sagrado, ahora diríamos, reinterpretado desde la ilustración y desde Kant como la inmensa dignidad del ser humano, así de ese modo, todo el mundo tiene que aceptarlo, los que creen en revelaciones religiosas y los que no creen.

La situación humana, que es abstracta y es concreta, que se debate en grandes abstracciones y generalizaciones, pero también que se encuentra en existenciarios, como nos diría Heidegger, en situaciones de enfermedad en una cama de hospital o de residencia de tercera edad esperando la muerte, en un barquichuelo atravesando el mediterráneo sin saber el futuro, en una cárcel o campo de concentración sin conocer lo que de verdad ha sucedido, ni de tus actos, de ni de los demás…

Para terminar y para una última reflexión de muchas docenas que se podrían realizar, el arte, el gran arte, como es esta obra, que supongo quedará en la memoria de los seres humanos durante siglos, el gran arte, replantea muchos problemas, pero siempre existe un tema esencial, que es qué cosa se puede realizar, que apenas tiene coste económico y se elevaría enormemente la dignidad y el respeto a los seres humanos, y qué otras cuestiones, tienen un coste económico, que la sociedad y la humanidad tiene que pagar, y cuánto esfuerzo económico o dinero, devenido en formas de impuestos o en forma de aportaciones libres o de compraventa legal y moral, están dispuestos los seres humanos a realizar…

¡Supongo que no entiende apreciable lector lo que estoy expresando…! ¡Es fácil, es intentar que este artículo sea en sí, una pequeña obra de arte que completa y complementa la instalación de sillas de Estambul, del 2003 de la autora que comentamos! ¡En definitiva es intentar que usted realice en su mente su obra de arte al enfrentarse al espejo-luna de esta construcción humana, tanto de la instalación como de este artículo…! @mundiario

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