La prostitución ejercida como una profesión normal desde Ámsterdam

La prostitución es legal en Países Bajos desde el año 2000, es decir, es considerado –o debería ser- como un trabajo común el cual podría gozar de los beneficios que pueden obtener de un banco o del mercado de bienes raíces. Sin embargo esto no es así, porque aunque en el papel es una profesión legal, a la vista, aún quedan muchos arreglos por hacer, especialmente, para aquellas mujeres que deciden voluntariamente ejercer el empleo.

Para poder hacer frente a esto, hace poco más de tres meses, My Red Light abrió sus puertas en el famoso Barrio Rojo de Ámsterdam. Se trata del primer burdel gestionado por prostitutas que hasta ahora, cuenta con unas 40 trabajadoras del sexo. Justine le Clercq es la portavoz del burdel y aseguró a El País que su objetivo es “emancipar y empoderar a las mujeres -también a transexuales y hombres- que ejercen voluntariamente la profesión”.

En esencia, las trabajadoras sexuales de My Red Light buscan marcar la diferencia entre otros prostíbulos de la zona para que su trabajo sea tomado en serio, para que no sea ligado al mundo de las drogas y al abuso sexual. En su entrevista, Justine quiso hacer hincapié en la diferencia entre la prostitución como empleo y el tráfico de personas: “Comprendo que resulte difícil entender que alguien elija esta profesión. Pero no todas las prostitutas son víctimas, o bien víctimas de trata. En Holanda hay más tráfico de seres humanos en la industria de las flores, los invernaderos o la construcción. Estoy segura de que en el Barrio Rojo ya no queda. El problema es que no pueden defender sus derechos por sí mismas. Si salimos adelante, marcaremos la diferencia”.

Aunque el burdel tiene un objetivo, será un poco difícil lograr que la sociedad empiece a ver la prostitución como un trabajo normal, porque para muchas mujeres puede ser insultante. En sí, el empleo que algunas eligen ejercer, no es visto como algo normal y para muchos es incomprensible.