El paso por Canarias es la vía más peligrosa para ingresar a Europa
El mar se traga a un emigrante por cada 20 que alcanzan las islas en patera en su desespero por alcanzar tierra por la ruta de Canaria. Según el reporte de Missing Migrants Project de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la cifra es la peor que de cualquier otra ruta mediterránea para alcanzar Europa.
Solamente hasta el 31 de julio habían llegado al archipiélago 3.269 personas, pero otras 162 murieron en el intento. Esta ruta migratoria hacia las islas Canarias se mantiene más activa que en los últimos 12 años y el número de naufragios de pateras se intensifica. Las llegadas se han multiplicado casi por seis este año respecto a 2019.
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Ahora bien, la OIM refiere que al comparar el número de personas que llega a puerto con el número de personas que muere, la vía atlántica hacia Europa supera este año en mortalidad al corredor mediterráneo hacia Grecia, donde reportan un muerto por cada 115 migrantes que logra desembarcar y a la travesía del Estrecho y el mar de Alborán, donde muere o desaparece una persona por cada 94 que arriban a la costa.
Asimismo, supera en estos términos a la peligrosa ruta hacia Italia y Malta, en la que muere un migrante por cada 54 que llegan sanos y salvos. Los miembros de Missing Migrants Project, estiman la tasa de mortalidad con muchos más datos de los que se disponen en el caso de Canarias.
Por lo general, se dan a conocer los números oficiales de llegadas, rescatados, interceptados por guardacostas de países vecinos, fallecidos y testimonios de los supervivientes y con esta información es posible saber cuántas personas de todas las que lo intentan mueren en el camino. Sin embargo, esos datos no existen en la ruta hacia las islas por eso el cálculo se limita a la proporción entre llegadas y muertos o desaparecidos.
Mientras que sí hay información de las interceptaciones de las guardias costeras libia o turca, no la hay de los guardacostas de Marruecos o de los países del África Occidental. En esa línea, en el centro de coordinación de Salvamento Marítimo de Gran Canaria y Tenerife responde a las emergencias de un millón de metros cuadrados de océano. Por ahora, la distancia más corta, desde Tarfaya (Marruecos) a Fuerteventura, supone recorrer en línea recta 52 millas (casi 100 kilómetros), pero la travesía desde Gambia son más de 800 millas (casi 1.500 kilómetros) en barcos poco preparados y sin suficiente gasolina para enfrentar más de una semana en alta mar.
María Dolores Septién, jefa del centro de coordinación de Salvamento en Tenerife, destaca que "los condicionantes de esta ruta son muy diferentes a las de otras. Son importantes las corrientes y las condiciones meteorológicas, pero sobre todo los vientos".
En el caso del cayuco, es difícil que trabuque a menos que impacte contra algo al aproximarse a la costa, cuando los miembros no responden debido al agotamiento de tantos días en el mar; no obstante, la mayoría de las muertes se producen por hipotermia o deshidratación. El ritmo de trabajo de rescate de estos países, financiados en parte por España, es limitada. Las ONG que responden a las llamadas de emergencia desde el mar acumulan decenas de avisos en los que pierden la pista de quien les llamó. Alarm Phone ha recibido en lo que va de año los avisos de 21 embarcaciones en apuros mientras intentaban llegar a las islas, pero solo 12 lo lograron. @mundiario
