Una propuesta de ley podría convertir a Florida en una réplica del Viejo Oeste

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El gobernador Ron DeSantis quiere que los residentes del estado puedan exhibir sus armas en público, sin necesidad de tener un permiso.

Una propuesta de ley podría convertir a Florida en una réplica del Viejo Oeste

Avanzando su agenda conservadora con una propuesta polémica, el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, prometió el viernes 29 de abril que antes de que termine su mandato en enero de 2023, los floridanos podrán llevar armas de fuego en público, y no ocultas, sino mostrándolas abiertamente.

Más aún: DeSantis asegura que los residentes del estado podrán portar armas sin necesidad de tener un permiso, lo que se conoce como “portación constitucional”. El término se basa en la Segunda Enmienda de la Constitución, que según su interpretación habitual da a los estadounidenses el derecho de portar armas. En realidad, la Segunda Enmienda, que data del siglo XVIII, cuando la naciente nación norteamericana se enfrentaba al imperio británico, dice: “Una milicia bien organizada, siendo necesaria para la seguridad de un estado libre, el derecho del pueblo de tener y portar armas no será infringido”. O sea, que el derecho de portar armas está supeditado a la formación de una milicia, pero los partidarios de la posesión de armas suelen ignorar ese detalle.

“No puedo decirles si será la próxima semana, o en seis meses, pero sí que antes de que termine como gobernador, firmaremos ese proyecto de ley”, declaró DeSantis.

Medidas controversiales

La nueva propuesta se suma a otras iniciativas controversiales que ha promulgado este año, entre ellas una ley sobre el aborto que penaliza la interrupción voluntaria del embarazo después de las primeras 15 semanas; una ley que prohíbe la enseñanza sobre orientación sexual e identidad de género desde el kindergarten hasta el tercer grado, conocida por sus críticos como “No digas gay”, y una medida que restringe la enseñanza sobre la raza y la esclavitud.

La comisionada de Agricultura de Florida, la demócrata Nikki Fried, criticó el mismo viernes la propuesta del gobernador. Fried aspira a ganar la elección a la gobernación del estado en noviembre. Su departamento supervisa el programa estatal de permisos de porte de armas ocultas, que es uno de los más estrictos de la nación pero que perdería vigencia si DeSantis logra que su proyecto se convierta en ley.

“Esta es una complacencia política absurda del gobernador de un estado que ha experimentado algunos de los peores tiroteos masivos en la historia de nuestro país y en una nación donde tenemos las tasas más altas de violencia armada en el mundo”, dijo Fried. “Es un insulto a los recuerdos y las familias de todas las víctimas de la violencia armada”.

Fried está haciendo campaña por la nominación demócrata a la gobernación con vistas a la elección de noviembre.

Crisis de violencia

Estados Unidos tiene, en efecto, un problema grave de violencia con armas de fuego. Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia nacional de salud, en 2020 –el último año del que se tienen datos completos– más estadounidenses murieron por heridas con armas de fuego que en cualquier año del que se lleve registro. Ese año, el saldo fatal fue de 45.222 muertes, entre homicidios (43 por ciento) y suicidios (54 por ciento). El resto fueron muertes no intencionales, de causas indeterminadas o causadas por acción policial. La cifra de homicidios con armas de fuego en 2020 representa un aumento del 75 por ciento en una década. A manera de comparación, en la guerra de Irak murieron 4.418 militares estadounidenses, ha informado el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

También en 2020, la violencia con armas se convirtió en la primera causa de muerte entre niños y adolescentes, superando a los accidentes automovilísticos.

Según un estudio de World Population Review, en 2022 en Estados Unidos, donde las leyes sobre armas son muy laxas, han muerto por arma de fuego 12,21 personas por cada 100.000 habitantes. En cambio, en países con regulaciones más estrictas la proporción es notablemente menor. Por ejemplo, en Canadá es de 2,05; en Italia, 1,31; en España, 0,62, y en el Reino Unido, 0,23.

Pero esas estadísticas reveladoras no parecen detener a DeSantis en su intento de convertir a Florida en una réplica del Viejo Oeste, para satisfacción de los fanáticos de la tenencia de armas y de los fabricantes y vendedores de pistolas y fusiles. ¿Dará en el blanco el polémico gobernador con su propuesta, o el tiro le saldrá por la culata?


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