La tradición celta de Halloween justifica la gran acogida de esta fiesta

La celebración de Halloween cada vez es más frecuente
La celebración de Halloween cada vez es más frecuente.

Cada vez se celebra en más lugares Halloween, la famosa fiesta anglosajona, conocida como Samaín o Samhain en aquellos de tradiciones y cultura celtas.

La tradición celta de Halloween justifica la gran acogida de esta fiesta

Cuando salía de casa, le preguntaron “¿vas a ir con esas pintas?”. “Claro, es Halloween”. Y mientras cerraba la puerta se oyó la rectificación de su madre “¡¡Samaín!!”. Pero él ya se había ido, disfrazado de zombie o algo parecido, que le esperaban para el botellón previo a cualquier festivo que se precie. La madre se quedó resoplando y explicó que llevaba un par de años contándoles a sus hijos que en Galicia se celebraba el Samaín. “¿El Samaín?”

Es cierto que la cultura norteamericana tiene la facilidad indiscutible de expandirse, y cualquier excusa parece buena cuando se trata de celebrar una fiesta. Pero resulta que Halloween no es estrictamente estadounidense. Profundizando en sus orígenes, es fácil encontrar una conexión de la fiesta de la noche de Todos los Santos y la tradición celta que se empieza a recuperar en tierras del norte.

De la tradición celta al trick or treat

“La idea más aceptada es que el treinta y uno de octubre terminaba el año celta y que el Samhain significaría el fin del verano, la llegada de noviembre y el inevitable invierno. Según algunos historiadores, el dios de los fruidas era el Saman, Shamhain, Samana, o Samhain, y aparece representado hoy como un esqueleto con una hoz en la mano (the grim reaper).  En esa fecha se homenajeaba a los antepasados, que se podían comunicar con los vivos, y para su regreso, según la historia, se les ponía velas a las almas de los difuntos para guiarlos y se les dejaban regalos por las calles, con la intención de asegurar cosechas ricas los próximos años. Otros creen que estos regalos eran para ahuyentar a los malos espíritus. Lo que sí defiende la mayoría es que serían el precedente del “susto o trato”, el “trick or treat” famoso, aunque hoy los regalos sean caramelos.

Existe otra creencia que dice que los celtas, preocupados porque el sol no volviera a salir le hacían un festival con hogueras para pedir su vuelta en la siguiente estación. El final del verano tenía una especial trascendencia en los pueblos pastores como el celta, y el Samhain sería su año nuevo, y muchas de sus grandes historias se fechan en este día. Las noches se hacían más largas, y los días más fríos. El uno de noviembre, según la tradición, volvían al lugar y con las cenizas de los fuegos, los encendían de nuevo para traer buena suerte. En este ritual, la gente iba disfrazada para protegerse de la mala fortuna.

La fe y la nostalgia se añadieron de la mano de la Iglesia, que proclamó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, All Hallow´s Day y su víspera, el All Hallow´s Eve y del que surge All Hallow´een,  Halloween. Se data en el año 830 cuando el papa Gregorio IV dedicó una capilla vaticana a Todos los Santos.

La tradición celta se exportó a los EEUU gracias a los emigrantes irlandeses. En 1845-1846  Irlanda sufrió la Gran Hambruna que obligó a muchos a cruzar el Atlántico, con sus raíces, su cultura, y sus tradiciones. Después los americanos añadieron el marketing tan cautivador que les caracteriza, y así desde hace unos años, en muchas ciudades no estadounidenses, se puede, pese a algunos críticos, encontrar esqueletos, calabazas, brujas, vampiros, zombies para salir para cualquier fiesta. Pero por lo visto, y así lo estudió Rafael López Loureiro, no hace tanto que se dejó de celebrar esta fiesta en lugares como norte de Cáceres, Zamora, León, y muchas aldeas de Galicia. Como reacción ante la amenaza de la americanización de una tradición ancestral, se fue estudiando y defendiendo más con los valores tradicionales, de forma que ahora, en Cedeira, se aúnan los talleres para hacer zonchos (collares de castañas) y las calabazas con la fiesta, en Coruña existen actividades para aprovechar el festivo del día 1 de Noviembre, en Ferrol los concursos de disfraces con “a volta das ánimas”, en Rivadavia se celebró la XIII edición de A Noite Meiga...”

La fiesta se expande en el s.XXI

Se recupera con fuerza una tradición que surge de las leyendas druídicas, de las paganas, cristianas, y que mezcla la magia y misterio en escenarios que se prestan tanto a ello que la niebla espesa de las noches de noviembre actúan como parte del atrezzo para el Samaín.

Como buena tradición milenaria, de historias y misterios, existen múltiples versiones sobre cómo empezó todo. Lo que sí es real es que desde Cádiz hasta Santander, en todas partes hacen ya, más o menos multitudinarias, celebraciones de Halloween. En Cedeira se despiden con “De aquí a un año”... así que probablemente esta tradición ya está consolidada.

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